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El “Gran Viaje”

a los confines del continente.

  

En las islas Lofoten

  


¡Hemos vuelto a los fiordos en 2011!

 

ATENCIÓN:

Peajes electrónicos

en Noruega


Noruega ha implantado un sistema de peajes, de tipo electrónico, que requiere que le prestemos un poco de atención. Pincha aquí para saber más...

  

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

Año:

Agosto/Septiembre 2004 (datos actualizados en 2011)

Duración del viaje:

26 días y medio.

Kilometraje total:

12.401

Relato publicado en “El Camping y su Mundo” (nº 211-212 - nov.-dic. 2006)

Aquí se incluye el relato íntegro

 

Nota: A pesar del tiempo transcurrido desde la realización del viaje, se ha actualizado en 2011 toda la información susceptible de ser puesta al día, por lo que su contenido mantiene, en la medida de nuestras posibilidades, su plena vigencia.

 

 Hacemos también constar que la información práctica que se facilita en el relato se hace a título personal, con la intención de que pueda resultar lo más útil y ajustada posible. No obstante recomendamos que, en evitación de sorpresas y contratiempos, antes de emprender el viaje, confirméis los horarios, precios, y demás datos susceptibles de variación o modificación. ¡Y buen viaje!

 

   

RUTÓMETRO

FECHA

ETAPA

KM./DÍA

Jueves, 12 de agosto 2004

Valladolid-Camping de Le Muret (Francia)

572

Viernes, 13 de agosto

Le Muret - Breda (Holanda)

1.154

Sábado, 14 de agosto

Alkmaar – Enkhuizen (Holanda)

265

Domingo, 15 de agosto

Alkmaar – Randers (Dinamarca)

873

Lunes, 16 de agosto

Península de Djursland (Dinamarca)

253

Martes, 17 de agosto

Randers – Hirtshals (DK) –

Travesía en ferry a Noruega

Kristiansand-Stavanger (N)

159 + 255

Miércoles, 18 de agosto

Stavanger / Stavanger - Odda

27 + 193

Jueves, 19 de agosto

Glaciar de Buer / Odda – Rv 55 (Turtagro)

11+ 336

Viernes, 20 de agosto

Rv 55 – Trondheim / Trondheim – Vegset (E6)

354 + 316

Sábado, 21 de agosto

Vegset – Círculo Polar / Círculo Polar - Skutvik

408 + 289

Domingo, 22 de agosto

Camping – Embarcadero / Islas Lofoten

5 + 352

Lunes, 23 de agosto

Kabelvag (Lofoten) – Birtavarre (E6)

520

Martes, 24 de agosto

Birtavarre – Alta / Alta - Nordkapp

248 + 267

Miércoles, 25 de agosto

Nordkapp (Isla de Mageroya)

125

Jueves, 26 de agosto

Nordkapp (Skarsvag) – Karasjok / Karasjok-Inari (Fi)

274 + 237

Viernes, 27 de agosto

Inari - Rovaniemi

385

Sábado, 28 de agosto

Rovaniemi - Porvoo

893

Domingo, 29 de agosto

Porvoo – Helsinki / Helsinki

55 + 52

Lunes, 30 de agosto

Tallin (Estonia) excursión en metro y barco

-

Martes, 31 de agosto

Helsinki / Travesía en ferry Helsinki - Estocolmo

15

Miércoles, 1 de septiembre

Puerto – Camping Bredang / Sigtuna y Estocolmo

22 + 152

Jueves, 2 de septiembre

Visita a Estocolmo en metro

-

Viernes, 3 de septiembre

Estocolmo (Bredang) – Puente Oresund – Ferry Rodby – Puttgarden (Alem.) – Area autopista Bremen

654 + 192 + 248

Sábado, 4 de septiembre

Bremen / Bremen - Düsseldorf

62 + 334

Domingo, 5 de septiembre

Düsseldorf – Area autopista de Francheville (A10 – Fr.)

624

Lunes, 6 de septiembre

Area autopista – Amboise / Ruta por el Valle del Loira

142 + 85

Martes, 7 de septiembre 2004

Amboise - Valladolid

1.013

 

TOTAL

12.401

 

 

LOS NECESARIOS PREPARATIVOS:

 Nota actual:

  1. Atención: Hemos vuelto a los Fiordos, en avión y coche de alquiler, en mayo de 2011.
  2. Varias cosas que hay que tener en cuenta respecto a la información que se incluye en este relato:
  3. El sistema de pago de los peajes en Noruega, tanto de carretera o autopista como en los accesos a las principales ciudades, ha cambiado. La inmensa mayoría funcionan con pago automático (Autopass), por lo que ante cualquier viaje a Noruega con nuestro propio vehículo es conveniente darnos de alta previamente a través de internet para que nos carguen los peajes en la tarjeta de crédito que asociemos. También existe un sistema de pago a posteriori. Lo mejor es que os informéis en la web de la oficina de turismo noruega. Pincha en este enlace.
  4. Si alquiláis un coche en Noruega, la empresa os facilitará un coche dotado de receptor. Después os girarán el importe de los peajes en vuestra tarjeta de crédito a medida que les vayan llegando los cargos. Al menos así nos fue con "Hertz".
  5. La segunda "novedad" es que ahora han sumado un ejército de radares a su ya proverbial obsesión por los límites de velocidad. Utilísimo disponer de un GPS dotado de avisador de radares.
  6. La tercera cuestión es que todavía la hemos encontrado más cara de lo que ya nos pareció camino al Cabo Norte. En 2011 el litro de gasóleo ronda las 14 NOK (1,80 € aprox). Y pagamos casi 9 € la hora en un parking de Oslo...
  7. Y dicho esto, vayamos al relato...

 

 

Sinceramente ha sido más complicado de lo que imaginaba encontrar un título capaz de describir en pocas palabras todo lo visto y vivido a lo largo de 26,5 días de viaje; después de haber recorrido 12.401 km. con nuestra caravana (y sin ella); consumido 880 litros de gasóleo; embarcado en 10 ferries o transbordadores; atravesado nueve países o usado cinco monedas diferentes; y todo ello porque la idea del “gran viaje” no consistía únicamente llegar a “La Roca”, también era... “mucho más”. Y os lo vamos a contar.

 

 

En el Cabo Norte...

 

Mientras la idea de llegar al Cabo Norte iba tomando forma, pensar en todas esas magnitudes resultaba tan imponente como irresistible era su atracción. Afortunadamente las ganas de hacer el viaje ganaron la partida, las dudas quedaron atrás y ahora podemos decir alto y claro: ¡Qué maravilla de viaje y qué fácil resultó todo!.

 

¿Qué campista “rutero” no ha soñado alguna vez con llegar algún día a ese destino mítico; esa “Meca” del campismo europeo que es el Cabo Norte?. Pues bien, hacerlo es bastante más sencillo de lo que parece. De acuerdo, admitamos que la dichosa roca no está precisamente a la vuelta de la esquina y que nos esperarán muchas horas de coche, pero realmente sólo necesitamos dar rienda suelta al entusiasmo para emprender este estupendo viaje sin permitir que esos aparentes obstáculos nos descorazonen porque realmente vale la pena.

 

De verdad que el transcurso del viaje ha sido mucho más cómodo y llevadero de lo esas grandes cifras dan a entender. La “receta” es muy simple: planificación y más planificación y mucha ilusión son las claves para que las vacaciones a la punta de Noruega sean un éxito rotundo. Si además nos defendemos en inglés, pues mucho mejor. Y llegar con caravana tampoco es obstáculo. ¡Ánimo, caravanistas! Ni hemos sido los primeros ni seremos los últimos. Si queréis saber más sobre nuestra experiencia planificando viajes, pinchad aquí.

 

¿Y el presupuesto?. A primera vista el coste de un mes de viaje, peajes, entradas, barcos, camping, combustibles por las nubes, los precios escandinavos, etc. puede echar atrás. Sin embargo tampoco los dineros son excusa para no ir, pues para un viaje tan largo y espectacular como este es perfectamente posible volver a casa habiendo gastado solamente entre 3.000 y 3.600 € (de 2004, claro) todo incluido, lo que es bastante razonable teniendo en cuenta que hemos estado casi un mes de viaje. Si queréis saber más sobre nuestra experiencia preparando presupuestos, pinchad aquí.

 

Dicho esto, sería fantástico que a través de nuestra experiencia y la de tantos otros que nos han precedido, las reticencias quedasen aparcadas y todos los que, como nosotros, habéis deseado alguna vez hacer realidad este sueño, os liéis la manta a la cabeza y os “embarquéis” sin complejos en esta aventura... que por falta de barcos no va a quedar.

 

Aunque contábamos con la valiosa experiencia de haber estado ya en los fiordos noruegos o de conocer gran parte de los países que íbamos a cruzar, ajustar la ruta no fue sencillo. Una vez más debemos insistir en la importancia de planificar con tiempo suficiente para “pulir” el itinerario sin prisas.

 

Teniendo que cruzar Dinamarca, Noruega y Suecia, incluso visitar Estonia (en 2011, Estonia ha entrado en el euro. Un problema menos) si nos apetece, el problema del cambio de moneda es peliagudo, pues no siempre resulta fácil calcular qué cantidades vamos a necesitar cuando, además, la visita a alguno de esos países será muy, muy corta. si queréis saber más sobre nuestra experiencia con los cambios de moneda, pinchad aquí.

 

En nuestro caso los principales puntos de interés a visitar eran Stavanger; el círculo polar ártico; las Islas Lofoten; el Cabo Norte y Laponia; Rovaniemi y la Casa de Papá Noel; Helsinki; Tallin; Estocolmo; Bremen y la feria de caravaning de Düsseldorf.

 

Cabe señalar también que este itinerario que escogimos no es el ideal para quienes visitéis Noruega por primera vez, puesto que Oslo, Bergen o los fantásticos fiordos quedan al margen. Como sería una pena no disfrutar de sus encantos, deberíais dedicarles, al menos, una semana, aunque eso implique tener que quitar de otro lado para cuadrar la ruta; No importa, la preparación es tan divertida como el viaje. si queréis saber más sobre nuestra estancia en los fiordos, pinchad aquí.

 

 

RUMBO A NORUEGA:

 

La tarde del jueves 12 de agosto de 2004, nos pusimos en carretera con nuestra caravana “Rapido Club 39 T”, de techo practicable. Hicimos noche en el camping de Le Muret, a 50 km. de Burdeos, que cierra a las 23 h. Otra posibilidad de pernocta es el área de autopista de Bordeaux-Cestas, bien iluminada, equipada y tremendamente concurrida. Al día siguiente nos esperaba la etapa más larga del viaje –1.100 kms. – con final en Breda, en la idílica Holanda. Salvo la intermitente lluvia, el viaje transcurrió sin problemas. Pernoctamos en el camping “De Bosweelde”, que cierra a las 12 de la noche, algo bastante inusual por aquellos lares.

 

Para saber más dela mejor ruta para llegar a la frontera belga, bien por París o vía Calais, desde la frontera de Irún, pinchad en este enlace. Y si queréis ahorrar unos euros en los repostajes franceses, haced lo mismo en este otro.


LA MEJOR RUTA PARA LLEGAR A BREMEN / HAMBURGO:

 

Nota  (2011): Para llegar de París a Bremen, en el norte de Alemania hay actualmente dos itinerarios interesantes, que se salen un poco de lo más trillado, fruto de la apertura de algunas autovías/autopistas en Holanda y Alemania que no estaban abiertas hace unos años.

 

Desde luego hay varias alternativas para cubrir ese trayecto, pero no todas son igual de interesantes en función del vehículo que conduzcamos.

 

Si viajamos en un vehículo sin remolque, puede que nos interese aprovechar todo lo posible las autopistas alemanas, ya que genéricamente carecen de límites de velocidad y se puede circular con tranquilidad sin temor a los radares. Claro que no es oro todo lo que reluce, pues hay dos cuestiones que alteran ese teóricamente idílico panorama: uno es el tráfico que suelen llevar los grandes ejes ruteros alemanes, la A1 Colonia-Hamburgo, por ejemplo. El otro es que cada vez abundan más los tramos con limitaciones de velocidad específicas. Muchos son de 130 km/h, pero otros son inferiores. En cambio eso es menos frecuente en las autopistas menos "importantes", o sea, las que no constituyen los ejes ruteros principales

 

Con la caravana a cuestas el panorama cambia bastante, pues en todos los países existen límites específicos de velocidad para los vehículos con remolque. En las autopistas, Francia pone el límite en 130 hm/h o 110 km/h con lluvia igual que si conducimos un coche sin caravana o remolque. En Bélgica, el límite es de 120 km/h y en Alemania es de 100 km/h, pero en suelo alemán a menudo surge un problema importante para los que llevamos caravana o remolque... en muchas autopistas alemanas -total o parcialmente- entre las que se cuentan las principales, por supuesto, no se permite adelantar a los camiones, remolques e incluso autocares normalmente entre las 6-7 mañana hasta las 19-20 h. de la tarde, lo que es un tremendo fastidio, pues es fácil encontrarse detrás de un lento camión. Y no es cuestión de jugársela demasiado con la "Polizei", por si acaso. Leer más sobre las "peculiaridades alemanas", que esta no es la única...

 

Así pues, debido al increíble tráfico que soportan las principales autopistas alemanas como la A1 ó la A7 por ejemplo, los camiones, autocares y vehículos con remolque tienen prohibido el adelantamiento de 6 a 20 h, como ya hemos comentado. Esos tramos de prohibición están bien señalizados, pero a menudo son muy largos y en algunas autopistas como la de Hamburgo a la frontera danesa (A7) la prohibición es permanente. En los tramos de tres carriles es posible adelantar, pero lamentablemente éstos tampoco abundan. 

 

En consecuencia puede interesar buscar otras alternativas a través de Bélgica y Holanda que nos acorten el recorrido en suelo germano. Estas alternativas son las siguientes:

Opción A (menos recorrido en Alemania): París, Lille, Gante, Amberes, Breda, Arnhem, Apeldoorn, Hengelo, para salir a la autopista A1 alemana, cerca de Osnabruck

Opción B (más recorrido por Alemania): París, Valenciennes, Namur, Lieja, Maastricht, Venlo, Duisburg, Munster, Osnabruck.

 

La elección de una u otra opción la dejo al gusto de cada cual, pues prácticamente calcan las distancias y la diferencia en peajes es de algo más de un euro (en 2011) pero ambas merecen ser estudiadas detenidamente. La web www.viamichelin.es es la que solemos utilizar para calcular los itinerarios y la encontramos muy útil, pues facilita los importes de los peajes, entre otras muchas cosas.

Respecto a la "opción B" hay que comentar que discurre a través de Duisburg y Essen, que son zonas muy pobladas de Alemania lo que implica riesgo de tráfico intenso y también tiene más kilómetros con limitación de adelantamiento.

 

 

A partir de Osnabruck, por la A1 hasta Bremen y Hamburgo conviene armarse de paciencia porque hay limitaciones de adelantamiento en casi la totalidad del recorrido, salvo algunos tramos de tres carriles sin ella y el tráfico es tremendo. Si el destino final es la Jutlandia danesa por la A7 de Flensburg, más paciencia. El tramo entre Hamburgo y la frontera danesa es prácticamente una limitación de adelantamiento, aunque a cambio la intensidad del tráfico disminuye bastante respecto a la A1.

 

Por el contrario, si desde Hamburgo optamos por llegar a Puttgarden para coger el ferry hacia Dinamarca, ya no recuerdo cómo está el tema de las limitaciones de adelantamiento...

 

Y dicho esto, volvamos al relato original...

 

“JORNADA DE DESCANSO” EN LA HOLANDA MÁS TÍPICA:

 

El sábado iba a ser un soleado día de relax. El camping “Alkmaar” estaba lleno, pero nos hicieron un hueco y pudimos acampar sin esperar a las 12 de la mañana. www.campingalkmaar.nl

 

En Alkmaar era día de mercado, con lo que el ambientazo estaba asegurado. Los mercadillos holandeses son una gozada y comer en ellos más aún. Nos encantó volver a esa ciudad diez años después. Tiene rinconcitos realmente maravillosos, como los hay en casi todos los pueblos al norte de Amsterdam. Edam, Volendam o Marken son otros pueblos de postal que no hay que perderse, pero un día no da para tanto.
 

En el mercado no podían faltar los quesos...

 

 

 

Alkmaar es una preciosidad.

 

Después de tres viajes a Holanda, preferimos pasar la tarde en el “Zuiderzee Museum”, en Enkhuizen, localidad que presume de tener el mayor número de veleros de todo el país. Es un museo al aire libre que recrea la vida de los habitantes del antiguo Mar del Sur -convertido ahora en un mar interior- que, sinceramente, nos defraudó. Mucho más bonito nos pareció, por ejemplo, el “Zaanse Schans”, en la cercana población de Zaandam, cuando lo visitamos años atrás. www.zuiderzeemuseum.nl y www.zaanseschans.nl.

 

No obstante, si optáis por el “Zuiderzee Museum”, haced caso omiso de las señales que hay llegando al pueblo. Si las seguís, como así hicimos, os llevarán a un enorme parking de pago – 5 € - donde únicamente están las taquillas y un embarcadero para el transbordador que os dejará en el museo situado al otro lado de la bahía. Cierra a las 17,00 h. y la barcaza sale cada 15 minutos. 

 

La bucólica Holanda en el "Zuiderzee Museum"

 

La travesía marítima proporciona vistas espléndidas del puerto y sus veleros, pero también alarga la visita casi en una hora. Es mejor aparcar en el pueblo –que no es muy atractivo- e ir andando al museo a sólo diez minutos del centro urbano. Para los más pequeños de la casa, Enkhuizen también ofrece el “Sprokjeswonderland”, un mini-parque de atracciones dedicado a los cuentos de hadas. www.sprookjeswonderland.nl

  

Y LLEGAMOS A DINAMARCA.

El domingo salimos hacia Randers (Dinamarca). Los 800 kms. de ruta se hicieron bastante monótonos a causa de la sempiterna llanura del paisaje, del permanente cielo gris y de los enervantes tramos de prohibición de adelantamiento en la autopista alemana.

 

Lo mejor fue cruzar el “Gran Dique del Norte”, una excepcional obra de ingeniería construida en 1932. Actualmente consiste en una autopista de 30 kms. de longitud que separa el Mar del Norte del antiguo “Zuiderzee”, evitando así las frecuentes y devastadoras inundaciones de antaño, además de haber permitido ganar enormes porciones de terreno al mar. A mitad de recorrido encontraréis un monumento a sus autores e información sobre su construcción.

 

 

El "Gran Dique del Norte" (Holanda)

 

Acampamos en Randers, en el “Fladbro Camping”, el mejor de todo el viaje. El lunes recorrimos la península de Djursland, al este del país; zona que no vimos en 1999 cuando pasamos las vacaciones en Dinamarca. www.randerscitycamp.dk

 

Mariager -el “pueblo de las rosas”- tiene algunas bonitas casas de entramado de madera de estilo danés, pero dado que su situación exige un desplazamiento ex profeso y que tampoco hay flores como para tirar cohetes, dejamos en el aire la recomendación de su visita. 

 

Mariager. Casa de entramado de madera y algunas rosas...

 

Ebeltoft, en cambio, nos gustó mucho. Es un pueblo pequeñito, coqueto, con un par de calles muy animadas y con mucho encanto. Sin embargo Grenaa es totalmente prescindible por mucho que el autor de la “Guía Azul” se empeñe en intentar convencernos de lo contrario. 

 

Ebeltoft

 

Acabamos el día en Randers, la gran ciudad de la península. Tiene algunos edificios interesantes, pero a las 7 de la tarde el centro estaba desierto y eso quita mucha gracia a la cosa. En definitiva, Djursland no será lo más apetitoso de Dinamarca, pero nos vino muy bien para un día de “descanso”. Tiene buenas playas para quien guste de ellas, si el tiempo lo permite, claro. Si queréis saber más sobre nuestro viaje a Dinamarca, pinchad aquí.

 

 

Y EMBARCAMOS HACIA NORUEGA...

 

El martes por la mañana cubrimos los 150 kms. hasta Hirtshals para embarcar a las 13,45 h., en el ferry “Christian IV” de “Color Line” rumbo a Noruega, un viejo conocido, pues ya habíamos navegado en él regresando de los fiordos. De Aalborg a Hirtshals no hay gasolineras -sólo una automática en la que nuestras tarjetas de crédito no funcionan- así que ojo al dato. 

 

El "Christian IV", un viejo conocido...

 

La travesía dura 4 horas y media. Reservar el pasaje por internet es facilísimo y muy cómodo -www.colorline.com- y no es necesario pagar anticipadamente, al menos en aquel momento. La reserva la confirman inmediatamente por e-mail y los pasajes se recogen y se abonan en la terminal del puerto en coronas danesas o con tarjeta de crédito. La ida costó, al cambio, 162 € caravana incluida, claro que al no superar los 2 m. de altura no pagamos recargo por ese concepto.

 

Aunque no lo teníamos previsto, comimos en el “Buffet de Cuento de Hadas” del barco. Es muy bueno y podréis disfrutar a placer de la gastronomía escandinava. Los ahumados eran excelentes y el precio muy razonable para lo que por allí se estila, 17 € por adulto, bebidas aparte. Al final, salimos por unos 21 € cada uno. Los niños pagan la mitad. La tienda libre de impuestos tiene también artículos a buen precio. (precios 2004)

  

Y PISAMOS SUELO NORUEGO POR SEGUNDA VEZ...

 

Zarpamos con lluvia, pero Kristiansand nos recibió con sol. Nuestra intención era dormir en Stavanger, todavía a 250 kms. de distancia. La carretera E39 que une Stavanger con Oslo, a pesar de su “categoría europea”, es impresentable, incluido un aún más impresentable peaje de 20 NOK en mitad de ninguna parte. Baste decir que hicimos un promedio de 60 kms/h y eso que apenas había tráfico. Al llegar a Noruega seguramente os sorprenda que, para entrar en las principales ciudades del país haya que pagar peaje, habitualmente unos 15 ó 20 NOK. Stavanger no es una excepción, pero al menos a partir de las 18 h. levantan las barreras.

 

Stavanger es la cuarta ciudad noruega y esconde “tesoros” como el “Gamle Stavanger” o ciudad vieja, un precioso conjunto de casas de madera blanca del siglo XVII, llenas de flores. Tiene también un pequeño puerto y una catedral medieval. La ciudad se visita sobradamente en un mañana, incluido el interesante “Museo de la Conserva” que nos enseñará cómo era el enlatado de sardinas en el siglo XIX. Su horario de 11 a 15 h. es bastante peculiar, pero sin duda vale la pena. 

Casas de madera blanca en "Gamle Stavanger"

  

En el museo de las conservas - Stavanger

 

Stavanger. Casas del puerto

 

Llegados a este punto cabe hacer una precisión. Como era nuestra segunda visita a Noruega, nos apetecía visitar Stavanger, cuya situación queda totalmente a trasmano de la ruta hacia el norte, obligándonos por tanto a dar un considerable rodeo. 

 

Stavanger, las tres espadas

 

 

Desde luego, estando en Stavanger, fue una pena no tener más tiempo para hacer una excursión a uno de los "monumentos" naturales más famosos de Noruega, el "Prekestolen" o "Roca del Púlpito", plataforma natural a 600 metros de altura sobre el Lysefjord. En fin, nada es perfecto...

 

No obstante y como ya he mencionado, quienes visitéis el país por primera vez, Oslo habría de ser vuestro objetivo. Arquitectónicamente la ciudad no es nada del otro mundo, pero las esculturas del parque Vigeland o sus museos son muy interesantes, en particular el de la nave polar “Fram”, con la que Amudsen llegó al Polo Norte. Un par de días serán suficientes para verlo todo. Leer más sobre esas visitas en el viaje a los fiordos.

 

En ese caso la ruta más aconsejable es entrar en Noruega, vía Copenhague - otra ciudad más que interesante- cruzando el túnel-puente del Oresund (60 € de peaje con la caravana) y subiendo por la costa oeste sueca hasta Oslo, que fue lo que hicimos la otra vez.

  

CRUZANDO LOS TÚNELES SUBMARINOS MÁS PROFUNDOS DEL MUNDO RUMBO A LA REGIÓN DE LOS FIORDOS:

 

Después de comer nos pusimos en ruta hacia Odda, en el Hardangerfjord, con intención de hacer al día siguiente una excursión al glaciar Buerbreen. De camino a Odda, pasamos por los túneles submarinos más profundos del mundo, se desciende a casi 200 m. – 90 NOK de peaje- y después cogimos el primer transbordador del viaje.

 

Anticipemos que la carretera E139 de Bergen a Oslo tiene tramos realmente abominables, algo que si ya no sorprende, sigue cabreando. A duras penas pueden cruzarse dos camiones por su estrechez, el asfalto es lamentable, las curvas tremebundas y los arcenes inexistentes. Bueno, en realidad en toda Noruega no hay nada que pueda calificarse como arcén. Las carreteras son verdaderamente INFAMES e impropias de un país con tan alto nivel de vida.

 

Noruega tiene algo de contradictoria. Es un país muy rico, pero su carácter rural no transmite esa riqueza. El parque automovilístico se ha modernizado mucho en cuatro años, porque antes las antiguallas eran moneda corriente y ahora no, pero tampoco abundan los cochazos como en Suecia, por ejemplo. Producen petróleo, pero tienen los combustibles más caros de toda Europa. La pesca es su gran fuente de riqueza, pero el pescado no es muy barato.

 

Afortunadamente los camping sí lo son, algo que siempre se agradece. La cultura campista está muy extendida y es habitual ver caravanas en los jardines. También es un país muy seguro, en el que los fabricantes de vallas y verjas tienen poco futuro. Allí casi todo está al alcance de la mano.

 

Prácticamente todos los camping escandinavos disponen de cocina, microondas, lavadora, etc. Y en muchos hay casitas de madera a precios muy razonables, lo que ofrece una alternativa a los que viajan con tienda.

 

 

ODDA, LA CASCADA LATEFOSSEN Y EL FIASCO DEL GLACIAR “BUERBREEN”

 

Cerca de Odda, en la Rv 13, encontramos las famosas cascadas “gemelas” “Latefossen”, realmente espectaculares. Hay una zona de aparcamiento al lado. Y el inexcusable chiringuito de souvenirs, por supuesto. 

 

Las "gemelas" Latefossen - Odda

 

Sin embargo la excursión al glaciar Buerbreen fue un fiasco. La excursión hasta el pie del glaciar lleva un par de horas, pero el camino es empinado, empedrado y discurre por dentro del bosque, lo que impide disfrutar de vistas al glaciar mientras se asciende. A medio camino, hartos de no ver más que árboles, dimos media vuelta. Y resultó una gran idea porque fue llegar al coche y caer un diluvio de campeonato. Si de verdad queréis gozar de un glaciar espléndido, el de Briksdal, en el corazón de los fiordos, es fantástico y mucho más accesible. 

 

El Buerbreen al fondo. Fiasco y gordo.

 

 

Y LLEGAMOS A GUDVANGEN Y FLAM, EN EL CORAZÓN DE LOS FIORDOS:

 

El anticipado final de la excursión nos permitió ganar medio día y nos dispusimos a llegar a Trondheim, cruzando la siempre impresionante región de los fiordos, por Gudvangen, Flam y Sogndal

Gudvangen - El final del Naeroyfjord, el fiordo más estrecho

 Obligados por la falta de tiempo lamentablemente no pudimos estar ni un día entero en los fiordos. A pesar de las nubes y la lluvia intermitente, al menos pudimos contemplar uno de los paisajes más maravillosos del planeta. Lógicamente si hay posibilidad de dedicar al menos un par de días a la zona de Flam y al Geiranger, vale la pena aprovechar el viaje, aunque no es menos cierto que probablemente los fiordos requieran un viaje "ad hoc", pues hay muchas cosas interesantes de ver y dejar el viaje al Cabo Norte para otros lugares más lejanos... Y luego, ya veremos. 

 

El Aurlandfjord desde Flam

 

A finales del año 2000 se inauguró el túnel más largo del mundo -de 25 kms. de longitud y sorprendentemente gratuito- entre Aurland (Flam) y Laerdal, que permite salvar la “carretera de las nieves”, de fantástico paisaje, pero prohibida a caravanas por su carretera de un único carril con “apartaderos”, algo tan “popular” en la zona como enervante para circular con tranquilidad. No obstante, si es posible, no os perdáis un paseíto por “la carretera de las nieves”, en coche por supuesto, porque la vista sobre el fiordo de Aurland es un espectáculo difícil de olvidar. Leer más sobre esta zona en el Viaje a los Fiordos.  

En el interior del Laerdaltunnel. (foto tomada en 2011)

 En 2011 hemos vuelto a hacer el mismo "crucero" que hicimos en el 2000 entre Kaupanger y Gudvangen, a través del Sognefjord y el Naeroyfjord, pero esta vez desde Kaupanger, pues sólo sale de Laerdal -nos hospedamos en el mismo camping de Laerdal, pero esta vez en los apartamentos- a partir de junio. Y era mayo. Nos costó 1010 NOK (2011) el "paquete oferta" de coche y cinco pasajeros. La verdad es que este paseo por el Sognefjord y el Naeroyfjord para estar "maldito". ¡Si la primera vez llovía y estaba el cielo cubierto, la segunda aún fue peor!. Pero como el que no se consuela es porque no quiere, lo cierto es que, bien mirado, también podíamos  no haber visto nada y no fue así.

Más información sobre horarios y tarifas en la web de Fjord1, la naviera que realiza estos trayectos y otros por la zona de los fiordos.

 

Pero volvamos al relato...

Cruzamos el Sognefjord – que con sus 200 kms. de longitud es el más largo de Noruega- en el transbordador de Fodnes (Laerdal) a Manheller (Sogndal). Aprovecho para aclarar que “Sognefjord” significa realmente “Ría de la Comunidad” y no “Fiordo de los Sueños” como es mal llamado en los folletos turísticos españoles. Evidentemente la realidad resulta menos romántica, pero como dice la canción de Serrat, “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Pero bueno, a las agencias de viajes parece darles buen resultado la cosa y al menos la mayoría de la gente se quedará encantada con su “Fiordo de los Sueños”. 

 

 

TRANSBORDADORES EN LOS FIORDOS NORUEGOS.

 

  • Sin duda uno de los “alicientes” de un viaje a los fiordos son los imprescindibles transbordadores que obligatoriamente hay que tomar para moverse por la zona.

 

  • Los transbordadores son barcos o barcazas, a veces muy grandes, que transportan vehículos y pasajeros de una orilla a otra del fiordo. La frecuencia de salida suele ser bastante alta por lo que las esperas no son largas, aunque es perfectamente posible que transcurra una media hora si el “ferry” se nos ha escapado en las narices.

 

  • Las travesías tampoco suelen ser muy largas, dependiendo, lógicamente, de los puntos que unan. De todas maneras es más que conveniente comprobar las frecuencias en las respectivas web de las navieras. A fin de facilitar la búsqueda, acompañamos algunas direcciones de internet, aunque en Google se pueden encontrar con relativa facilidad.

 

  • En términos prácticos, una de las mayores pegas es que no suelen admitir tarjetas de crédito, por lo que conviene prever dinero suficiente en metálico para el pago del pasaje. Y se paga en coronas noruegas, no en euros, claro, lo que obliga a prever en lo posible su coste para no quedarnos sin efectivo. El conductor suele ir incluido en el precio del vehículo. Se paga por longitud total del vehículo o conjunto de vehículos, por número de ocupantes y por zonas tarifarias previamente establecidas.

 

  • En Noruega es costumbre considerar “niños” (“voksne” significa adulto y “barne”, niños) a los chavales de hasta 16 años, lo cual es una gran ventaja para el presupuesto familiar. Es habitual también que el pasaje se pague directamente al cobrador que va pasando por la cola de vehículos. En los transbordadores la altura de los vehículos no suele tenerse en cuenta.

 

  • Hay infinidad de rutas marítimas en toda Noruega, pero los ferries típicos para un visitante a los fiordos más famosos son los siguientes:

 

  • Los precios que se indican son los que nos cobraron en nuestros viajes en 2000 y 2004. Dado el tiempo transcurrido, es de suponer que habrán aumentado considerablemente, por lo que se hace imprescindible buscar información actualizada. De todas maneras espero que os sirvan para haceros una idea, cuanto menos de las diferencias entre unos y otros.

 

 

  • Laerdal –Kaupanger-Gudvangen. Es el típico paseo por el Naeroyfjord, el fiordo más estrecho de Noruega y que suele hacerse conjuntamente con la visita al tren de Flam. En 2000 el coste de 4 personas más coche fue de 420 NOK. - En 2011 el "pack" de 5 personas más coche asciende a 1.010 NOK www.fjord1.no/en/default.asp?page=1572

 

 

  • Fodnes (Laerdal) – Manheller (Sogndal) – Es el típico cruce del “Sognefjord” -el fiordo más largo de Noruega y que, a pesar de lo que pueda dar a entender su nombre, no significa “Fiordo de los Sueños” como se empeñan en llamarlo las agencias de viaje españolas, sino el mucho menos poético de “Fiordo de la Comunidad”, ¡qué le vamos a hacer!. Es necesario atravesarlo para pasar de Laerdal a Sogndal rumbo al glaciar de Briksdal y del fiordo de Geiranger. En 2000 nos costó a 2 personas, coche y caravana, 162 NOK (3.400 ptas. de entonces). En 2004 fueron 166 NOK, o sea, que apenas había subido en cuatro años. En 2011 coche+conductor y 4 adultos más costó  175 NOK. Ver horarios en la web. 15’ de trayecto. www.fjord1.no/en/default.asp?page=1572 

   

En el ferry Fodnes-Manheller

 

Esperando para tomarlo...

  

  

  • Crucero por el fiordo de Geiranger-Hellesylt: - Uno de los cruceros “imprescindibles” en todo viaje a los fiordos que se precie. En 2000 el coste de 4 personas más coche fue de 209 NOK. – 1 hora de trayecto. www.fjord1.no/en/default.asp?page=1572

 

  • Ferry Eidsdal-Linge – Une el fiordo de Geiranger con la Carretera de los Trolls. En 2000 el coste de 4 personas más coche fue de 109 NOK. 10’ de trayecto.

 

  • Ferry Stranda-Liabygda – Une Stranda con la Carretera de los Trolls. En 2000 el coste de 4 personas más coche fue de 102 NOK. 15’ de trayecto.

 

  • Ferry Skutvik-Svolvaer (Lofoten) – Aquí ya nos salimos de los Fiordos, pero las Islas Lofoten valen un viaje por sí mismas. ¡Qué maravilla!. Une Skutvik con Svolvaer, la capital de las Islas Lofoten. En 2004 nos costó a 2 personas, coche y caravana, 509 NOK. – 2 horas de duración. http://ruteinfo.hurtigruten.com/en/default.aspx?rnr=38. Existe una oferta en la página anterior por la cual, reservando el pasaje con antelación para junio, julio y agosto la reducción de precio es más que considerable. Echadle un vistazo.

 

  • Ferry Fiskebol-Melbu – Une las Islas Lofoten con las islas Vesteralen, rumbo al Cabo Norte. En 2004 nos costó a 2 personas, coche y caravana, 181 NOK. – 1,30 horas de duración. 
     

Cruzando el Sognefjord (Fodnes-Manheller)

 

Una vez en la otra orilla, la visita lógica a los fiordos parte en dirección norte de Sogndal hacia el glaciar de Briksdal y el fiordo de Geiranger, pero nosotros nos dirigíamos a Trondheim, al noreste, y por eso debíamos cruzar la famosa carretera Rv 55, la más alta de Noruega, si no queríamos dar un rodeo de más de 150 kms. Aunque en la web del servicio noruego de carreteras se afirma que todo el trayecto tiene anchura suficiente para dos turismos, la guía de campings noruega recomienda que sólo la transiten “conductores de caravana experimentados”, lo que es mucho más real, ya que la Rv 55 posee tramos realmente complicados, especialmente en la zona de Turtagro.

 

Las acusadas pendientes, las horquillas y la estrechez de la calzada hacen la ruta realmente dura. Y para colmo las supuestas vistas sobre el fiordo brillan por su ausencia. Además el paisaje es muy similar al de la “carretera de las nieves”. Si podéis evitarla con caravana, no lo dudéis. A nosotros nos pilló la noche en la parte más alta de la carretera, con frío y lluvia, y pernoctamos junto a una autocaravana italiana. 

 

Pernoctando en la Rv55

 

 

Antes de llegar a Trondheim, hicimos una breve parada en Lom, localidad situada al final de la Rv55 y que tiene en su iglesia de madera medieval (stavekirkje) su principal punto de interés.

 

 

Stavekirkje de Lom

 

 

TRONDHEIM, LA CIUDAD MILENARIA.

 

Vimos Trondheim de paso y la ciudad nos pareció bastante fea y con un ambiente tirando a cutre. Ni siquiera la famosa catedral gótica nos encandiló. A golpe de vista nos pareció extraña, con pinta de “Exin Castillos”, como con pinta de plástico. Cuesta creer que tenga 1.000 años. Menos mal que la fachada oeste, con sus esculturas y su rosetón, es muy bonita. Claro que eso es una opinión y cada cual tendrá la suya. 

 

La catedral de Trondheim

 

Mucho más sugerentes me parecieron los viejos almacenes de madera del puerto, de vivos colores y edificados sobre pilones de madera. Tres horas después recogíamos la caravana del “Camping Sandmoen”, donde gentilmente nos permitieron dejarla unas horas sin cobrarnos nada, y pusimos rumbo a las todavía lejanas Islas Lofoten, con intención de pernoctar en uno de los mil camping que bordean la carretera E6. Leer más sobre las visitas en ruta. 

 

Los almacenes de Trondheim, de lo más bonito...

 

 

EL CÍRCULO POLAR ÁRTICO.

 

Después de dormir en el camping de Vegset, en la carretera E6, el sábado partimos hacia el Círculo Polar Ártico. Una curiosidad: durante dos horas de reloj no nos cruzamos ni con un solo coche, algo que nos permitió lograr un inesperado promedio de 78-80 kms/h. ¡Vaya lujazo! 

 

En el camping "Vegset", junto a un lago, en la E6

 

A las 14,40 h. y con sol, llegamos al aparcamiento del Círculo Polar. El desolado paisaje tiene un aspecto muy “ártico”, como era de esperar. No es que allí haya mucho que ver, pero la verdad es que nos gustó. En el “Polarsirkelsenteret” –que cierra a las 20.00 h- podréis adquirir recuerdos o ver una exposición –de pago - sobre la vida ártica. Unos kilómetros más adelante aparecen de nuevo los bosques de coníferas, salpicados de lagos y fiordos mucho menos impactantes que los del sur, que ya no nos abandonarán por todo el norte de Noruega, excepción hecha de la tundra propia del Cabo Norte. Lástima que el cielo gris siguiera siendo nuestro permanente compañero de viaje por toda la zona. 

 

En el "Círculo Polar Ártico" en la E6 noruega.

 

 

LAS IMPRESIONANTES Y MARAVILLOSAS ISLAS LOFOTEN:

 

Después de otro aburrido día de viaje, pernoctamos en Skutvik para poder embarcar a las 8,30 h. de la mañana hacia las islas Lofoten, uno de nuestros destinos “soñados” y ese sí que nos enamoró completamente, tanto que nos hemos propuesto volver en breve. 

 

En el camping de Kabelvag, cerca de Svolvaer (Lofoten)

 

Las Lofoten han sido lo más bonito de todo el viaje. Los idílicos paisajes, las puntiagudas cumbres en diente de sierra, las casitas de madera de colores crean una imagen de postal a cada momento. Y eso a pesar de llegar con una espesa niebla, con lluvia y con las nubes cubriendo las cumbres. Afortunadamente el tiempo fue mejorando. A ratos salió el sol y finalmente pudimos gozar de unas vistas maravillosas. En Reine nos podríamos haber pasado horas y horas extasiados contemplando el paisaje. 

 

Paisaje idílico en Reine

 

Otro modo de llegar a las Lofoten es embarcando en Bodo, pero el viaje en barco dura el doble, 4 horas, hay muchas menos salidas por día y la ruta se hace por mar abierto, lo que ayuda bastante a marearse. Por todo ello, elegimos la ruta desde Skutvik.

 

 

Nusfjord y las coloristas casetas de pesca

 

Lástima que no dispusiéramos de más tiempo para disfrutar de esa mágica tierra, porque “la isla” – realmente son cuatro unidas por puentes - invita a disfrutar del entorno como en pocos lugares en el mundo.

 

La zona más bonita es la parte occidental, con los preciosos pueblecitos de pescadores de Nusfjord, Reine y A (escrita con un circulito encima que se pronuncia “O”). “O” es la localidad más occidental de las islas y la de nombre más corto del mundo - con sus típicas casitas de pescadores. En A se encuentra el museo de la pesca. Son caseríos solitarios, sin apenas comercios y aunque en la zona no faltan atracciones turísticas, está claro que lo más espectacular es el paisaje.

 

 

Vista de A

 

 

 

Secaderos de bacalao en A

 

LA “GENEROSA RACIÓN” DE LA SOPA DE PESCADO DE LAS LOFOTEN...

 

En Henningsvaer, con un bonito puerto de pesca, nos topamos con un paisano, Andreu, un mallorquín, afincado allí hace 30 años, que regenta una pequeña tienda de souvenirs presidida por una enorme bandera rojigualda y quien nos recomendó no marcharnos de allí sin probar la famosa “Fiskesuppe i Lofoten” o “Sopa de Pescado de las Lofoten”.

 

Como teníamos idea de degustar la gastronomía local, la idea nos pareció fantástica. Además nos dijo que pidiéramos la ración “grande” y nos aseguró que “llenaba mucho y que podía considerarse plato único porque además la servían con pan y mantequilla”. Eso sí, no era barata, unos 15 € por ración. Nos recomendó un restaurante local en el cual, según dijo, la reina noruega había celebrado no recuerdo qué fiesta.

 

Buscamos en la carta “la grande” y la pedimos muy ufanos. Al poco se presentó la camarera con dos copas de loza blanca, muy bonitas eso sí, pero nada grandes, llenas de una crema blanca en la que flotaban verduras. Extrañados nos las quedamos mirando sin entender nada. Convencido de que allí había un error, me levanté y le dije a la camarera, en inglés, que lo que habíamos pedido “eran dos sopas de pescado GRANDES”. Y muy risueña me respondió: “Por supuesto, dos sopas grandes les he servido”. Y ella se quedó tan fresca y yo tan mudo, que no supe qué decir. Estupefacto regresé a la mesa e incrédulo sólo acerté a decir... – “Es esto”. Tras lo cual nos la comimos en un pis pas.

 

La sopa de pescado de las Lofoten está hecha a base de crema de leche, verduras y pescado, habitualmente salmón, claro. Es muy rica, pero lamentamos tener que llevarle la contraria al bienintencionado mallorquín, porque de “plato único” nada de nada. Desde luego hubo que complementar “el ágape” con un segundo plato, que en mi caso fue un carpaccio de ballena.

 

Digamos también que los restaurantes noruegos son caros, muy caros y de raciones poco generosas, como ya hemos visto. Pagamos 6 € por una cerveza de 200 cl. o 24 € por un plato de bacalao, por ejemplo.

 

 

Arco Iris en Svolvaer

 

 

Y DEJAMOS LAS LOFOTEN CAMINO DE ALTA Y SU MUSEO RUPESTRE.

 

Al día siguiente y con mucha pena, tomamos el transbordador hacia las islas Vesteralen, con la perspectiva de otro monótono día de viaje por delante. La ruta al Cabo Norte se hace muy larga y aburrida. No hay más que pensar que desde las Lofoten aún faltan 930 km. para llegar al mítico acantilado y exceptuando el Museo de Pinturas Rupestres de Alta, apenas hay lugares de interés en todo el trayecto. A las Lofoten volveríamos una y otra vez, pero al Cabo Norte, con una ya nos ha valido.

 

En el ferry entre Fiskebol y Melbu, dejando atrás las Lofoten

 

El miércoles vería la llegada a la Laponia noruega y al Cabo Norte. Por la mañana visitamos el Museo de Pinturas Rupestres de Alta, patrimonio de la Humanidad, bajo un frío vendaval. El entorno, junto al fiordo, es muy vistoso. La visita, 2,30 h. bastan, discurre por un sendero señalizado desde donde se van viendo las pinturas grabadas en las rocas. Aparcamos con la caravana en el parking sin ningún problema. 

 

Museo de Alta. Pinturas rupestres en la roca...

 

  

Y POR FIN, ATRAVESANDO LA DESOLADA TUNDRA... ¡LLEGAMOS AL CABO NORTE!

 

Después de comer y de proveernos de víveres en un supermercado de Alta, cruzamos la llanura de Finnmark. El tiempo empeoraba más y más al acercarnos a los desolados e inhóspitos parajes de tundra del Cabo Norte. Después de cruzar el túnel submarino de peaje, por supuesto, por fin llegamos a la isla de Mageroya, en cuyo territorio se emplaza la famosa roca.

 

Bajo un diluvio de proporciones bíblicas y un más que preocupante vendaval que nos daba de costado y zarandeaba la caravana de lo lindo - ¡Y eso que es bajita! - muy despacito fuimos cubriendo los últimos kilómetros hasta alcanzar la punta norte del continente. Cayó la noche. Completamente solos en mitad de aquella desierta llanura y temiendo que la caravana volcase en cualquier momento, únicamente la visión de los rebaños de renos pastando bajo la lluvia, aliviaba la angustiosa sensación de estar, en efecto, “en el c... del mundo”.

 

La idea original era acampar en los camping cercanos a Skarsvag –el pueblo más septentrional del continente- pero dada la hora tan tardía optamos por llegar hasta “La Roca” y pernoctar allí. De esa manera ya amaneceríamos allí y no haría falta volver. Sin embargo, estando parados en la taquilla de acceso al recinto, las violentas ráfagas que agitaban la caravana como si de una hoja se tratase, nos aconsejaron dar media vuelta y bajar al camping.

 

Las taquillas del Cabo Norte. Ahí nos dimos la vuelta la primera vez...

 

 

“PELI DE MIEDO” EN EL CAMPING NORDKAPP.

 

Si los 10 kilómetros que separan el Cabo Norte del camping ya fueron peliagudos por los precipicios a ambos lados, la estrecha carretera y la falta de visibilidad, la llegada al camping “Nordkapp” –a pie de carretera y sin vallar- fue digna de una peli de terror. Aparte del edificio de recepción y aseos y unos cuantas cabañas de madera, sólo dos caravanas deshabitadas nos estaban esperando.

 

Oscuridad, agua y viento a raudales. La recepción tenía luz, pero la puerta estaba cerrada. Llamé, pero nadie contestó. Di una vuelta por el camping, totalmente desierto, aunque todo funcionaba: la calefacción, la cafetera, la sempiterna cocina, el colacao, el azúcar...; Nadie, no había nadie. Sólo las dos caravanas desiertas serían nuestra compañía.

 

Por si el ambiente no fuera ya bastante tétrico, un cartelito en la puerta de recepción, con la tinta medio corrida por la lluvia, rezaba: “Si desea Vd. alquilar una casita, la llave está en tal sitio. Si se va a marchar antes de que hayamos llegado, por favor, vaya a pagar al Hotel... de Skarsvag. Gracias”.

 

¡Era talmente como si hubiese caído una bomba de neutrones!. El viento soplaba tan fuerte que ni nos atrevimos a levantar el techo de la caravana. Tras las “operaciones de instalación”, y bien empapado de pies a cabeza, finalmente pude refugiarme en la caravana. Después del conveniente “secado” y de la reparadora cena, tal y como el ritual exige descorchamos la botella de cava y brindamos a la salud del Cabo Norte, mientras el viento aullaba con fuerza inusitada. ¡Si en algún momento habíamos soñado con vivir una experiencia épica e inolvidable en el Cabo Norte, desde luego la Providencia fue muy generosa con nosotros!. 

 

Brindis bajo el vendaval y la lluvia en el Cabo Norte

 

 

RECORRIENDO LA PUNTA NORTE DEL CONTINENTE EUROPEO.

 

Pasado el susto, lo único que pedíamos era que escampase para disfrutar del lugar al día siguiente. Y una vez más nuestros deseos fueron concedidos. El día amaneció cubierto, pero seco. En Skarsvag, el pueblecito de pescadores más al norte del continente, visitamos “La Casa de Navidad”, en la que, como su nombre indica, venden objetos navideños y de regalo. La dueña está encantada de recibir visitas y más de españoles, pues nos contó que pasa los meses de oscuridad invernal en las Canarias. Un “cambio de aires” más que razonable. 

 

Skarsvag - Aparcados junto a "La Casa de Navidad"

 

A las 15 h. hicimos una interesante y “movidita” excursión en barco a los islotes de aves marinas de Gjaegsvaer, enfundados en unos curiosos trajes térmicos. Fuimos los únicos pasajeros del barco, así que el capitán nos dedicó toda su atención, explicándonos vida y milagro de las aves y focas del lugar. A finales de agosto ya van quedando pocos ejemplares. La mejor época para ver las aves en todo su esplendor es de mayo a julio, en los que pueden verse cerca de tres millones de aves marinas, incluida una importante colonia de vistosos frailecillos. Una vez en tierra, acompañados de una nada tranquilizadora niebla, pusimos rumbo al Cabo Norte, sin demasiadas esperanzas de poder, tan siquiera, “ver algo”. Pero la suerte volvía a aliarse con nosotros y a pocos kilómetros de la roca... ¡la niebla desapareció!. 

 

   

"Crucero" por el Nordkapp

 

En Gjaegsvaer

 

 

 

Las rocas de las aves, en Gjaegsvaer

 

Y POR FIN... ¡PISAMOS EL CABO NORTE!.

 

Al atardecer y después de “apoquinar” religiosamente 190 NOK (23 € aprox.) por persona, por fin pisamos la famosa explanada del Cabo Norte, punto culminante del viaje. Hemos de reconocer que el sitio nos impresionó mucho más de lo que imaginábamos. Después de todo no deja de ser una desolada explanada con un extraño edificio en medio, que parece surgir de ninguna parte. Y sin embargo el lugar “tiene algo”, tiene magia. 

 

Que conste que sí llegamos al Cabo Norte...

 

Estaba claro que, dadas las circunstancias, pedir una espectacular puesta de sol era una utopía, pero después de haber estado acompañados por la espesa niebla hasta casi la entrada de la Roca, llegar y encontrar la zona despejada ya fue un gran premio. Y eso no fue todo. Por si fuera poco, nuestras súplicas fueron oídas y hasta fuimos obsequiados con una particular y especial “puesta de sol” formada por un hilillo de cielo azul en el horizonte que nos supo verdaderamente a gloria. Y es que después de padecer un tiempo tan garrafal, aquello nos pareció una maravilla. ¡Lo que son las cosas!.

 

 

"La Roca"

 

Tras las fotos de rigor en la bola del mundo y de visitar el “Nordkapphallen” -proyección de un bonito video sobre el Cabo Norte, tienda de regalos, restaurante, capilla y museo- nos fuimos a cenar al camping muchísimo más contentos de lo que habíamos podido imaginar.

 

El Nordkapphallen y la bola del mundo al fondo

 

Lástima que el día no tuviese un final más “redondo”, pues el “lavvu” o campamento-souvenir lapón próximo al camping cerró antes de la hora prevista y nos quedamos con las ganas de visitarlo, pues a pesar de que no deja de ser un chiringuito de souvenirs, no es menos cierto que la familia viste el traje tradicional lapón y eso también tiene su punto. Una pena, pero lo mejor estaba por llegar...

 

 

Y EL CABO NORTE NOS HIZO UN REGALO...

 

Lógicamente teníamos claro que no veríamos el “sol de medianoche” –no es la época- pero no por ello quisimos perdernos el espectáculo de ver amanecer en el extremo norte del continente. A las 3,30 h. de la madrugada, entre nubes, el astro rey se asomó tímidamente por el horizonte y con fulgurante rapidez la claridad lo invadió todo. Y entonces llegó la “guinda” del pastel. El gran regalo. Abrí la puerta de la caravana para salir y ver el espectáculo del amanecer y nos quedamos pasmados. El “show” no iba a estar en el cielo, sino en la tierra... ¡Una manada de renos pastaba alrededor de la caravana a sólo un par de metros de nosotros, qué gozada!. Ese ha sido, sin duda, uno de los mejores momentos de todo el viaje y sólo por ello han merecido la pena las interminables horas de coche entre bosques y más bosques. 

 

Amaneciendo a las 3,30 h...

 

 

 

Esto valió el viaje y los más de doce mil kilómetros...

 

“ESCENAS LAPONAS”...

 

Camino de Finlandia, paramos en Karasjok, capital de la Laponia noruega y sede del parlamento lapón. Es una ciudad nueva,- los alemanes arrasaron toda la zona durante la guerra- sin otro interés turístico que el “Sápmi Park”, un parque temático dedicado a la vida y costumbres laponas y que resultó otro fiasco.

 

 

   

"Lavvus" lapones en el Sapmi Park

 

Interior de un "Lavvu"

 

A mediados de agosto deja de funcionar el restaurante lapón y desaparece también la gente ataviada con los trajes típicos, lo que la gracia de la cosa se va definitivamente al traste. Sólo funciona el vídeo-teatro, la tienda de souvenirs, las cuatro tiendas y casitas de madera laponas y poco más.

 

A pesar de nuestras quejas por la falta de respeto y de aviso, la explicación fue que ya era temporada baja y apenas iban visitantes. Un timo, vamos, porque el precio seguía siendo de “temporada alta”. Y después de la foto de rigor ante el parlamento lapón, al lado del Sapmi Park, entramos en territorio finlandés. 

 

El parlamento lapón, Karasjok

 

 

LA “EXCITANTE” FINLANDIA.

 

¿Y Finlandia, qué tal? Pues para nosotros... un "flash". Cuesta imaginar un país más soso, monótono y antipático. Soso y monótono porque el país es una llanura interminable de bosques de abetos y antipático porque sus gentes, serlo, lo son y mucho.

 

No hay más que verle la cara a Räikkonen, el “saleroso” ex-piloto de Fórmula 1, para hacerse una idea. Nunca jamás hemos tenido tantos problemas para encontrar alguien que nos indicase, por ejemplo, donde coger un tranvía. Les ibas a preguntar algo, te miraban como si fueras a robarles la cartera ¡y se largaban como alma que lleva el diablo!. Increíble, lo nunca visto. Cero patatero en amabilidad y simpatía. En el mejor de los casos, adustamente correctos y punto. Nada que ver con sus vecinos noruegos o suecos. Por cierto, en Finlandia hay que avanzar una hora más el reloj.

 

¿Y no dicen que ese es también “el País de los 1.000 Lagos”?. Pues sí, eso dicen. No hay más que echar un vistazo al mapa para darnos cuenta que Finlandia es, en realidad, un lago salpicado de tierra. Así que ingenuamente pensamos que, al cruzar el país de norte a sur, iríamos disfrutando a tope del paisaje lacustre. Pues tampoco. No exageramos al confesar que, de Rovaniemi a Helsinki, durante 800 km. de carretera apenas si vimos unos pocos. ¿El motivo?. Los sempiternos árboles que bordean la carretera impiden totalmente la visión. Incluso tentamos la suerte circulando por carreteras secundarias por si sonaba la flauta, pero ni por esas.

 

Después nos enteramos que la mejor zona para disfrutar de los lagos es la de Savonlinna, que era precisamente donde teníamos previsto ir. Sin embargo en Rovaniemi decidimos modificar la ruta y bajar directamente hacia Helsinki y poder estar así un día más en la capital. En aquel momento ni remotamente imaginábamos que ver lagos desde el coche sería casi como pedir peras a un olmo. Y para colmo, las pocas veces que los veíamos, en ese momento no había un lugar adecuado para parar con la caravana a fotografiar el paisaje. Será una bobada, pero para mi fue muy frustrante.

 

 

INARI Y EL MUSEO LAPÓN AL AIRE LIBRE.

 

Bueno, tampoco todo en el país fue negativo. Nos gustó mucho el “Museo Lapón al Aire Libre” de Inari, ideal para conocer a fondo la cultura sami, repleto de casas de madera y con una zona museística muy interesante. Mucho mejor que el “Sapmi Park”, desde luego, al menos en temporada baja. 

 

Zapatos lapones en el museo de Inari

 

 

 

LA “CASA DE PAPÁ NOEL” EN ROVANIEMI.

 

Sin embargo la famosísima “Casa de Papá Noel”, en Rovaniemi, ha sido un chasco más a añadir a la ya larga lista, que no por esperado fastidia menos, aunque por las fotos ya nos temíamos lo peor. El complejo es una enorme e inhóspita explanada de piedra con impersonales edificios a ambos lados, donde lo único que pretendía evocar la navidad era un villancico sonando por megafonía. El paraje estaba desierto. ¡Incluso llegamos a pensar que habían cerrado antes de hora!. 

 

"Solos" en la Casa de Papá Noel

 

Si esperáis encontrar un montaje al estilo Disney, id cambiando de idea. El exterior de la “Casa” sigue la tónica del país, frío y anodino. El vestíbulo es igual de decepcionante; ni rastro de bulliciosos elfos fabricando juguetes; sólo un trineo lleno de regalos y poco más para “dar ambiente”. 

 

Entrada de la Casa de Papá Noel - Rovaniemi

 

 

Salvo la sala donde se encuentra “Papa Noel” y que reproduce “su casa con chimenea”, con una decoración mucho más cuidada, el resto está muy poco aprovechado. Es triste decirlo, pero lo único que parece interesarles son los 17 € que cuesta hacerse la foto con el protagonista del lugar. Eso sí, a tamaño DIN A4 y con derecho a rectificación si no quedas satisfecho. 

 

Con el "auténtico" Papá Noel

 

Menos mal que Papá Noel fue muy enrollado y nos reímos mucho con él, en inglés, “of course”. Las sosas tiendas del centro comercial tampoco ayudaron a mejorar el panorama, aunque no nos resistimos a comprar algunos adornos para el árbol de navidad. Tradición obliga. Después de todo... ¡estábamos en casa de Papá Noel!. 

 

Interior del Centro Comercial

 

 

El complejo navideño de la Casa de Papá Noel se encuentra en el mismo "Círculo Polar Ártico" (Napapiiri, en finés) y ya se encargan ellos de "darle color" al asunto...

 

 

Cartel del "Napapiiri" por si alguno no sabía donde estaba...

 

 

 

Junto a la "línea" divisoria...

 

En fin, que eso es lo que hay. Muy cerca encontraréis un mini-parque de atracciones para los más pequeños, el “Santa Park”, pero en esas fechas ya estaba cerrado. Y así, tras la foto de rigor cruzando la línea, dejamos atrás el “círculo polar ártico”. 

 

Lagos junto al camping de Rovaniemi

 

 

ROVANIEMI, PORVOO Y HELSINKI.

 

Acampamos en Rovaniemi, ciudad de arquitectura moderna y anodina –aquí los nazis también se ocuparon de no dejar piedra sobre piedra- famosa por las creaciones del arquitecto Alvar Aalto. Bueno, le dimos una vuelta en coche y nos fuimos a cenar y a dormir. Ahí fue cuando decidimos sustituir la visita a la región de los castillos lacustres de Savonlinna y alrededores, por una día más de estancia en la capital, en Helsinki.

 

Al día siguiente cruzamos el país de norte a sur, sin ver apenas lagos. Increíble, pero cierto, ¡no pude sacar ni una foto de los lagos!. No es que no se pueda, pero en las contadas ocasiones en que ello era posible, no había donde parar con la caravana para hacer la foto. ¡Incluso tomamos una carretera secundaria con intención de que nuestra suerte mejorase, pero ni por esas!. Y así discurrió el viaje hasta llegar a la costera Porvoo, con su casco antiguo de casas de madera y sus pequeños almacenes del puerto.

 

 

Almacenes en Porvoo

 

La capital, Helsinki, nos ha parecido muy señorial y tranquila. Un día basta para disfrutar de sus puntos de interés: el animado mercado del puerto, el Senado, la ortodoxa Catedral Uspensky, la “Tempeliaukkio” – una moderna iglesia excavada en plena roca – el monumento a Sibelius o el estadio olímpico. Sí, por lo menos Helsinki nos ha gustado, aunque sus habitantes sean tan bordes. 

 

 

 

La catedral Uspensky

 

 

Helsinki - Altar y retablo de la Catedral Uspensky

 

 

 

Helsinki - Monumento a Jean Sibelius

 

El “Rastila Camping”, a las afueras de la ciudad, tiene la parada del Metro en la misma puerta. Conviene explicar que, para llegar al “Kauppatori”, -el mercado del puerto y a las terminales de ferries a Tallinn y a Estocolmo-, hay que bajarse del metro en la Estación Central, salir a la calle y coger el tranvía 3T, que tiene un recorrido circular. 

 

Mercado en el "Kauppatori" - Helsinki

 

 

 

Frente al parlamento finlandés. Helsinki.

 

Calculad al menos una hora desde el camping a la terminal. Los billetes de metro cuestan 1 euro y durante una hora pueden hacerse todos los transbordos con tranvías y autobuses. El billete para todo el día cuesta 5 €. El metro carece de barreras, de lo que se deduce que la gente debe ser muy cívica. Recelosa, pero cívica. Algo es algo. El nivel de vida parece similar al nuestro, tanto en parque automovilístico como en precios, sólo un poco más altos en general.

 

 

TALLINN, “LA PEQUEÑA PRAGA”, CAPITAL DE ESTONIA.

 ¡Ojo, Estonia ha entrado en el euro en enero de 2011!

Otro de nuestros “destinos soñados” era Tallinn, la capital de Estonia. También llamada “La Pequeña Praga” por su centro medieval magníficamente conservado, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

 

En hora y media, desde el Olympia Terminal de Helsinki, los jet-foil os dejarán en Tallinn. Operan varias navieras, pero nosotros elegimos “Linda Line”, la más barata. El billete ida y vuelta costó 32 €, contra los más de 50 € del resto de compañías. Si os contamos que bautizamos cariñosamente al jet-foil “Linda” con el nombre de “Cutre-lux” quizás os expliquéis mejor la diferencia de precio. De todas maneras, si bien la nave no era el último berrido en el arte de navegar, no es menos cierto que fuimos razonablemente bien. A ratos se mueve de salero, así que ojo a los mareos. Podéis consultar tarifas y horarios en www.lindaliini.ee

 

"Linda", nuestra querida "Cutre-Lux" a Tallinn

 

Debido al retraso por el episodio de la poca colaboración de los finlandeses para informarnos de cómo llegar al puerto, logramos embarcar en el “Cutre-lux” por los pelos, justo a tiempo para partir a las 8 de la mañana. Regresamos a Helsinki a las 18.00 h. después de haber pateado a fondo la Ciudad Vieja de Tallinn, muy bonita y llena de encantadores rincones. 

 

Descripción

 

 Comimos magníficamente en un restaurante medieval, el “Olde Hansa”. Particularmente recomendable es su cerveza casera aromatizada con hierbas. Exquisita y diferente. Se puede pagar con tarjeta de crédito. 

 

   

Tallinn

 

Tallinn

 

 No compréis la “Tallinn Card”. Aunque es barata, no merece la pena porque no necesitaréis transporte público –apenas 500 metros separan la terminal del centro histórico – y tampoco dispondréis de mucho tiempo para ver museos si la visita dura sólo un día. La mejor atracción, sin duda, es pasear sin prisas por sus calles y plazas. Y es que Tallinn nos gustó tanto que justifica con creces el rodeo que obliga a dar desde el Cabo Norte.

 

ESTE PÁRRAFO HA DEJADO DE TENER INTERÉS, PUES EL EURO FACILITARÁ TREMENDAMENTE LA VIDA. Lo mantengo a modo de "curiosidad". Tampoco interesa cambiar la moneda estonia en los múltiples puntos de cambio. Es demasiado caro. Para la poca cantidad de efectivo que necesitaréis para los pequeños gastos siempre será preferible acudir al cajero automático y gastarlo todo antes de abandonar el país, claro.

 

Cenamos en el “Rastila Camping” con una pareja de españoles que “sólo volvían”, en su Land Rover, nada más y nada menos que.... ¡de la India!. Y nosotros que creíamos haber ido hasta “el fin del mundo”...

  

DE “CRUCERO” RUMBO A ESTOCOLMO.

 

Pasamos la mañana recorriendo Helsinki y a las 17,00 h. del martes 31, zarpamos rumbo a Estocolmo a bordo del “Serenade”, un impresionante y precioso ferry de “Silja Line”, www.silja.fi. El barco es una pasada y la travesía una gozada. 

 

   

 

 

El Serenade

 

 

El camarote “Promenade”, con vistas a la zona de paseo y tiendas, es magnífico y sólo 30 € más caro que las cabinas más económicas, sin ventanas y situadas bajo la bodega de coches. Os recomendamos también la cena y el desayuno en el buffet del barco. Y madrugad para disfrutar desde primeras horas de la mañana del archipiélago de islotes que salpican la ruta hasta la capital sueca. Una maravilla.

 

El interior del ferry

 

De lo que no hay que hacer ni caso es de la recomendación de la naviera de acudir a cenar ataviado con chaqueta. Yo piqué. Tras tantos días de viaje metida en el armario de la caravana, la americana estaba más que arrugada y en el camarote tocó plancharla para dejarla lista y a punto. Así que hechos un pincel nos dispusimos muy ufanos a bajar al comedor. Sólo para encontrarnos que la inmensa mayoría de los comensales iban con su cómodo pantalón corto y su camiseta de tirantes y no pasaba nada. Eso sí, en elegancia pocos nos hicieron sombra... Al menos la cena, de buffet libre y a base de delicatessen suecas fue realmente espectacular. La recomendamos completamente.

 

Se llega a Estocolmo a las 9,30, hora sueca, es decir, la misma que la nuestra. Por supuesto conviene hacer la reserva con mucha antelación porque sólo hay un barco al día y suele ir siempre lleno. La reserva la hicimos a través de la agencia de viajes y hubo que abonar el pasaje con antelación, pero no fue nada caro, 370 € todo incluido (camarote promenade, coche, caravana, 2 personas, cena y desayuno buffet). Digamos finalmente que el barco ni se movió. Sólo el lejano rumor de las máquinas nos recordaba dónde estábamos.

  

ESTOCOLMO Y SUECIA:

 

Acampamos en el camping “Bredängs”, a 10 km. de la capital, en la misma autovía E-4, con parada de metro a 700 m.; Es un buen camping. Cierra a las 23 h. y tiene barrera, pero hay posibilidad de pernoctar fuera en caso de llegar más tarde.

 

 

Atardecer junto al camping de Estocolmo

 

Por cierto, ¡nunca antes habíamos usado un metro tan alucinantemente caro!. En el camping os informarán de los distintos tipos de billetes y os facilitarán planos. El sistema funciona por zonas. Del camping al centro hacen falta 4 ticket por persona. El desplazamiento por la zona centro requiere 2 ticket. Así pues, para dos personas compramos dos bonos de 10 billetes y pagamos por ellos 145 SEK, o sea, unos 17 €. Dicho de otro modo, ir al centro cuesta por persona ¡casi 3,60 €!. El control de billetes es enorme, nada que ver con Helsinki.

 

El metro de Estocolmo

 

Sugerimos pues, que estudiéis bien los desplazamientos que penséis hacer por Estocolmo porque os podréis ahorrar un dineral. De todas maneras, los puntos de interés se pueden visitar perfectamente a pie. Y si queréis ir al Museo Vasa, en la península de Djurgarden, podéis tomar un transbordador desde el casco antiguo. 

 

El "Vasa"

  

Después de instalarnos, fuimos a Sigtuna, el pueblo más antiguo de Suecia, a 60 km. Es del estilo del finlandés Porvoo, con casitas de madera de colores. En el mismo pueblo encontraréis varias “piedras rúnicas”. En la oficina de turismo os facilitarán un folleto con su emplazamiento exacto. 

 

Sigtuna

 

Por la tarde nos acercamos al fantástico Museo Vasa, una de las visitas imprescindibles de Estocolmo, que expone los restos magníficamente conservados del galeón real de Gustavo Adolfo II, que se hundió en 1628 en su viaje inaugural. Fue reflotado en 1962. Es impresionante, de verdad. Los miércoles cierra a las 20,00 h. en lugar de las 17 h. y a partir de esa hora la entrada es más económica. En la web del museo encontraréis amplia información en castellano.

 

 

RECORRIENDO EL VIEJO ESTOCOLMO. 

El jueves lo dedicamos a visitar la capital. Bajamos en la estación de “Gamla Stan”, la famosa ciudad vieja. Lo cierto es que, después de visitar Tallinn, el Gamla Stan nos supo a muy poco. Estocolmo nos produjo sensaciones encontradas. La ciudad, construida sobre 14 islas, vista a ras de suelo no resulta tan impresionante como en las fotos aéreas de los folletos turísticos, aunque sus señoriales edificios le dan un aire muy distinguido. Seguramente con un día claro y soleado todo hubiese lucido más. De todas maneras es una ciudad muy bonita y con una gran animación por las calles. Los suecos nos han parecido mucho más simpáticos que sus vecinos finlandeses y su nivel de vida y los precios también se encuentran a años luz de aquellos. Terminamos la jornada paseando por la orilla del lago, junto al camping.  

Plaza mayor en el barrio antiguo "Gamla Stan"

  

Estocolmo. Animación en las calles.

 

 

Estocolmo es un "pack" de islas...

 

 

 

Estocolmo, un mercado

 

Y FINALMENTE LOGRAMOS VER UN ALCE “EN VIVO Y EN DIRECTO”...

 

El viernes gozamos de una “kilométrica” jornada de carretera. 1.040 km. separan Estocolmo de Bremen, en Alemania. El exquisito respeto a los límites de velocidad en Suecia ralentizaron notablemente el viaje. La policía sueca no se anda con bobadas y sus motos están equipadas con radares móviles. El límite de velocidad para las caravanas es de 80 km/h. no lo olvidéis.

 

Afortunadamente, antes de abandonar el país, una coincidencia nos hizo descubrir en Yxenhutt, a pie de la carretera E 4, un parque de alces que se visita en coche. ¡Con las ganas que teníamos de ver un bicho de esos después de llevar miles de kms. Andando por Escandinavia y viendo constantemente señales de tráfico de “Peligro, alces” sin tropezarnos con ninguno!. 

 

Estos eran "los montones" de "Elks" que había...

 

 Aunque la publicidad del parque prometía la visión de “montones” de alces, lo cierto es que realmente sólo hay un macho y tres hembras en todo el recinto, pero en cualquier caso, son suficientes. ¡Y nos supieron como si de un rebaño entero se tratase!. Somos de buen conformar...  El parque es un bosque con un circuito circular de 3,5 km. por un camino de tierra en al que sólo los turismos y autocaravanas tienen acceso. Ni cortos ni perezosos desenganchamos la caravana, que se quedó aparcada en la entrada y allí nos fuimos con el coche dispuestos a ver “alces a montones” (lots of elks, decían...)

 

Dimos dos vueltas al circuito de tierra sin éxito, pero a la tercera fue la vencida. Los prismáticos son imprescindibles para poder verlos, pues su timidez y afición por refugiarse en el bosque dificulta enormemente su visión. Los contemplamos a cierta distancia, pero a fin de cuentas los vimos, que era de lo que se trataba, y es que está terminantemente prohibido abandonar el coche. Pero bueno, nos dimos el gusto y fue una bonita manera de dejar Suecia con buen sabor de boca.

 

 

EL “PUENTE DEL ORESUND” ENTRE SUECIA Y DINAMARCA, RUMBO A ALEMANIA.

 

Llegamos a Dinamarca por el puente-túnel del Oresund que une ambos países y alcanzamos Alemania con el ferry de Rodby a Puttgarden, que sale cada 30’ y cuya travesía dura 45’. Tuvimos suerte y embarcamos nada más llegar. Se paga allí mismo, con tarjeta de crédito si se desea. 

 

El puente del Oresund, entre Dinamarca y Suecia

 

Intentamos dormir en el camping de Puttgarden, pero después de varios intentos sin encontrarlo, decidimos seguir camino hasta Bremen. A las 23,30 h. pernoctamos en el área de Grundbergsee, a 30 kms. de la ciudad, tras 1.010 kms. de ruta ese día. 

 

"Sol Rojo" rumbo a Puttgarden

 

 

BREMEN, LA FANTÁSTICA.

 

El sábado por la mañana nos reservaba un paseo por Bremen, dejando la caravana unas horas en el camping de la ciudad. Por la tarde pensábamos desplazarnos hasta Düsseldorf, para visitar el domingo el Salón de Caravaning, uno de los más grandes e importantes del mundo.

 

Encontrar el camping de Bremen fue más complicado de lo previsto. A pesar de tomar correctamente la salida 19 – “Horn lehe”- en la autopista A 27, nos topamos con dos “sub-salidas” y ninguna señal de camping. Como siempre que Murphy decide hacer de las suyas, cogimos la equivocada. Ello nos supuso más de 45 minutos dando vueltas y más vueltas sin hallar rastro del camping, hasta que, finalmente, no nos quedó más remedio que volver a la autopista y “reiniciar” (como si de un vulgar ordenador se tratase) el recorrido. Entonces todavía no se habían popularizado los GPS y así nos lucía el pelo...

 

El desvío “bueno” es el que señala dirección “universität”. A partir de ahí el camping está bien señalizado. Nos cobraron 6 € por la “estancia” de unas pocas horas. Hagamos notar que en muchos camping alemanes existe la costumbre de cerrar la recepción y el acceso de vehículos de 13 a 15 horas por descanso del personal, el llamado Mittagruhe. Ese es un dato a tener en cuenta si pensamos acampar a la hora de comer.

 

Aunque hay transporte público del camping al centro histórico, fuimos en coche y aparcamos sin problemas en un parking en pleno centro. En recepción nos dieron un plano. Bremen es una pasada de bonito. El ayuntamiento gótico y todo el conjunto monumental es de quitarse el sombrero. 

 

Bremen - El Ayuntamiento (Rathaus)

 

 

 

Bermen - La plaza del Ayuntamiento

 

En el lateral izquierdo del ayuntamiento encontraréis la famosa estatua de bronce de los habitantes más famosos de la ciudad: el gallo, el gato, el perro y el burro... los Músicos de Bremen. Hacerse la foto sin agobios ya es tarea más complicada, pero con paciencia uno acaba zafándose de los sempiternos japoneses. Asomaros un momento a la bodega “Rastkellar”, en los sótanos del ayuntamiento. Es un famoso restaurante y su decoración es espectacular. 

 

Con los "Músicos de Bremen" y el gamberrete de turno...

 

Pero Bremen es mucho más. Imposible no pasear por la Bötcherstrasse, con sus edificios “Art Nouveau” de ladrillo rojo -uno de ellos fue la casa del inventor del café descafeinado- o por el “Schnoorviertel”, el barrio con más sabor de la ciudad, que salió indemne del bombardeo aliado. En la actualidad las casas de los siglos XVI y XVII están llenas de tiendas y restaurantes, pero el conjunto conserva todo su encanto.

 

 

Bremen - El Schnoorviertel

 

Si al igual que nosotros visitáis la ciudad el sábado por la mañana no dejéis de ver el mercadillo que se instala a orillas del Weser. Bullicio aparte, tomarse una “bier” en un chiringuito o comer una salchicha o un plato de pescado a la plancha es una delicia al alcance de cualquier bolsillo. Después de los precios escandinavos, el retorno a Alemania fue casi "balsámico". Si os digo que Bremen ocupa un lugar en el podio de mis ciudades favoritas no exagero un pelo. 

 

Bremen - El mercado de los sábados

 

 

DÜSSELDORF Y SU IMPRESIONANTE FERIA DE CARAVANING.

 

Al caer la tarde llegamos al “Caravan Center” de la Feria de Düsseldorf, la zona de acampada acondicionada para los visitantes. Aquello fue increíble. Hectáreas y más hectáreas rebosantes de autocaravanas y caravanas colocadas en hilera. Impresionante. Lo nunca visto. Desde la zona salen autobuses “lanzadera”, gratuitos, hacia el recinto ferial, situado a un par de kilómetros. 13 € nos cobraron por la estancia, pero lo cierto es que el lugar carece de servicios y de electricidad. Si no eres autónomo o llevas servicio en tu caravana ese no es tu sitio. Lo mejor de todo es su situación y la comodidad de acceso. 

 

Düsseldorf - El Salon de Caravaning

 

Dedicamos el domingo a recorrer los enormes pabellones. Desde luego si algo de caravaning no está en Düsseldorf es que no existe. Sin ir más lejos, “Hymer” tenía un pabellón entero para ella sola. Bueno, es una experiencia que merece la pena vivir. La ciudad, que ya conocíamos por cuya orilla discurre el río Rin, tiene un interesante casco antiguo, con una avenida muy señorial, y una cerveza autóctona que hay que probar.

  

RUMBO AL VALLE DEL LOIRA.

 

A las cinco de la tarde salimos en dirección Amboise, en pleno corazón de los castillos del Loira. Pernoctamos en el área de autopista de “Francheville”, en la A10, unos 100 km. al sur de París. 

 

Amboise y el Loira

 

Aquel lunes 6 de septiembre iba a ser “el canto del gallo” de nuestro viaje a las remotas tierras del sol de medianoche. Antes de regresar a casa nos apetecía terminar rememorando viejos recuerdos en tierras del Loira.

 

 

Amboise

 

Acampamos en el camping de Amboise, en una isleta en mitad del río. Atención a los horarios de recepción: 8’30 a 12,15 y de 15,30 a 19,00 h; el camping tiene barrera y la tarjeta de acceso exige el pago de una caución de 20 €.; la pega del sistema es que no es posible irse temprano del camping porque hay que devolverla. Hay un amplio aparcamiento en la entrada si se llega a horas intempestivas. Es barato y está bastante bien. Ojo con los mosquitos.

 

Amboise es precioso, con su castillo real que lo domina todo. Lástima que los lunes por la mañana el comercio cierra por descanso. Durante julio y agosto los miércoles y sábados por la noche, los lugareños hacen un espectáculo medieval de luz y sonido en el patio del castillo que es digno de verse. Os lo recomendamos.

 

 

El encantador castillo de Chenonceau

 

 

 

Chenonceau sobre el rio Cher

 

 

Pasamos el día en el castillo de Chenonceau - para mi gusto uno de los más bonitos de la zona- y lo terminamos en Tours, la capital, con un interesante casco histórico.

 

 

Le Vieux Tours - La place Plumereau

 

Y así, tras otros 1.000 km. de apacible ruta; bastante menos cansados de lo imaginado y con el cuentakilómetros marcando 11.740 km. más desde aquel lejano jueves 12 de agosto en el que partimos hacia la aventura, llegamos a casa felices y contentos con la satisfacción de haber hecho un sueño realidad.

 

 

DATOS PRÁCTICOS:

 

  • Conviene planificar el viaje con la mayor antelación posible. Un año antes, en nuestro caso. Hay tanto donde elegir que se requiere una cuidadosa elección de destinos y etapas. Para el cálculo de distancias y rutas la web www.viamichelin.es es genial. Y es que madurar bien las ideas es fundamental para el éxito del viaje.

 

  • Internet es el arma definitiva: acceso rápido y fácil a horarios, travesías, precios, reservas y lugares de interés. A falta de la red de redes, un truco que nos ha funcionado muy bien en otras ocasiones es pedir información, preferiblemente en inglés, a la oficina de turismo (“Tourist Board”, “Office de Tourisme” o “Fremdenverkehrsamt”), aun sin saber la dirección. Con el nombre de la localidad bastará. Así de simple. El porcentaje de respuesta obtenido suele superar el 90%. Los folletos turísticos de Noruega en general y de los fiordos en particular son una maravilla. Y, por supuesto, no olvidemos que invertir en buenas guías turísticas siempre es rentable.

 

  • Aunque el D.N.I en vigor basta para movernos por la UE y países asociados, nunca está de más llevar también el pasaporte. Nadie está libre de perder la documentación. Para la cobertura de la Seguridad Social hay que sacarse la tarjeta “europea” válida por un año y que sustituye al impreso “E-111”. Creo que Noruega no está incluida, pero para tales casos contamos con la cobertura sanitaria de la asistencia en viaje de la póliza del coche. Quien disponga de un seguro sanitario privado deberá informarse en su compañía de los trámites a seguir.

 

  • Aparte de revisar a fondo el vehículo y el remolque antes de salir, es imprescindible tener contratada una póliza de asistencia en viaje, tanto para el coche como para la caravana, que nos asegure la repatriación de ambos vehículos, estemos donde estemos, si la reparación de la avería o accidente supera las 72 h.; no hay que ser un lince para darse cuenta que tener un percance de tal calibre a cinco mil kilómetros de casa, no arruinará sólo las vacaciones...; Y hablamos con conocimiento ¡porque ya hemos sufrido anteriormente las consecuencias de una avería a 750 kms. de casa sin poder repatriarla.! Si no es posible, entonces será necesario contratar una póliza exclusiva para la caravana. Preguntad en vuestra compañía.

 

  • La Visa y la Mastercard funcionan en todas partes, pero en algunos lugares sólo aceptan Mastercard, por lo que interesará llevar tarjetas de ambos tipos.

 

  • ¡MUY IMPORTANTE! COMO YA HEMOS VISTO, ESTONIA DISPONE DEL EURO DESDE ENERO 2011. MANTENGO LA REDACCIÓN ANTERIOR, A MODO ILUSTRATIVO... No vayáis escasos de moneda. Recordemos que sacar dinero de los cajeros automáticos es muy caro, un 4% de comisión. La única excepción sería en Tallin, la capital de Estonia. Creyendo que recurriendo a una casa de cambio saldría más barato, ¡pagamos casi 6 € de comisión por 30 € en coronas estonias, para los pequeños gastos, por no informarnos bien¡. En el cajero sólo hubiésemos pagado la comisión mínima, o sea, 2,40 €.

 

  • En ningún país hemos tenido dificultades de idioma, pues prácticamente todo el mundo habla inglés. No obstante fuimos bien provistos de diccionarios de bolsillo de las distintas lenguas, que en momentos puntuales vienen estupendamente.

 

  • El móvil es el mejor amigo del viajero. Además de no olvidaros el cargador en casa, comprobad que tenéis activado el “roaming” para poder llamar desde fuera de España. Informaros previamente de las compañías más baratas asociadas a vuestro operador os permitirá ahorrar unos buenos euros. Las tarjetas pre-pago no son muy recomendables. Hay países en los que no funcionan y quedaros sin saldo puede ser muy fácil e inoportuno.

 

  • Mucha atención con las normas de tráfico y los límites de velocidad, especialmente en Escandinavia, donde son casi una obsesión. ¡y en 2011 hay radares a tutiplén! En Alemania la policía suele inmovilizar el vehículo hasta que se abona la multa y en Noruega dar positivo de alcoholemia está penado con la cárcel. En el anterior viaje, en Suecia, una moto-radar nos multó con 20.000 ptas. (de las del 2000) por circular con la caravana por una autopista llana y vacía a 93 km/h. Así que mucho cuidado.

 

  • Debido a la orografía y a las estrechas e infames carreteras de Noruega, podéis calcular unos promedios de 50-60 km/h en la zona de los fiordos y 70-75 Kms/h. en las carreteras calificadas como “europeas”. Sólo existen cortos tramos de autopista en los alrededores de Oslo.

  

Guías Turísticas

 

Guía

Editorial

Comentario

“Francia” y “Alemania”

“Benelux” - Guía Fodor’s

El País - Aguilar

Guías muy completas y bien estructuradas, con informaciones de horarios y precios. Muy recomendable. Sin fotos.

“Francia” y “Alemania”

Guía Visual Peugeot

El País - Aguilar

Todo fotos y dibujos. El complemento perfecto para las anteriores. Floja en información. Muy recomendable. Precio alto.

Atlas Autoroutier

(Francia)

Michelin

Ideal para moverse por las autopistas francesas. Información muy detallada de las áreas de servicio y de descanso. Importe de los peajes. Se adquiere en áreas de autopista.

“Alemania” / “Noruega”

“Dinamarca”

Guía Azul

Gaesa

Antigua “Guía del Trotamundos”.

Información completa de lugares, horarios y precios. Comentarios ingeniosos. Incluye referencias de camping. Muy orientada al viajero independiente.

“Noruega” / “Dinamarca”/

“Suecia – Finlandia”

Laertes

 

Información completa de localidades por orden alfabético. Complementa las anteriores. No incluye datos excesivamente prácticos.

“Holanda”

 

Sua Edizioak

 

Información completa de lugares y monumentos, horarios y precios. Comentarios ingeniosos. Incluye referencias de camping.

“Europa Báltica y Escandinavia”

Lonely Planet

 

Información completa de lugares, horarios y precios. Hecha por americanos. Incluye referencias de camping. Muy orientada al viajero independiente.

 

Peajes:

 

SITUACIÓN

AUTO-PISTA

COSTE

Tjta.

Crédito

        Burgos - Armiñón (E)

AP 1

8,30 €

SI

                     Irún (E)

AP 8

1,30 €

SI

Autopista vasco-francesa (F)

A 63

6,30 € - Tarifa coche. (En Francia, con remolque de + 2 mt. de altura lleva recargo aprox. 50%)

SI

Vierzon – Artenay (F)

A 71- A10

8,30 €

SI

Paris – Lille (Frontera belga)

A 1

12,10 €

SI

Túnel en Amberes (B)

 

4 €

NO

Carretera de Kristiansand a Stavanger

-

20 NOK (2,45 €)

NO

Túneles submarinos de Stavanger

-

90 NOK (11 €)

NO

Peaje ctra. E 134a Odda

 

20 NOK (2,45 €)

NO

Peajes accesos a Trondheim

 

10 / 25 NOK (1,25/ 3,10 €)

NO

Túnel submarino de acceso a la isla de Mageroya (Cabo Norte)

(por cada paso)

 

140 + 23 NOK

(17,10 € coche / 2,75 por ocupante)

SI

Puente-Túnel del Oresund

(entre Dinamarca y Suecia)

 

460 DKK

(64 € - coche + caravana)

SI

Paris – Lille (Frontera belga)

A 1

9,10 €

(en domingo, a partir del atardecer, es más barato)

SI

Paris - Amboise

A 10

16 €

SI

Tours - Poitiers

A 10

10 €

SI

  

Camping:

 

 

LOCALIDAD

 

CAMPING

PRECIO/Noche

2 adultos, coche+caravana

y electricidad

Tjta.

Crédito

Califi-

cación

Le Muret (Fr.)

Le Caravanier

14 €

NO

3

Breda (Ulvenhout) Holanda

Bosweelde

17,5 €

SI

7

Alkmaar (Holanda)

Alkmaar

17,5 €

NO

6

Randers (Dinamarca)

Fladbro

138 DKK / 19 €

SI

9

Stavanger (Noruega)

Mosvangen

170 NOK / 20,8 €

SI

8

Odda

Odda

160 NOK / 19,60 €

NO

6

Vegset (Carretera E6)

Vegset

130 NOK / 15,90 €

NO

6,5

Skutvik

Ness

160 NOK / 19,60 €

NO

6

Kabelvag (Lofoten)

Orsvagvaer

120 NOK / 14,70 €

NO

7

Birtavarre /Ctra. E6)

Birtavarre

130 NOK / 15,90 €

NO

6

Nordkapp /Skarsvag

Nordkapp

100 NOK / 12,24 €

precio especial

NO

7

Inari (Finlandia)

Lomakylä

20 €

SI

8

Rovaniemi

Napapiiri Saarituvat

18 €

SI

7

Porvoo

Porvoo

14,50 €

precio especial

SI

6,5

Helsinki

Rastila

24 €

SI

8,5

Bredang / Estocolmo (Suecia)

Bredäng

220 SEK / 25,80 €

SI

8

Amboise (Francia)

L’Île d’Or

9,45 €

SI

7

NOTA: En Escandinavia dicen que es obligatorio la Scandinavian Card (cuesta 6 €) y a cambio ofrecen descuentos. Sólo en Helsinki nos obligaron a pedirla, aunque con el descuento la tarjeta salió gratis. Nos dieron una provisional y meses más tarde llegó a casa la tarjeta de plástico. En el camping de Estocolmo no hacen descuento y en Noruega no nos la pidieron. Llevamos la tarjeta de la FICC

 

  Atención, en 2011 en Noruega es obligatorio poseer la "Scandinavia Camping Card". En Dinamarca, Suecia y Finlandia no lo exigen todos los camping. En muchos incluso aceptan la Tarjeta de Camping Internacional. Informaros bien de este tema.

Leer más en www.camping.no/om_ccs_eng.html

 

  

 

Ferries y transbordadores:

 

Ferry / Transbordador

Llegada

puerto

Hora

embarque

Sali-

da

Llega-

da

Desem-

barco

Coste

OBSERVACIONES

Hirsthals (DK) – Kristiansand (N) – “Christian IV”

11,45

13,25

13,50

18,05

18,20

1.183 DKK

163 €

Color Line. Reserva anticipada por internet. Pago in situ. T.Crédito.

Mortavika – Arsvagen

(ruta Stavanger – Odda)

15.05

15.12

15.23

15.48

15.48

244 NOK

30 €

Transbordador. Sin reserva. Sólo mastercard.

Brimnes – Bruravik (fiordos)

13.06

13.07

13.11

13.23

13.23

202 NOK

24,75 €

Transbordador. Sin reserva. Sólo mastercard.

Fodnes – Manheller (Sognefjord)

18.12

18.25

18.33

18.48

18.48

166 NOK

20,32 €

Transbordador. Sin reserva. Sólo en efectivo.

Skutvik – Svolvaer (Lofoten)

7.27

8.25

8.35

10.33

10.35

509 NOK

62,30 €

Ferry “Stetind”. Sin reserva. Sólo en efectivo. Coche y caravana 444 NOK

Pasajero c/ud. 33 NOK. Apenas se movió durante la travesía.

Fiskebol – Melbu (Vesteralen)

11.46

11.52

 

11.57

12.23

12.27

181 NOK

22,15 €

Transbordador. Sin reserva. Sólo en efectivo.

Helsinki – Tallin - Helsinki

7,55

7.55

8.00

9.30

9.30

32 € i/v. pax

Linda Line. Preferible reserva anticipada. T.crédito. Se requiere DNI

Helsinki – Estocolmo

 

“S/M Simphony”

15.25

 

16.45

17.10

9.25

9.38

300 €

coche+carav.+camarote

Silja Line. Reserva anticipada y pagada en agencia de viaje en España. Va siempre lleno. Reservar lo antes posible. Cena y desayuno buffet 32 €/ pax. Barco estupendo. No se mueve.

Al llegar a Suecia se retrasa una hora.

Rodby (DK) – Puttgarden (Alem.)

19.31

19.42

19.47

20.30

20.33

470 DKK

65 €

Salidas cada media hora en ambos lados. Pago con tarjeta.

NOTA: En internet se pueden consultar los horarios de los transbordadores. Es muy importante para un buen cálculo de las etapas. Incluyo los horarios reales que tuvimos para que puedan servir de referencia.

 

 

 

 

 

Atracciones (precios 2004):

 

ATRACCIÓN

LOCALIDAD

COSTE

POR PERSONA

Tjta.

Crédito

Zuiderzee Museum

Enkhuizen (Hol.)

9,5 € (5 € parking)

SI

Norsk Hermetikk Museum (Museo de la Conserva)

Stavanger (Noruega)

40 NOK (5 €)

NO

Catedral de las Lofoten

Kabelvag

20 NOK (2,5€)

NO

Museo Pinturas Rupestres Alta (UNESCO)

Alta

75 NOK (9,20 €)

SI

Entrada recinto del Cabo Norte

Nordkapp

190 NOK (23,30 €)

SI

Sapmi Park (Museo Aire Libre Lapón)

Karasjok

95 NOK /11,65 €)

SI

Museo Sami de Inari

Inari (Finlandia)

7 €

SI

Museo barco real VASA

Estocolmo (Suecia)

70 SEK (8 €)

(miércoles tarde 50 €)

SI

Safari fotográfico de alces

Yxenhult (Suecia)

40 SEK (4,70 €)

NO

Salon Caravaning Düsseldorf (Alemania)

Düsseldorf

9,95 €

SI

Castillo de Chenonceau

Valle del Loira (Fr.)

11 € (con audioguía)

SI

 

 

Precios del gasóleo - Agosto 2004

 

País

Horquilla de precios

Precios en euros

España

0,768 – 0,78,7 €

 

Francia

0,865 - 0,95 €

 

Bélgica

0,92 – 0,94 €

 

Holanda

0,93 €

 

Alemania

0,91-0,994 €

 

Dinamarca

6,62 - 7,57 DKK

0,91 – 1,05 €

Noruega

7,98 – 10.00 NOK

1,80 € / 14 NOK en 2011

0,977 – 1,22 €

Finlandia

0,869 €

 

Suecia

8,97 – 8,98 SEK

1,06 €

 

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