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No soy muy de playa, pero me encanta el mar.
Como Serrat yo también en el Mediterráneo y contemplar el mar es balsámico para mí. Bueno, cuando “se enfada” de balsámico no tiene nada, pero entonces impresiona de veras.
Vivimos lejos del mar, por eso nos acercamos a verlo siempre que podemos. Pasear su orilla es algo genial, especialmente cuando la playa está vacía. Y no digamos si el camping pilla cerquita…