ártulo
Bártulo es una palabra que me gusta mucho. Me gusta como suena.
Quizás por eso me guste tanto ponerla en práctica. Y es que yo suelo pecar de “bartulitis” cuando viajamos.
El lado positivo de mi pecaminoso vicio es que tengo siempre a mano cosas y cositas que puedo usar si es necesario, pero como toda moneda tiene siempre dos caras, la cruz es que los dichosos bártulos suelen tener la mala costumbre de ocupar espacio y sumar kilos al coche y a la caravana.
Y eso ya no gusta de la misma manera.
En suma, bártulos sí, pero como con el alcohol, con moderación y sentido común.