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Elegir camping

o el arte de acertar

 

 

 Camping de Chinon - Castillos del Loira (Francia)

 

 

 
 

 

 

  • La elección de los camping que habrán de alojarnos a lo largo de nuestro itinerario es uno de los puntos clave que nos marcará indefectiblemente el desarrollo del plan de viaje, tanto por su situación, por sus horarios de acceso, por los servicios que ofrezca, por sus tarifas, etc. Por eso mismo hemos de procurar elegir bien. 

 

Camping "Nordkapp", en el Cabo Norte,

con los renos pastando delante de la caravana.

Sólo eso "valió el viaje".

 

 

  • Como ya hemos visto, la situación de los camping es uno de los elementos más importantes a la hora de plantear las etapas, tanto si son de pernocta, como si han de actuar como “campamento base” desde donde movernos para nuestras visitas turísticas.

 

  • Nuestros criterios para elegir los camping del viaje suele ser los siguientes:

 

  1. Que el camping se encuentre lo más cerca posible de la localidad o zona que nos interese.

 

  1. Que su situación nos permita visitar el mayor número de lugares posible sin vernos obligados a cambiar de camping.

 

  1. Que su acceso sea cómodo desde la autopista o carretera principal de la zona.

 

  1. Que se adapte a nuestros gustos y necesidades: principalmente que tenga agua caliente en lavabo y fregaderos y, para ciertas ocasiones, acceso directo al mar, que tenga piscina, piscina con tobogán, animación para niños, cafetería o restaurante, etc.

 

  1. Que sus horarios de acceso y recepción sean “lógicos”. En algún camping francés, por ejemplo, nos hemos encontrado que la recepción sólo abría unas pocas horas al día, lo que lo hace muy incómodo. Tener en cuenta el “mittagruhe germánico” o descanso del mediodía, típico de los camping alemanes, austríacos y suizos.

 

  1. Si buscamos un camping próximo a una gran ciudad y pensamos visitarla en transporte público, asegurémonos primero que el acceso desde el camping a la parada de bus, tranvía, tren o metro sea fácil y cómodo. Leer más sobre nuestra experiencia en camping y transporte público en muchas capitales europeas. Las describimos con detalle.

 

 

  1. Que sean “tranquilos”, aunque ese requisito sea más fácil de conseguir fuera de España. Ya sabemos que aquí nos gusta la tertulia, la barbacoa, la timba de cartas, la juerga nocturna...

 

  1. Que acepten animales de compañía, si viajamos con ellos.

 

  1. Que acepten tarjetas de crédito (y cuáles, que no en todas aceptan  Visa o  Mastercard). Ese es un detalle al que suelo prestar mucha atención, pues el capítulo de camping supone una parte importante del presupuesto y cuando estamos fuera de España, aún pagando en euros, evitar pagar en efectivo siempre es un punto a favor… ¡que las comisiones por extraer dinero de un cajero son, como mínimo, de un 4%!.

 

  1. Que acepten “el carnet internacional de camping” como “identificación” o que nos hagan descuento por poseerlo.

 

  1. Y por último y aunque suene a perogrullada, cuando un camping ocupe una posición “estratégica” y no haya otros camping cerca…¡asegurarnos previamente de que se encuentra abierto y funcionando!. Que no sería la primera vez que, al llegar, nos lo encontrásemos cerrado por obras…

  

  • La otra gran cuestión a la hora de elegir camping es evitar, al máximo, los cambios de camping, pues ello supone una pérdida considerable de tiempo. Entre el recoger las cosas para salir, el desplazamiento, la localización, el registro y “las tareas de acampada” en el nuevo se va un tiempo precioso que no emplearemos en cuestiones más interesantes. Por eso mismo, en la medida de lo posible, conviene “centralizar” al máximo los camping que nos habrán de servir de base.

 

  • Una duda que solemos plantearnos a menudo a la hora de elegir camping es qué nos va a interesar más. Si quedarnos más días en un mismo camping y desde allí desplazarnos a los lugares de visita elegidos, aunque eso suponga hacer algunos kilómetros de más entre la ida y la vuelta o, por el contrario, si algunos de los puntos a visitar se encuentran, pongamos a unos 100 km. de distancia, nos interesará cambiar de camping y “acercarnos” a tales puntos.

 

  • La respuesta normalmente nos la dará “la distribución de lugares a visitar”  en el mapa, Visualmente es fácil detectar el “punto equidistante” a esos lugares y buscar por allí un camping que nos pueda servir “de campamento base”. En tal caso procuramos que las distancias a los lugares de visita más lejanos no excedan, como ya hemos comentado, de unos 100 km. a la redonda, siempre y cuando las carreteras faciliten los desplazamientos, por supuesto. A fin de cuentas trasladarnos a una distancia de 100 km, por autopista, supone poco más, poco menos, una hora de viaje.

 

  • Desde luego la situación ideal se da cuando los puntos de interés se sitúan formando una “estrella”. En inglaterra, en 2003, desde Tewkesbury pudimos visitar un montón de lugares, desde Gales a Oxford. ¡6 noches estuvimos allí!. Un auténtico récord para nosotros.

 

  • El caso “emblemático” de tipo opuesto al anterior lo viviremos, a buen seguro, en Noruega. Incluso en los fiordos, los puntos de interés se encuentran lo suficientemente dispersos como para que, en general, podamos estar más de dos días en cada camping. Y no digamos si nuestra intención es alcanzar el cabo norte...

 

  • Si en Inglaterra las “motorways” facilitan sobremanera los desplazamientos a distancias medias, en Noruega las bastante infames carreteras de la zona hacen que desplazarse a tan sólo 50 km. ya empiece a resultar muy poco estimulante. Eso sin contar que, muy probablemente, tengamos también que tomar algún ferry o transbordador, de ida y vuelta, por supuesto.

 

  • Noruega es un país muy bien adaptado a la autocaravana, pero que ningún  caravanista se corte de visitar un país tan fantástico por pensar que moverse por allí con la caravana es un problemático. Para nada. Arreglaremos la cuestión a base de hacer algunos kilómetros de más, los del regreso al camping, a cambio de poder movernos con mayor soltura con el coche por las estrechas carreteras de la zona.

 

  • Como no siempre tendremos la suerte de que, geográficamente los puntos de interés coincidan con emplazamientos de camping “ideales”, entonces no nos quedará otra que buscar el alojamiento donde mejor nos apañe, qué remedio, aunque eso implique hacer algún cambio de más.Incluso a veces nos veremos “obligados” a tener que desdoblar las estancias en dos camping, al quedarnos un grupo de lugares a visitar demasiado alejado del camping en cuestión. ¡Más que nada porque no tendría ningún sentido desplazarse dos o tres veces a lugares bastante lejanos!. Lo lógico, en esas circunstancias, es buscar otro camping cercano a ellos.

 

  • En nuestro caso, como en los largos viajes casi siempre utilizamos el camping prácticamente para dormir, pues apenas hacemos vida en ellos, realmente nos vale casi cualquiera a condición de que reúna unas condiciones mínimas “de habitabilidad”. Así pues primamos “la situación” por encima de casi cualquier otra consideración cuando se trata de pernoctar uno o dos días a lo sumo. ¡Aún así no pocas veces hemos salido “huyendo” como alma que lleva el diablo de algunos camping más parecidos a “castillos del terror” que a un establecimiento de acampada!

 

  • Cuando practicamos “turismo de estancia”, -sobre todo en España- entonces ya le pedimos otras cosas al camping: proximidad a la playa, que sea tranquilo, etc.

 

  • Ah, en acampadas durante la época invernal, no está de más buscar camping que dispongan de bloques de aseos con calefacción. Y una vez allí, si el terreno de acampada es de hierba, tener siempre la precaución de colocar la caravana de manera que el coche pueda tener las ruedas tractoras en un terreno asfaltado o duro.

 

  • Salvo que el coche sea de tracción total, no sería la primera vez que, tras copiosas lluvias, el terreno estuviera tan blando y resbaladizo que el vehículo fuese incapaz de sacar la caravana del emplazamiento…;

 

  • En esos casos sólo queda recurrir a la ayuda ajena o, si hemos tenido la precaución de llevar “placas anti-barro” en el coche, confiar en que ellas se basten para que las ruedas tractoras del coche logren el agarre necesario para sacar la caravana de la parcela…

 

  • Una de esas experiencias “traumáticas” tuvo lugar en holanda, en las navidades 2005, aunque gracias al Discovery de nuestro amigo Gonzalo, la cosa no pasó a mayores. Otra tuvo lugar en el camping de Torcy, próximo a Disney, debido a que algunas parcelas están un poco en pendiente y no había manera de que el coche dejara de patinar. No obstante, como allí ya se lo saben, disponen de un tractorcito para tales menesteres. Un detalle.

 

  • En suma y visto lo visto, que cada cual elija los camping que mejor se adapten a sus gustos y necesidades, pero siempre teniendo en cuenta las anteriores recomendaciones. El éxito de nuestro viaje depende mucho de ello.

 

 

 

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