·La última “adquisición” en materia de seguridad ha sido equipar la caravana con un estabilizador electrónico, marca LEAS, instalado en Valladolid por NUSA Caravaning, www.nusacaravaning.com
·En pocas palabras, el aparatito consiste en una centralita electrónica que controla las oscilaciones anómalas que pueda sufrir la caravana o remolque mientras circula. Cuando detecta un “laceo”que pueda poner en peligro la estabilidad de la caravana, el estabilizador electrónico actúa sobre el freno de inercia del remolque, reduciendo dicho movimiento e impidiendo que la caravana se descontrole, al tiempo que hace posible que el coche recupere “el mando de las operaciones”. El resultado es que los vaivenes de la caravana causados por una maniobra brusca (un animal que se cruza, un frenazo imprevisto, exceso de velocidad bajando una cuesta, etc.) han pasado a la historia.
·Nosotros vimos un vídeo de demostración y quedamos impresionados. Total, que en enero de 2008 nos lo montaron y nos marchamos de viaje a Andalucía. Como no era cuestión de empezar a hacer tonterías con la caravana para comprobar si funcionaba correctamente o no, recuerdo que comentamos que “haríamos profesión de fe”, confiando en que no fuese necesario poner el aparato a prueba.
·Pues bien, no tuvimos que esperar mucho a saberlo, pues esa misma mañana, a la altura de Mérida, y circulando a más de noventa por hora, un perrito decidió cruzar la autopista justo delante nuestro. Hacía años que nada de eso nos sucedía, pero fue a pasar precisamente el día del estreno del aparatejo.
·¿Y qué pasó?. Pues nada, que era lo que estábamos esperando y deseando. Lógicamente para evitar atropellar al imprudente can, no me quedó más remedio que frenar a saco y dar un volantazo a izquierdas. En cualquier otra situación, el laceo de la caravana hubiera sido prácticamente inevitable, pero en ese momento el estabilizador electrónico cumplió su trabajo con solvencia. Al frenar bruscamente oímos un “cloc” al actuar el aparato y la caravana se quedó tiesa como un rábano detrás del coche sin hacer ni un solo movimiento extraño.
·Afortunadamente el perro era un poco temerario, pero lo bastante inteligente como para recular al ver la caravana, lo que unido a la actuación del LEAS, simplemente tuve que acelerar el coche y proseguir el viaje como si nada hubiese pasado.
·Huelga decir que quedamos más que satisfechos con nuestro nuevo aparatito y por eso os lo contamos. Desde luego la seguridad que proporciona vale lo que cuesta. De no haberlo llevado instalado nos hubiéramos visto en un situación complicada de incierto resultado. Seguramente hubiéramos podido controlar la situación (de otras nos hemos escapado), pero no es menos cierto que todo lo que sea reducir riesgos es una buena cosa. Así que estamos encantados de llevarlo.
·En el apartado dedicado al estabilizador electrónico, en la sección “Mi amiga la caravana” explicamos con detalle cómo funciona.