PS
Lo reconozco, durante mucho tiempo me resistí a los cantos de sirena del GPS.
Por fortuna hace ya muchos años que claudiqué, pero como todo buen converso, ahora me cuesta entender cómo pude mantenerme inmune a sus encantos.
Ahora se me antoja casi imposible, pero no es menos cierto que también llegábamos a todos los sitios.
Eso sí, todavía recordamos (aunque no sé si con cariño) ese dar vueltas y más vueltas con la caravana a cuestas intentando dar con la entrada del puñetero camping de turno, cuya señalización generalmente brillaba por su ausencia.
Por suerte eso pasó a la historia y ahora el GPS nos hace la vida mucho más fácil, pero si no queremos acabar en cualquier otro sitio, habrá que currárselo muy bien antes de salir de casa.
Yo lo mantengo siempre actualizado y me ocupo de programar en casa (usando el Google Maps, por ejemplo) los puntos exactos a los que queremos ir, como la entrada de los camping, por ejemplo.
Y, por supuesto, también los puntos intermedios de las rutas, para que siempre nos lleve por donde queremos y no por donde “se le antoje”.
Si queréis ver cómo lo hacemos pinchad aquí. Está explicado en el viaje que hicimos a Malta.