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El Tipo de Vehículo:

su influencia en las etapas del viaje.

 

Nada mejor que un camping para encontrar todos los tipos de vehículo.

 

  • A la hora de plantearnos la duración y distribución de los desplazamientos, así como las visitas turísticas en cada etapa, hemos de tener muy en cuenta las características, posibilidades y limitaciones de nuestro vehículo.

 

  • Está claro que un turismo circula a mayor ritmo que una autocaravana. Y ésta, a su vez, lo hará más deprisa que un coche con caravana. Es evidente que, según el tipo de vehículo que usemos, los desplazamientos –a igualdad de kilometraje- tendrán diferentes duraciones. Eso es lo fundamental.

 

  • En consecuencia, una etapa de “viaje o desplazamiento” no cundirá de la misma forma para un coche que para una caravana. Quien viaje de hotel o de tienda de campaña en su turismo podrá hacer muchos más kilómetros en un mismo período de tiempo que los que viajamos con “el caracol” detrás.

 

  • Dicho de otro modo, el coche llegará antes a destino y sus pasajeros dispondrán de más tiempo aprovechable para otras actividades que aquellos que viajamos normalmente a un ritmo más lento.

 

  • Esta cuestión puede parecer de perogrullo, pero -dejando aparte que cada cual habrá de calcular su ritmo de circulación para distribuir correctamente los recorridos hasta su lugar de destino final, aprovechando lo mejor posible el tiempo de viaje- el asunto se vuelve extremadamente importante si viajamos con familiares y amigos que conducen vehículos diferentes al nuestro.

 

  • No es raro que caravanas y autocaravanas viajen juntas. Como tampoco lo es que se les añada algún que otro coche cuyos ocupantes pernocten en tienda de campaña, porque a fin de cuentas lo que verdaderamente importa es el gusto por el campismo. No obstante quien lo haya vivido en primera persona ya sabrá por experiencia que en esos casos sólo caben dos opciones para hacer la ruta: o “todos a una como Fuenteovejuna” o “cada cual a su rollo”. La elección de una u otra alternativa es cosa de cada cual, pero es evidente que el “ir juntos” impone la necesidad de que los más rápidos se adapten al ritmo de los más lentos. Un asunto muy a tener en cuenta para el buen desarrollo del viaje en común.

 

  • Una variante de lo anterior ocurre cuando algunos de los ocupantes del mismo vehículo “se alojan” en tienda de campaña o en bungalow y no en la caravana cuando ésta no disponga de capacidad suficiente para todos los pasajeros del coche, por ejemplo.

 

  • En tal caso el caravanista habrá de adaptarse a la situación, evitando, por ejemplo, la pernocta en áreas de autopista durante los largos desplazamientos. La consecuencia inmediata de un caso así es que el tiempo de viaje de la etapa se acorta drásticamente al estar obligados a llegar a un camping antes de su hora de cierre, lo que en Francia, sin ir más lejos, supondrá en la mayoría de los casos hacerlo a horas bastante tempranas, alargando así la duración total del trayecto hasta el destino final.

 

  • Cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones, lo que solemos hacer es buscar un camping en la zona en la que calculemos encontrarnos a media tarde y preguntar –por e-mail o telefónicamente- la hora límite para poder acampar. A partir de la información obtenida, decidimos si ese camping nos vale o no. Y si es que no, pues a buscar de nuevo hasta encontrar uno que se adapte a lo que queremos.

 

  • Y cambiando de tercio, veamos con un poco más de detalle los condicionantes “de ritmo de marcha” de cada tipo de vehículo :

 

  • La caravana o el carro-tienda: Lógicamente el ritmo de viaje con un remolque a cuestas es muy inferior al de un turismo solo y dependerá, entre otras cosas, tanto de la capacidad del vehículo tractor para tirar de la caravana, como del tipo de vía y de la fluidez del tráfico, pues fuera de autovías, como bien sabemos, adelantar con seguridad es bastante complicado, lo que reduce drásticamente el promedio de marcha. El carro-tienda o las caravanas ligeras con MMA inferior a 750 kg., aunque también sometidas a limitaciones legales de velocidad, - 90 km/h vs. los 80 km/h de límite en autopistas y autovías en España para las caravanas de mayor MMA -  lógicamente obtendrán mejores promedios que una caravana “standard” porque su andar será, con seguridad, bastante más liviano y sus posibilidades de adelantamiento, claramente superiores, especialmente en el caso del carro-tienda. Aunque a la hora de la verdad las diferencias en tiempo tampoco serán demasiado sustanciales, a veces media hora de diferencia será suficiente para poder llevar a cabo o no determinados planes.

 

  • La autocaravana: Dado que su movilidad y ritmo de marcha es superior al de las caravanas y los límites de velocidad aplicables también son mayores, los promedios reales obtenidos en circulación lógicamente serán más altos, lo que, en determinadas ocasiones, tendrán más posibilidades de hacer más cosas en el mismo día. En cualquier caso lo importante para la planificación de las etapas es “conocer” lo mejor posible el promedio rutero que cada cual suela o pueda obtener.

 

  • El coche: Nada nuevo que añadir que todos no sepamos ya en cuestiones de “rapidez”. No hay color respecto a los anteriores. En los largos trayectos, aquellos que practiquen el campismo en tienda de campaña, viajarán muchísimo más rápidos, eso seguro. A cambio dormirán un poco peor que los demás, pero no se puede tener todo. Y la mayoría tampoco dispondrán de la facilidad de pernoctar en áreas de autopista, salvo utilización de las tiendas “de techo”, claro. Esa imposibilidad de acampar en áreas de autopista obligará bien a acudir a un camping –con las limitaciones de horario inherentes- bien a recurrir a la hostelería tradicional para la pernocta en los largos desplazamientos. En cualquier caso, esa salvedad convendrá tenerla contemplada de antemano, evitando –si no se quiere perder el tiempo- “tener que ir a la caza y captura de un lugar donde dormir” porque no se ha previsto.

 

  • Por otra parte, ante la posibilidad de realizar alguna visita turística en ruta, está claro que, en función del vehículo que tengamos entre manos, la cuestión será más o menos fácil de llevar a la práctica.

 

  • Mientras que un turismo no tendrá ninguna dificultad para aparcar o llegar donde haga falta, no ocurre lo mismo con las autocaravanas o las caravanas, aunque las primeras lo tengan bastante más fácil. Quizás la cuestión del aparcamiento sea el principal obstáculo que puedan encontrarse, tanto por espacio como por posibles prohibiciones. Por último, las paradas en ruta con la caravana –debido a las dificultades de maniobrabilidad y de aparcamiento- deberán preverse con mucho cuidado, pues los caravanistas habremos de asegurarnos de antemano que es posible llegar al lugar deseado sin encontrarnos en callejones sin salida o que podamos aparcar sin demasiados problemas.

 

  • Eso sí, suele ser bastante buena idea evitar las visitas en ruta en las horas centrales del día, cuando la afluencia de visitantes es mayor, pues es más que probable que hasta el aparcamiento más grande esté lleno hasta los topes y no podamos aparcar la caravana. También tendremos en cuenta las posibilidades reales “de salida” del aparcamiento, pues no sería raro que algún coche que hubiera aparcado después nos impidiera maniobrar.

 

  • La verdad es que en todos estos años hemos hecho multitud de visitas turísticas en ruta y en muy pocos casos nos hemos visto en apuros. En cualquier caso sí que es muy recomendable “estudiar el terreno”. En esos casos suelo preguntar por e-mail si hay espacio suficiente para aparcar la caravana en el aparcamiento del lugar y si está permitido hacerlo. También es buena idea, usando el Google Maps, “ver, a vista de pájaro”, si hay aparcamientos suficientemente grandes en el lugar a visitar.

 

  • Otra opción que usamos con cierta frecuencia a la hora de visitar una ciudad en ruta es dejar la caravana, por unas horas, en algún camping cercano. En la mayoría nos cobrarán unos pocos euros y en otros, ni eso. Solamente en un camping próximo a Tournay (Bélgica) se han negado a ello y nos mandaron a un aparcamiento público en el centro de la ciudad, pero eso no es lo habitual.

 

  • Lo más importante es que los caravanistas nos convenzamos de que también podemos hacer muchas cosas viajando en ruta, sin cortarnos un pelo solamente “porque llevamos una caravana y ya se sabe...”; Fuera temores. Únicamente necesitamos preparar la visita cuidadosamente y asunto resuelto. Seguro que en algún caso no nos será posible, pero en la mayoría, seguro que sí. Hay muchos lugares interesantes que nos pillarán de camino y no es cuestión que nos privemos de ello a las primeras de cambio, sin intentarlo.

 

  • Resumiendo, que cada cual, en función de su vehículo, adapte las etapas de su viaje a este y demás factores condicionantes.

 

 

 

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