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Los neumáticos son los zapatos de nuestro vehículo. Y gracias a ellos se agarra al suelo. Y rueda. Y nos lleva a donde queramos.

Sin embargo con lo importantes que son, no todo el mundo los cuida como se merecen. ¡Nos va el pellejo en ello!

¡Rompo una lanza en favor de la buena salud de los neumáticos!

Revisémoslos antes de salir de viaje. Los del coche y los de la caravana. O los de la autocaravana, que tanto da. Buen dibujo y presiones adecuadas son siempre las mejores aliadas.

Y cuando el frío aprieta, unos buenos neumáticos de invierno nos harán la vida mucho más fácil. El plus de seguridad y tranquilidad que aportan es tremendo. Y de paso permiten que nos olvidemos de las engorrosas cadenas o de los socorridos “calcetines” (fundas).

Y tampoco es un gasto “doble”. Pensándolo bien, todo el tiempo que usemos los de invierno, no estamos usando los de verano.

Si lo vemos como una inversión en seguridad, tranquilidad y comodidad, no será difícil llegar a la conclusión que pocos gastos serán más razonables que éste.

 

Viajar no es barato. Y suele requerir un presupuesto importante, pero dedicar una parte de ese peculio a ir bien sujetos a la carretera puede suponer un buen ahorro en reparaciones… ¡y en más cosas!