El día en que a un caravanista se le rompió una ventana de la caravana...
·Que se rompa una ventana de la caravana o autocaravana estando de viaje es algo bastante frecuente. No es necesario que alguien la fuerce y parta para entrar a robar. Ante nuestros ojos, en Potes, una caravana que entraba en el camping calculó mal la distancia –la anchura del vial tampoco era como para tirar cohetes- y una de las ventanas laterales se enganchó con una farola, arrancándose casi de cuajo.
·Ante un desaguisado de este calibre y mientras no podamos proceder a su reparación o sustitución ¿qué podemos hacer?. Pues llevar siempre en la caravana un trozo de plástico, lo más fuerte y resistente posible, de tamaño suficiente para cubrir, por lo menos, el ventanal más grande. De esta manera, junto a un rollo de cinta americana, podremos cubrir el hueco y continuar viaje hasta que podamos solucionar el problema definitivamente. Así de fácil.
·El día en que a unos amigos les rompieron la claraboya para entrar a robar...
·Esta es una modalidad del caso anterior y la solución es idéntica, agravada solamente por la dificultad para poder subir al techo de la caravana, pero ese no suele ser un problema insalvable.
·En 2002, estando en Francia, a unos amigos les rompieron la claraboya del techo para entrar a robar, aunque sin lograrlo. De todas maneras el daño estaba hecho y de no ponerle remedio urgentemente cualquier inoportuno chaparrón podía haberla organizado cardina.
·Como nuestros amigos eran de los previsores y llevaban plástico y cinta adhesiva, pudieron cubrir el agujero. Una vez juntos y ya en Alemania, buscamos una claraboya igual en un concesionario Bürstner. La colocamos y asunto resuelto. Así pues, lo dicho. Siempre plástico y cinta adhesiva –mejor de tipo “americano” que es más resistente- en la caravana para lo que sea de menester.