El sentido común aconseja que hagamos una parada para descansar y estirar las piernas cada dos horitas, más o menos. En autopista y con la caravana eso supone haber recorrido entre 160 y 180 km. y unos 130 - 140 km. por carretera convencional. Al menos en España y otros países con límite de velocidad de 80 km/h.
La duración de las paradas ya queda al gusto de cada cual, pues habrá quien quiera tomarse un café en cada una de ellas y quien se conforme simplemente con aliviar “tensiones fisiológicas”.
Para hacer un cálculo lo más correcto posible de la duración total de una etapa de viaje cualquiera, deberemos añadir los tiempos de “parada”, sea por el motivo que sea, al tiempo “de circulación”. De esa manera lograremos tener una idea bastante real de la duración de un trayecto determinado.
Por si a alguien le sirve como referencia nuestra experiencia al respecto, el tiempo medio de nuestros “repostajes+WC” rapiditos en plan fórmula 1, no suelen llevar más de 10’, no obstante suelo “presupuestar” 15 minutos para ese tipo de paradas. Si además somos de los que nos gusta tomarnos un cafetillo de máquina o en el bar o si viajamos con más gente, fácilmente nos iremos a la media hora.
Curiosamente en las comidas o cenas en ruta –siempre y cuando comamos de lo nuestro en una mesa de pic-nic y no en el restaurante- la duración viene a rondar, indefectiblemente, unos 50 minutos. No deja de llamarme la atención que casi siempre “clavemos” ese tiempo. Eso sí, sin prisas, claro. Así pues, a partir de ese dato, suelo prever 1 hora para tales menesteres, más que nada porque siempre es mejor ir “holgado” de tiempo que pillado a la hora de las previsiones de tiempo.
Tan importante es calcular los tiempos de detención como prever dónde hacerlo. Parece una perogrullada, pero a veces los diseñadores de carreteras no siempre se han tomado muchas molestias cuando se trata de crear zonas de descanso, porque yendo con la caravana no siempre se puede parar en cualquier parte.
Y para muestra un botón... o varios. Sólo necesitamos recorrer los nuevos tramos de la A-66, la autovía de la “Ruta de la Plata” por la zona de Extramadura para comprobar que las zonas de descanso brillan por su ausencia. Y lo mismo pasa en la autovía de las “Rías Baixas”, al menos cuando la inauguraron, porque lo cierto es que ahora hace tiempo que no la hemos transitado. De vergüenza.
Nadie que haya recorrido Europa se le escapa que la calidad de las áreas de descanso varían mucho de unos países a otros. En nuestra opinión la “medalla de oro” se la llevan, de calle, los franceses. Da igual que las autopistas sean o no de peaje o sean carreteras convencionales. Sus áreas brillan con luz propia. Ciertamente unas son mejores que otras, pero el nivel general es muy alto, dispongan o no de gasolinera.
Una buena idea para la previsión de paradas en Francia es hacerse con el “Atlas Autoroutière” de Michelín. Una guía en la que aparece toda la red de autopistas francesa, amén de todas las áreas de descanso, además de otras interesantes informaciones como distancias entre ellas, peajes, etc. Suele ser fácil encontrarla en las tiendas de cualquier área.
Aunque en el resto de países de la Europa Occidental las áreas de autopista con gasolinera disponen, en general, de servicios similares, la mayor diferencia se advierte en las simples áreas de descanso. En Francia y en el área germánica es frecuente que dispongan de WC, un detalle que siempre se agradece. Vale, que algunos están en condiciones bastante deplorables, pero para una urgencia, ahí están.
En Alemania, Suiza o Austria es bastante habitual que las áreas con gasolinera dispongan de restaurante y puestos de comida para llevar. Comerse una “frikadelle” (enorme hamburguesa) o un “bratswurst”, la típica salchicha asada, mientras viajamos es una tentación difícil de resistir. Los suizos suelen tener supermercados en sus áreas.
En la zona germánica también es costumbre pagar por utilizar las “toiletten”. La mayoría de las veces bastará con dejar la voluntad en el cestillo del guarda, pero cada vez es más frecuente que en las grandes áreas, el acceso a los servicios se haga a través de un torniquete a cambio de 0,50 €.; eso sí, en tal caso tienen el detalle de descontar el importe de los tiqués si se hace una consumición en el lugar, exceptuando el gasto en combustible.