nidad
En estos tiempos de individualismo feroz, la idea de “unidad” no vive sus mejores momentos.
Sin embargo al viajar con otra gente, amigos o familiares, es más que aconsejable que exista una cierta “unidad de acción”.
Una manera compartida de “entender el viaje”: qué cosas ver y hacer; cómo afrontar los gastos comunes; puntualidad; duración de las etapas de coche, etc.
Y eso es necesario hablarlo antes de partir.
Si cada cual va a la suya es complicado que el ambiente en el grupo sea el deseado. Y surgirán las quejas. Y los roces. Y las discusiones.
Y no sería la primera vez que una amistad acabase hecha trizas por no hablar o cuidar esas cosas.
Es conveniente que exista suficiente margen de maniobra para que todos puedan sentirse a gusto, pero siempre teniendo en mente que cuando se viaja en grupo, el bienestar del grupo y el consenso es lo primero.