arís
Ah, París, París. Así como Londres me entusiasma, con París mantengo una relación más extraña, más ambigua.
Me gusta, sí y si alguien dice de ir, me apunto inmediatamente, pero no sé, algo tiene que no termina de engancharme. ¡Y mira que la he visitado veces!
No negaré, Dios me libre, sus muchos encantos, que los tiene.
Es una ciudad maravillosa -espectacularmente monumental y cargada de historia- y la verdad es que me gusta visitarla cada cierto tiempo, pero echo de menos “la vida” y el ambientazo de Londres, aunque las comparaciones siempre resulten odiosas.
Sin ir más lejos, un domingo en París no tiene nada que ver con uno en Londres. Cuando cierra el comercio, tampoco. Bueno, ahí Londres juega con ventaja porque la mayoría de comercios del centro cierran tardísimo.
Dicho esto que quede bien claro que la ciudad del Sena, del Louvre y de la Tour Eiffel se merece nuestra visita.
¡Por algo será que es uno de los destinos preferidos de los españoles!
Así que ya podéis ir reservando, como poco, tres o cuatro días para irle “hincando el diente” a lo mucho que hay que ver por allí.
Ah, por si todavía alguien que no se haya enternado le diremos que “Disneyland París” pilla muy, muy cerca… ¡Y el “Parc Astérix” también!