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Historial

de la

Gran Guerra

 

 

1914-1918

 

(Péronne)


  

 

 

  

 

 

 

El "Historial de la Grande Guerre"

El "Historial de la Grande Guerre" de Péronne, localidad francesa situada en pleno campo de batalla del Somme, a 150 km al norte de París era el más importante en su género de los existentes en Francia hasta la inauguración en 2011 del "Musée de la Grande Guerre" de Meaux, al este de la capital francesa.

 

Ambos se complementan a la perfección para obtener una visión de 360º de la Primera Guerra Mundial, pero ser el último en llegar es una ventaja a veces demasiado importante y, si hay intención de visitar ambos, sin duda resulta tremendamente recomendable empezar primero por el museo de Meaux.

 

De esa manera disfrutaremos mejor los dos museos, pues es de suponer que estamos realmente interesados en conocer más a fondo lo que sucedió en Europa y en el mundo entre 1914 y 1918. La relativa cercanía de ambos museos a París facilita la visita conjunta, especialmente si nos dirigimos a Gran Bretaña o al norte de la Europa Continental. En tal caso Péronne nos pillará de paso.

 

Nosotros así lo hicimos y empezamos por el de Meaux. Por esa razón me permito invitar al lector a que, si no lo ha hecho ya, tenga a bien a empezar este pequeño viaje por los sucesos de la Gran Guerra en el sector occidental de Europa por el relato de nuestra visita al "Musée de la Grande Guerre" de Meaux. Al tratar la misma temática, los comentarios históricos están mucho más desarrollados en el otro relato. 

 

Sugiero pues que, pinchando en la foto, se "visite" primero el museo de Meaux y, después, se vuelva a este mismo punto. Al final del reportaje de Meaux encontraréis un enlace directo a aquí mismo. ¡Hasta luego, entonces!

  

Musée de la Grande Guerre (Meaux)

 

 

 

¡Bienvenido, por fin,

al "Historial de la Grande Guerre"!

 

Tras el vistazo al otro reportaje, las claves del primer gran conflicto bélico del siglo XX ya deben estar más que claras.

 

Si allí nos encontrábamos en pleno campo de batalla del Marne, al este de París, en Péronne estamos en otro tristemente famoso escenario bélico: los alrededores del río Somme, en la región francesa de Picardía, situada al norte de Francia entre París y la frontera belga. 

 

 

 

 

El museo dedicado a la "Grande Guerre", que es la denominación que los franceses dan a la Primera Guerra Mundial de 1914-1918 se ubica en el castillo de Péronne.

 

La imagen de la época permite hacerse una idea de la crueldad de los combates que se vivieron aquí. Estamos, por tanto, recorriendo un lugar histórico.

 

Como ya hemos comentado al principio, este museo ha sido durante muchos años lo más granado de la contienda en suelo francés y su visita se hace muy a gusto porque está todo muy bien expuesto y explicado.

 

 

 

 

Afortunadamente el castillo de Péronne ya no tiene nada que ver con el aspecto de 1918...

Eso sí, las cúpulas de las torres ya no han vuelto.

 

 

En el parque adyacente al castillo encontramos este indicador de los cementerios militares de los alrededores.

Los soldados cayeron como moscas en la Gran Guerra.

 

 

 

Aspectos prácticos

 

 En la foto aérea de Google Maps se aprecia perfectamente el castillo y los aparcamientos circundantes.

Frente a la entrada al museo, es decir la entrada al castillo, hay varias plazas de parking para coches.

Si viajamos con una autocaravana o una caravana, la mejor zona para estacionar el tiempo necesario

para visitar el museo y dar un paseo por Péronne es la Avenue Jean Jaurès,

tanto en la calle como en el aparcamiento para buses que hay al final de la calle/avenida.

En la foto lo veréis indicado en la parte superior izquierda.

En tal caso siempre resulta recomendable llegar a primera hora de la mañana.

A esas horas si no está vacío, poco le faltará.

Nosotros así lo hicimos y no tuvimos ningún problema para aparcar con la caravana.

Al menos en la avenue Jean Jaurès el aparcamiento es gratuito. Frente al castillo seguramente no.

 

 

 

 

 

 

Llegar a Péronne es muy cómodo. Se encuentra a sólo 5 kilómetros de la salida 13 de la autopista A1 de París a Lille.

  

Como puede leerse en la foto, el museo abre todos los días de abril a final de septiembre. El resto del año cierra los miércoles. 

 

Puede completarse la visita con el pequeño museo situado en el mausoleo/cementerio de Thiepval, a 28 kilómetros al noroeste de Péronne. También se pueden recorrer los campos de batalla del Somme.

 

La entrada oscila de los 3 a 10 euros en función de la edad del visitante y de que se visite también el museo de Thiepval.

 

Sin ir más lejos, la entrada de adulto a Péronne cuesta 9 euros, pero si se adquiere la conjunta con Thiepval solo habrá que pagar un euro más por ambos museos.

 

El castillo está rodeado con un frondoso parque con lago y el museo dispone de tienda y cafetería, además de estar en pleno casco urbano.

 

Más info en su página web.

 

 

 

 

  

 

 

 

   

 

La tienda del museo
 

La escalinata de acceso al museo desde el patio.

  

 

El museo

 

Tras dejar atrás la taquilla accedemos al patio del castillo

El enorme "Saint Chamond" preside el lugar

  

   

Carro de combate francés "Saint Chamond"

Su bautizo de fuego tuvo lugar el 16 de abril de 1917

en Berry au Bac (Somme)

Se construyeron 400 ejemplares y podía equipar

106 obuses y 7.500 balas de ametralladora.

 

En el patio se accede a una pequeña sala de exposiciones dedicada a

los batallones australianos que combatieron en este sector.

 

  

Homenaje a las tropas australianas que lucharon en la zona de Péronne  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Enrolados en el ejército británico que combatía a los alemanes en el frente occidental en el sector del Somme, los "Aussies" fueron los protagonistas de las batallas alrededor de Péronne.

 

El museo rinde homenaje a su esfuerzo y sacrificio.

 

 

 

 

 

En abril de 1917 así era el paisaje lunar de los alrededores de Péronne.

En el centro de la foto, ligeramente a la derecha, se aprecia la cruz de la tumba del capital Ivor Margetts

   

   

El recuerdo del desastre del desembarco de australianos y neozelandeses en la bahía de Gallípoli (Turquía) fue utilizado para animar a las tropas a alistarse.

 

 

Poco quedaba de los bosques que años antes habían existido.

En la foto, soldados australianos en un momento de "descanso del guerrero"

  

La sala homenaje australiana

 

 

 

Exposición temporal: "Amores en guerra"

 

 

Entrada a la exposición "Amores en guerra"

 

 

Tras subir la escalinata que conduce a las salas principales del museo, nos toparemos con una sala dedicada a las exposiciones temporales. Durante nuestra visita estaba dedicada a "los amores en guerra", mostrando las dificultades a las que se tuvieron que enfrentar tanto los soldados como sus familias, esposas y novias.

 

La guerra trastocó completamente la vida de la gente. La separación forzosa de los matrimonios y parejas, la muerte, los heridos, las infidelidades, fueron circunstancias que alteraron el día a día de todos aquellos a quienes les tocó vivir tan duros y aciagos días.

 

La angustia de no saber qué les estaría pasando a los seres queridos en el frente se paliaba con el intercambio de cartas. El correo postal fue la gran tabla de salvación y esperanza para muchos. Tanto en la trinchera como en casa.

 

   

 

La fotografía fue un gran consuelo para la gente

 

La partida al frente. La despedida de los enamorados

  

   

El servicio de correos no estaba mano sobre mano...

 

La llegada del correo era uno de los momentos más

esperados por los soldados.

 

La sala de los "Amores en guerra"

  

 

La sala de 1914 - 1915. Europa en guerra

 

La exposición resulta diáfana y agradable de visitar.

  

 

El museo ha sido renovado en 2014, con motivo del centenario del comienzo de la contienda mundial y. como es lógico, la exposición comienza con los hechos que antecedieron al inicio de la guerra, con especial énfasis en el suceso que puso en marcha los preparativos bélicos: el asesinato en Sarajevo de los Archiduques Francisco Fernando y esposa, herederos del imperio austro-húngaro.   

 

   

La imagen de la época recrea el atentado de Sarajevo

a manos del serbio Gavrilo Princip

 

Los Archiduques asesinados

 

El Kaiser Guillermo II de Alemania y el Emperador Francisco José de Austria

Ellos son los principales responsables del inicio del conflicto

   

El juego de alianzas existente entre los países europeos, la Entente y la Triple Alianza,

inclina la balanza a favor de la guerra -es bien sabido que desencadenada de manera muy torpe-

y la paz se derrumba como un castillo de naipes.

Francia mobiliza a la población para hacer frente a la declaración de guerra de Alemania...

La juventud se alista entusiasmada sin sospechar lo que se avecinaba.

  

   

 

 

Bélgica, que deseaba mantenerse neutral, rechaza

el ultimátum alemán y es invadida inmediatamente.

Su alianza con Gran Bretaña provoca la entrada

de los británicos en combate para protegerla.

 

 

Cartel británico indicando dónde alistarse

en Londres, 1914.

  

 

El mapa europeo de 1914 iba a cambiar drásticamente al final de la guerra...

La ilustración, desde luego, tiene su gracia.

El Caniche representa a Francia. El Bull Dog al Reino Unido.

El Dachshund a Alemania. El Dálmata a los países balcánicos y el oso, a Rusia.

Aunque en la foto no se aprecia demasiado bien, a España la muestran

con una imagen de los bandoleros de la Guerra de la Independencia. ¡Por Dios, qué fama!

 

 

En una época en la que la TV e Internet aún no existían, los carteles alcanzaron su apogeo

 

 

Los uniformes de ambos bandos

 

Si algo no se puede negar a la exposición de los uniformes es su originalidad. Nada de maniquíes vestidos a la usanza. Aquí los encontramos en posición tumbada, despojados de forma humana y colocados por países, aderezados con los accesorios pertinentes.

 

Lástima que la postración sugiera demasiado claramente la idea de que los soldados han caído en combate. Al menos esa es la sensación que me dio al verlo. En cualquier caso, habrá opiniones para todos los gustos. 

 

 

 

   

 El uniforme francés de 1914.

Pronto evolucionaría hacia tonos azulados, mucho

menos visibles y, por tanto, menos vulnerables.

 

Los uniformes alemanes de 1914 eran más discretos,

pero también evolucionarían

hacia modelos más funcionales.

El casco prusiano, puntiagudo, también sería abandonado en favor de otro más resistente y práctico.

  

El uniforme alemán "moderno", despojado ya de los aditamentos decimonónicos

 

 

   

Aquí se aprecia mucho mejor

cómo era el uniforme alemán "definitivo"

 

Compárese el casco prusiano con el que se utilizó después.

El gorro plano también fue ampliamente utilizado por las tropas.

  

Uniforme de un infante estadounidense. En 1917 los EE.UU entraron en guerra contra Alemania

  

1917- La noticia de la ruptura de relaciones entre los EE.UU y Alemania: su entrada en guerra.

  

   

Las colonias fueron el "granero" de los contendientes.

Un millón de canadienses, australianos y neozelandeses

combatieron con el Reino Unido.

450.000 soldados africanos lo hicieron en el bando francés

 

Protegerse era esencial.

Cascos, cotas de malla, máscaras antigás...

 

 Un interesante aspecto del museo son sus mapas interactivos. Un juego de luces permite

conocer mejor cómo se desarrollaba tácticamente la guerra. El mapa muestra el frente occidental en 1914

 


 

1915-1916 - La desesperante guerra de posiciones

 

La siguiente sala del museo nos muestra la vida en las trincheras durante el bienio 1915-1916. Había desaparecido ya la ilusión de una guerra corta. La estabilización del frente occidental, el tedio de las horas muertas entre ataque y ataque, generaba una desesperanza terrible entre los contendientes. La idea de lo absurdo de tanta matanza inútil se adueñó de Europa. Si alguna vez hubo una idea romántica de la guerra, en 1915 ya no quedaba ni rastro de aquello.

 

 

 

   

1915-1916

Los cuatro frentes europeos: norte de Francia, frontera austro-italiana. La zona balcánica y turca y el frente ruso.

 

 

Cascos y objetos cotidianos de la vida de los soldados.

  

   

El armamento expuesto en el museo no es muy

numeroso ni de gran tamaño, pero permite hacerse

una idea muy cierta de su capacidad destructora.

 

Los agujeros de estos cascos no permiten hacerse

muchas ilusiones acerca de la suerte 

que corrieron sus portadores.

  

El cuadro muestra intensamente el drama de los combates.

Soldados franceses descansando en un cráter de bomba tras la batalla

  

   

 Albert Grember fue uno de los que no lo pudo contar.

Poner cara a la muerte siempre impresiona.

 

 Los gases tóxicos fueron una de las armas más

terribles de la Gran Guerra. Lo fueron tanto que

en la Segunda Guerra Mundial no llegaron a utilizarse

(al menos de manera abierta)

   

Los instrumentos de observación de la época: saber qué va a hacer el enemigo es vital.

 

   

La importancia de un arma tan novedosa como fue

la aviación tampoco se descuida en el museo.

 

 Los aviones se enhiben a escala.

Al fondo, el Fokker triplano del Barón Rojo

  

Hacía falta mucho valor para volar en aquellos locos cacharros y hacerlo, además, con una casaca de cuero...

  

   

 Los servicios sanitarios y las prótesis para los

mutilados fueron cruciales en la Gran Guerra.

La Cruz Roja fue la gran protagonista.

La ciencia médica y la cirugía vivió un gran avance.

Había que hacer de la necesidad virtud.

 

 Los grandes mutilados fueron uno de los problemas más

peliagudos de la contienda. La artillería hizo estragos.

   

El cartel ilustra escenas de una evacuación de heridos por ferrocarril

  

Las vitrinas que rodean las salas exponen carteles y objetos de la vida militar y cotidiana.

 

 La necesidad de recaudar dinero para sostener el esfuerzo bélico y la mobilización de la mujer

como participante activo en la contienda (en fábricas y retaguardia, pues solamente en el frente ruso

las mujeres soviéticas llegaron a combatir) fueron dos constantes durante los años de guerra.

  

   

Las medallas son arte militar

 

Maqueta de un dirigible.

Los Zeppelin alemanes fueron protagonistas de la guerra

 

 

 

El final de la guerra

 

 

1918 - La contraofensiva aliada que acabó poniendo a Alemania contra las cuerdas.

 

El "Fin de la Guerra". Así lo titulaba "The Evening News" el lunes 11 de noviembre de 1918.

  

 

   

La prensa francesa:

"Alemania ha capitulado"

"Se ha firmado el armisticio"

 

La abdicación del Kaiser

"El último de los autócratas".

Así lo titulaba el Sunday Pictorial

  

"El día de la Paz". La gente se echó a la calle a festejar el fin de la guerra.

 

 

 

La obra de Otto Dix: los horrores de la guerra

 

La entrada al espacio "Otto Dix"

  

Los artistas son, ante todo, hombres. Y como tal están sujetos a los caprichos del destino. El pintor expresionista alemán Otto Dix (1891-1969) no fue una excepción y le tocó vivir el drama de dos guerra mundiales. Al inicio de la Gran Guerra, con 23 años, se alistó voluntario en el ejército alemán. Otro que se dejó llevar por el ardor guerrero. Combatió tanto en el frente occidental, en el Somme, como en el oriental y fue herido en el cuello. Sin embargo aquella experiencia traumática lo marcó profundamente y en 1924 publica 50 grabados bajo el título "La Guerra", en los que ilustra los horrores vividos en el campo de batalla.

 

El museo le dedica un espacio propio en el cual se exponen sus grabados sobre la guerra. 

 

Uno de los grabados de Dix sobre los horrores de la guerra.

Si este ya impresiona, todavía los hay mucho más impactantes...

 

 

El día después...

 

La guerra no termina cuando se deja de disparar. Las secuelas y consecuencias de tanta barbarie dejan huella por mucho tiempo. El museo dedica su última sala a revisar todo ello. 

 

 

 

 

   

 

Niña alsaciana con un infante francés.

Francia recuperó Alsacia y Lorena.

 

¡Bienvenidos a casa!

El retorno del guerrero.

  

   

La creatividad humana no conoce límites.

De las balas y los obuses también puede

surgir belleza...

 

La otra cara de la moneda. Esas mismas balas y obuses

condenaron a John William Boutall, veterano británico mutilado,

a tener que usar esa silla de ruedas.

  

 

Mercadillo de la destrucción y muerte.

Este montón de chatarra oxidada recogida de los campos de batalla es una triste alegoría de lo que la estupidez humana es capaz de perpetrar

   

 

Europa en 1923

Nada que ver con lo existente nueve años antes.

Tres imperios han desaparecido. 9 nuevos países se han incorporado al mundo.

La consecuencia de la Gran Guerra de 1914-1918

 

 

Sólo 21 años después del final de la Gran Guerra Europa volvía a las armas. Al menos ahora ya llevamos 74 años sin matarnos los unos a los otros. Algo es algo, pero me da que no hemos aprendido a llevarnos bien lo suficiente...

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