Al viajar con una caravana Rapido 39 T Club, de tamaño mediano y con techo elevable (1,98 m. de altura con el techo plegado), podemos mantener un ritmo de marcha bastante fluido, pues es muy estable, muy manejable y tiene un “tiro aerodinámico” realmente bajo. Todo ello nos permite circular con comodidad y “alegría” y cuando se trata de adelantamientos, el coche tira de ella de maravilla. Nuestro coche es unOpel Zafira 1.9 CDTi, turbodiesel con 120 cv nominales que son más que suficientes.
Nuestra "Rapido" es aquella que se ve a lo lejos...
En España, actualmente con el “Gran Hermano” observando nuestros movimientos a cada paso, procuramos no pasar de 87-88 km/hora reales (de GPS, no del velocímetro del coche, que anda marcando en esos momentos entre 93-95 Km/h) para evitar problemas con el radar.
Y si hay limitaciones específicas más bajas para vehículos con remolque, a respetarlas a rajatabla, que ya hemos tenido una mala experiencia en la autovía de Pamplona a San Sebastián.
De todas maneras si acaba prosperando la reforma de la Ley de Circulación que se está tramitando en el Congreso (verano 2009) parece que van a quitar el margen del 10% sobre los actuales límites genéricos de velocidad, con lo que todavía va a ser más duro circular por autopista/autovía. Tengo entendido también que ya en Catalunya y en el País Vasco aplican los límites estrictamente, por lo que no estará de más andar ojo avizor.
Así pues, para calcular el tiempo en que tardaremos en cubrir una determinada distancia, por autopistas españolas, solemos calcular un promedio de 85 km/h que es, más o menos, el promedio que obtenemos en realidad. Esto es, para cubrir 200 km. de autopista emplearemos unas 2 horas y 21 minutos, paradas aparte, por supuesto. Y si el tramo es montañoso o si la circulación se prevé densa, lógicamente habrá que rebajar las expectativas porque a buen seguro que tardaremos más tiempo.
Una simple regla de tres nos ayudará a hacernos una idea del tiempo estimado para cubrir una determinada distancia, siempre a sabiendas del promedio real al que podremos circular en condiciones normales.
Para todos aquellos a quienes las matemáticas siempre se les atragantaron un poquillo, no estará de más “refrescar un poco la memoria” echando ahora un vistazo a cómo plantear y resolver una “regla de tres”.
Ejemplo de “regla de tres”: si en una hora o 60 minutos esperamos recorrer 85 km. y queremos calcular el tiempo que tardaremos en hacer 200 km, sólo hemos de multiplicar la cantidad que queremos averiguar, esto es “200 km” por los 60 minutos que tiene una hora y, entonces, dividir el resultado por el promedio que esperamos mantener, esto es “85 km/h”. La cantidad que obtendremos es “141,18”. Esa cifra son los minutos que emplearemos en recorrer 200 km a 85 km/h. Como nos resulta más cómodo “hablar en horas”, deberemos convertir esos 141 minutos “en horas”. Una forma intuitiva de hacer la conversión resulta un poco pedestre, pero eficaz. Como “sabemos” que dos horas son lo mismo que 120 minutos, si restamos 120 a los 141 minutos, nos quedará un resto que serán los minutos de exceso sobre las dos horas, esto es 2 horas y 21 minutos.
Otra opción, aunque más enrevesada, consiste en dividir el resultado, en nuestro caso “141” entre 60, que son los minutos que tiene una hora. Y no obtendremos un resultado de 2,21 sino de 2,35. ¡Horror! Exclamaremos. No pasa nada. Lo que ocurre es que el 35 nos dice que equivale al 35% de 60 minutos. Y si nos quedamos con la duda de haberlo hecho bien, no tenemos más que calcular el 35% de 60 y el resultado será.... ¡21 minutos!. En fin, cosas de los números...;
Bueno, volvamos a nuestra experiencia real. Para los cálculos de tiempo y distancia en carreteras convencionales, de doble sentido y con la caravana, la cifra de “promedio real” que empleamos es de sólo 65 km/h. A veces obtenemos promedios más altos si el tráfico, las travesías urbanas y la orografía lo permiten, pero también hemos ido más despacio. En general, esa es, para nosotros, una cifra bastante buena para hacer las previsiones de duración de los desplazamientos por carretera con el caracol a cuestas.
Y si hemos de calcular el tiempo usando sólo el coche, entonces podemos subir un poco el promedio, sobre los 75 km/h.
En Francia, donde el límite de velocidad para caravanas es de 120 km en autopista, ¡menudo paraíso!, acostumbramos a circular a una velocidad mayor, entre 90-95 km/h. pero tampoco más. Por encima de esa velocidad, el consumo extra que implica el mayor tiro aerodinámico hace que no compense pagar más para tan poca cosecha, salvo en momentos puntuales de mucha prisa, claro.
Nuestra experiencia y los datos indican que, al menos con nuestra caravana, por cada 10 km/h de aumento de velocidad, el consumo sube alrededor de un litro. Por eso mismo tampoco es que apriete mucho más el acelerador en Francia, pero lo que sí se agradece es la tranquilidad de circular sin que la amenaza del radar nos esté persiguiendo constantemente.
Lo de los límites genéricos de velocidad es de traca, en general, tanto para coches, como para autocaravanas o caravanas, pero salvo Francia y Bélgica, el panorama en el resto de países de la Europa Occidental no es demasiado alentador que digamos para los vehículos con remolque. Y si nos fijamos en Dinamarca o Polonia, que tienen un límite de 70 Km/h... entonces, apaga y vámonos.
La mayoría de los países están en un límite de 80 km/h, pero hay excepciones: en Gran Bretaña el límite es de 96 km/h.; en Portugal de 100 km/h y en Turquía... ¡de 130 km!. Sorprendente, ¿verdad?. Estos límites alguien debiera explicárnoslos, porque si el motivo de que se mantengan erre que erre tan bajos es la supuesta “peligrosidad”, dudo mucho que las autopistas turcas dispongan del asfalto de los circuitos de F1... pero en fin, paciencia, que eso es lo que hay.