Sin duda esta ha sido la avería, y el contratiempo, más serio que hemos tenido en todos estos años. Y aún hemos de agradecer la fortuna que tuvimos...
Volviendo del viaje de Inglaterra y Gales 2003, al entrar en el camping de Sireuil, cerca de Angoulême (Francia) descubrimos con estupor que algo le pasaba a la rueda derecha de la caravana. Acampamos, desmontamos la rueda y el panorama fue desolador: el tambor de la rueda estaba roto, la grasa esparcida por todas partes y lo peor de todo es que la cosa no tenía pinta de tener fácil reparación.
La primera en la frente fue comprobar que el seguro de asistencia en viaje del coche, que también cubre al remolque si al coche no puede circular, no se hacía cargo del traslado de la caravana ya que era ésta y no el coche, la que estaba averiada. Por supuesto que, al volver a casa, lo primero que hicimos fue contratar un seguro de asistencia en viaje propio de la caravana. Y esa es la primera “enseñanza”: ¡el remolque ha de estar asegurado particularmente!.
Habiendo quedado “abandonados a nuestra suerte”, afortunadamente para nosotros los dueños del camping se portaron de cine y por la tarde nos acompañaron a varios talleres de los alrededores a ver si podían ocuparse de la reparación y, en el mejor de los casos, poder volver a casa con la caravana. No hubo tanta suerte, pero a la tercera encontramos un taller de coches que aceptaron hacerse cargo de la reparación.
¡Qué buena gente fueron los dueños del camping!. Como la reparación iba a llevar varios días (había que localizar la pieza Al-Ko) y nosotros debíamos regresar al trabajo, el Señor Roux se comprometió a que llevar la caravana al taller cuando llegase la grúa y también a recoger la caravana, una vez reparada, y guardarla en el camping hasta que fuéramos a buscarla. ¿Se puede pedir más?. Y esa es la segunda “enseñanza”... ¡En el mundo abunda la gente buena y solidaria!.
Y la tercera y última “enseñanza” de este episodio es que hay que ocuparse de mantener bien engrasados los rodamientos de la caravana. Es difícil dar unos plazos de revisión, pero entre 8.000 y 10.000 km. puede ser una buena referencia para evitar que cosas como estas nos ocurran.
Y puestos a hacer las cosas bien y teniendo en cuenta que el precio de un rodamiento de repuesto es irrisorio, es una excelente idea llevar uno de repuesto siempre en la caravana para hacer frente con éxito a una hipotética avería –menos grave que la sufrimos nosotros, claro- o ante la necesidad de proceder a su sustitución estando de viaje, pues no siempre es fácil encontrar el repuesto cuando se necesita, especialmente si nos pilla en fin de semana, cosa bastante habitual estando de viaje. Más que nada porque encontrar sobre la marcha un mecánico dispuesto a colocarlo es bastante más fácil –aunque sea caro- y así, teniendo la pieza, seguramente la cosa se quede en un simple contratiempo. En fin, es una simple sugerencia...
¿Y cómo acabó la cosa?. Pues como el taller francés tuvo muchos problemas para que Al-Ko le sirviera el semi-eje –realmente ignoramos el motivo de tanta obstrucción- la reparación se demoró casi un mes. Menos mal que Angoulême está a unos 700 km. de casa y en un fin de semana pudimos acercarnos a por la caravana, gracias a la inmensa gentileza de los Sres. Roux. Total, que aprovechamos la escapada para hacer turismo por la zona, que es muy interesante y por aquello de que “no hay mal que por bien no venga”. Finalmente “la broma” nos salió por unos 800 €, pero... ¡Qué no nos hubiera costado si la misma avería hubiera sucedido un día antes estando en Inglaterra!. Y es que siempre hay que dar gracias por todo...