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Devon y Cornualles

La Inglaterra remota y desconocida

 

 

  

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

Agosto 2011

Duración del viaje:

18 días

Kilometraje total:

5.759

Relato pendiente de publicación  “El Camping y su Mundo”

 Hacemos también constar que la información práctica que se facilita en el relato se hace a título personal, con la intención de que pueda resultar lo más útil y ajustada posible. No obstante recomendamos que, en evitación de sorpresas y contratiempos, antes de emprender el viaje, confirméis los horarios, precios, y demás datos susceptibles de variación o modificación. ¡Y buen viaje! 

  

FECHA

ETAPA

KMS.

Jueves, 11 Agosto

2011

Valladolid-Camping municipal de Vivonne

(por A1 - Autovía Extegárate)

803

Viernes, 12 Agosto

Camping municipal de Vivonne - Peuplingues (Calais)

(Vía Tours - Chartres - Dreux - Rouen)

614

Sábado, 13 Agosto

Peuplingues - Puerto de Calais (Seafrance)

Traslado Dover - Biddenden

Bodiam Castle - Tenterden

22 + 58 +

46

Domingo, 14 Agosto

Londres (desde Biddenden)

 

182

Lunes, 15 Agosto

Traslado a Newton Abbot (Devon)

Stonehenge - Torquay - Paington (Riviera Inglesa)

390 + 56

Martes, 16 Agosto

Devon: Totnes, Dartmouth, Brixham

Paington - Cockington

93

Miércoles, 17 Agosto

Cornualles: Fowey, Polperro y Plymouth

234

Jueves, 18 Agosto

Cornualles: Truro, Penzance, Mousehole, Land’s End

Marazion (St. Michael’s Mount)

383

Viernes, 19 Agosto

Devon: Newton Abbot - Exeter

73

Sábado, 20 Agosto

Norte de Devon: Barnstaple, Clovelly, Appledore

298

Domingo, 21 Agosto

Traslado a Bath - Cheddar Gorge

170 + 81

Lunes, 22 Agosto

Bath - Wells

10 + 64

Martes, 23 Agosto

Traslado a Biddenden (Kent)

Tunbridge Wells - Ruta de “Los Secaderos de Lúpulo”

285 + 125

Miércoles, 24 Agosto

Battle - Brighton

173

Jueves, 25 Agosto

Tenterden - Traslado a Dover (Ferry)

Área de autopista de Haras (autopista A28)

 

16 + 62 + 333

Viernes, 26 Agosto

Área de autopista de Haras - Le Mans

Le Mans

121 + 67

Sábado, 27 Agosto

Traslado a Urrugne (cerca frontera española)

676

Domingo, 28 Agosto

Urrugne – Valladolid

(Vía AP-1)

370

 

Total Kms.

5.759

 

 

 

LOCALIDAD

Y

CAMPING

 

PRECIO

/Noche

2 adultos, coche+

Caravana y

Electrici

dad

 

 

Tjta.

Cré

dito

 

 

Ntra.

Cali

fica

ción

 

 

 

OBSERVACIONES

Vivonne

(cerca de Poitiers)

Francia

 

Camping Municipal

11,25 €

 

NO

7

Con barrera. Llegamos a las 19,23 h. y nos atendió el guarda. El camping es municipal, pero las parcelas son grandes, con césped y servicios correctos. ¡Y barato!

Si se tercia, repetiremos.

Peuplingues

(Calais)

Francia

 

Les Épinettes

13,50 €

 

NO

7

Sin barrera. Recepción abre de 8,15 - 19,30 h.

Si se llega tarde, se puede acampar, pero las plazas “de paso” son pocas y en fines de semana suele estar completo, por lo que conviene reservar por teléfono. Aseos correctos. Duchas con ficha. Parcelado.

www.lesepinettes.fr 

 Biddenden

 

(Kent)

Inglaterra

 

“Spill Land Farm

Park”

 

15 Libras

 

18,00 €

Aprox.

 

 

 

NO

8

Bien situado para visitar el condado de Kent -incluso Londres, a 80 km- y con buen acceso, algo no siempre fácil de encontrar en Gran Bretaña. Zona de acampada en césped, sin parcelar. Camping muy pulcro, rodeado de mobil-homes de alquiler. Muy silencioso. No admiten menores de 18 años ni acompañados. Pago en efectivo. Nos reservaron la estancia sin necesidad de enviar una señal. Los dueños son muy amables. Servicios correctos. Las duchas funcionan con 20 peniques. Conveniente reservar para los fines de semana. www.spilllandfarm.co.uk 


ATENCIÓN, DESDE 2013 ESTE CAMPING YA NO ADMITE CAMPISTAS TEMPORALES. UNA PENA.

 Backington - (Newton Abbot)

Devon

 

“Lemonford Caravan Park”

 

22 Libras

 

26,40 €

Aprox.

 

 

NO

8

Hay muchos camping en la zona de Newton Abbot, pero éste fue el único que tenía plazas libres y nos aceptó la reserva sin necesidad de mandarles señal. Las parcelas tienen el suelo con canto rodado, con un pequeño fragmento de césped. Buenos servicios. Barrera y zona de “llegada tardía”. Cercano y fácil acceso a la autopista A-38 (Exeter-Plymouth) y a la “Riviera Inglesa”. Aceptan tarjetas.

En evitación de nuestros “problemas de ubicación”, mejor que preguntéis antes cómo debéis instalar la caravana, no os toque moverla como a nosotros.

www.lemonford.co.uk 

Bath

 

Bath Marina

Caravan

Park

24,50 Libras

 

28,70 €

Aprox.

SI

8

A 3 km de Bath, junto al canal. Transporte público a la puerta. Es un buen camping, pero quizás un poco caro, vistos los otros camping visitados durante el viaje. Sin embargo su buena situación compensa ese pequeño sobrecoste. Las parcelas tienen zonas de asfalto para instalar coche y caravana y otras con césped, algo que se agradece en un clima tan húmedo. Buenos servicios. Aceptan tarjetas.

www.bwml.co.uk/marinas/bath_marina_and_caravan_park

 

Yvré l’Eveque

(Le Mans)

 

Camping Le Pont Romain

 

22,00 €

 

SI

7

Con barrera. Tiene piscina. Parcelas con césped. Próximo a Le Mans. El precio es algo elevado para lo que se estila en Francia, pero el camping es más que correcto.

Parece que, en 2013, el camping está cambiando de concesionario y la web no aporta ninguna información. Si pensáis acampar ahí, convendría escribir con antelación y preguntar si continúa abierto.

www.lepontromain.com 

Urrugne

(St. Jean de Luz)

(Francia)

 

Camping Larrouleta

 

22 €

SI

8

Barrera, aunque abierta durante la jornada Cierra a las 22 h. en verano. Camping enorme, junto a la N-10 y a la salida 2 de la autopista A63. 9 km. a la frontera de Hendaya. Junto a un lago. Parcelado. Todos los servicios y piscina cubierta todo el año. Un muy buen camping. La barrera funciona con tarjeta magnética que proporcionan en recepción. Si se llega cuando la recepción está cerrada, se acampa y luego ya te registrarás. www.larrouleta.com 

Visitad la página web www.eurocampings.net/es/ de la Guía ACSI. Además de una amplia información de 8.000 camping europeos, por ejemplo si aceptan tarjetas de crédito, incluye un localizador geográfico muy útil para encontrar el camping. Incluye un enlace a google maps, muy útil para situarlo con el GPS.

 

Para Gran Bretaña hay una web muy buena para encontrar camping allí, pues incluye un enlace a google maps, muy útil para situarlo con el GPS y también incluye multitud de opiniones de usuarios que son muy prácticas para elegir o descartar el camping.

www.ukcampsite.co.uk/sites 

 

PRECIOS GASÓLEO (Agosto 2011)

España

1,23 - 1,24 €

Francia

1,24 - 1,30 € (En supermercados. En autopista 1,30 € aprox)

Gran Bretaña

1,36 – 1,42 Libras esterlinas

1,62 - 1,69 € aprox. al cambio

(La libra estaba entre 1,18 - 1,20 €)

La gasolina es algo más barata que el gasóleo

 

 

Repostar no es nada barato en GB

 

    Tras el viaje a Escocia de 2010, al año siguiente nos entró el gusanillo de retornar a Gran Bretaña, a una de las zonas menos visitadas por los turistas extranjeros: los condados de Devon y Cornualles, que forman el “cuerno” de la isla, hasta llegar a la punta de “Land’s End”, el “finisterre” inglés.

    Y si no ocupa un lugar preferente entre los destinos más queridos por los extranjeros no es por falta de atractivos –los hay en abundancia- sino porque hay tantas cosas y lugares interesantes en la isla, que parece que nunca llega el momento de darse una vuelta por allí.

 

    De hecho los británicos acuden allí en masa, por algo será. En nuestro caso, tras varios viajes recorriendo los lugares “más renombrados” de Gran Bretaña, por fin nos decidimos a dejarnos caer por los confines del oeste británico. Y no nos defraudó en absoluto.

   Decir “Cornualles” es evocar parajes agrestes y desolados. Naufragios y cuevas de contrabandistas. Devon es otra cosa: prados verdes y paseos llenos de exótica vegetación en la “Riviera inglesa”.

 

   En Torquay, la localidad más famosa, Agatha Christie escribió las andanzas del Inspector Poirot. Y no quisiera olvidar al “Clotted Cream”, mi “gran descubrimiento gastronómico” en Devon. Una delicia de la que ya hablaremos más adelante.


La preparación del viaje y el cruce del Canal de la Mancha


   Si todo largo viaje precisa una cuidadosa preparación, hacerlo a Gran Bretaña aún más si cabe, porque no nos bastará con coger la caravana, autocaravana o carro-tienda y ¡carretera y manta! 

 

Todo lo que deberías tener en cuenta para un buen viaje

 
   “Saltar el charco” supone tener que pensar en barcos o Eurotúneles. Y eso implica estar sujetos a horarios, reservas y también costes añadidos que, de viajar por el continente, no se producirían. ¡A cambio no pagaremos casi peajes por usar sus fantásticas “motorways”!

 

   Así que, para que “la carga” sea más llevadera, cuanto antes reservemos el medio de transporte para saltar el charco, mejor que mejor. Siempre y cuando elijamos una tarifa que nos permita anular la reserva sin demasiados inconvenientes, claro. 

 

 

 

El Eurotúnel

 

 

Llevar tu mascota a GB

 

 

El ferry de Calais

  

(Pincha en las fotos y encontrarás toda la información) 


    No es imprescindible ir a Calais. También tenemos la opción de navegar desde Bilbao a Portsmouth o de Santander a Plymouth (a Devon, precisamente), pero su elevado coste, especialmente con la caravana y la necesidad de un camarote –el viaje dura 24 horas- obliga a sopesar bien si compensa o no hacer el viaje por carretera hasta el Canal de la Mancha. Para nosotros, sin duda. Más que nada porque tener que permanecer obligatoriamente 24 horas en un barco y por un mar que podría estar más que “movidito” es un riesgo que no estamos dispuestos a correr.

    En 2011, por motivos familiares que podían obligarnos a cancelar inesperadamente el viaje, optamos por cruzar el Canal en ferry, pues aunque nos gusta mucho más el Eurotúnel, la naviera “Seafrance” (Actualmente ha pasado a llamarse “MyFerryLink”, por un precio similar, nos permitía cancelar el pasaje sin gastos hasta la víspera de la salida.

 

   Tampoco era la primera vez que utilizábamos el ferry. Ya lo hicimos en el viaje de 2003 y no está mal, pero el Eurotúnel es mucho más rápido (35 min. contra la hora y media del barco) y los costes eran muy parecidos en 2011. También hay que tener en cuenta que con el ferry hay que estar antes en la terminal, que las esperas son mayores y que el proceso de embarque y desembarco es bastante más lento que en el Túnel. 

 

   Además, para quienes viajamos con animales, en el Eurotúnel vamos todos juntos en el coche, mientras que en el ferry el animalito ha de quedarse en el coche mientras dura la travesía. No es que sea un problema insalvable, pero al final todo cuenta. El pasaje en el ferry de “MyFerryLink”, (antigua “Seafrance”) -ida y vuelta, con la caravana y con posibilidad de anulación- costó 350 € (2011), similar coste que el Túnel, pero éste sin posibilidad de anulación con esa tarifa.

 

   También es posible plantearse ir en ferry y volver en tren o viceversa. No es más barato coger ida y vuelta, así que se dispone de cierta flexibilidad para elegir precio u horario. Más info en (www.eurotunnel.com  y  www.myferrylink.com)

    Tras cuatro viajes ya a Gran Bretaña en caravana, de momento hay “empate técnico” entre ambos medios, pues por dos veces hemos ido en el ferry y otras dos en el Eurotúnel. No obstante y por poco que podamos, probablemente el Eurotúnel tome ventaja...

    ATENCIÓN, EN 2013 LAS COSAS HAN CAMBIADO UN POQUITO. AUNQUE RESULTE SORPRENDENTE POR FALTA DE COSTUMBRE, LAS TARIFAS DEL EUROTÚNEL HAN SUBIDO UN POQUITO. LA VERDAD ES QUE LAS HAN MANTENIDO SIN AUMENTO HASTA MEDIADOS DE 2013, PERO YA LLEGÓ LA SUBIDA...

 

   LA DIFERENCIA CON LAS TARIFAS DEL FERRY DE “MYFERRYLINK” HAN AUMENTADO, LO QUE ES AÚN MÁS SORPRENDENTE. LO CIERTO ES QUE AHORA SE COMPLICA MÁS LA ELECCIÓN, PUES LA MÁS QUE NOTABLE DIFERENCIA DE PRECIO A FAVOR DEL FERRY PODRÍA SER MÁS QUE SUFICIENTE PARA DECANTAR LA BALANZA A FAVOR DEL BARCO SI EL COSTE ES EL PRINCIPAL FACTOR A TENER EN CUENTA, SIEMPRE Y CUANDO VIAJEMOS CON CARAVANA O REMOLQUE.


    SI LO HACEMOS EN AUTOCARAVANA, ENTONCES PUEDE QUE LAS DIFERENCIAS CON EL BARCO YA NO SEAN TAN GRANDES. ¡HAY QUE COMPARAR!

   Las travesías en horas vespertinas y muy tempraneras son las más económicas en ambos casos. Sin embargo hemos de tener en cuenta que, a partir de las 20 h. -hora británica- y llegando a GB nos convendrá tener previsto un camping, cercano a Dover o Folkestone, que disponga de plazas para “late arrivals” o “llegadas tardías”, que no es otra cosa que un pequeño parking, fuera del camping, generalmente con toma de corriente, donde dormir y esperar al día siguiente.

   Las áreas de autopista británicas, de entrada, no son la mejor elección para pernoctar. Son fenomenales y perfectamente dotadas con todas las comodidades, pero estacionar no es gratuito, excepto durante las dos primeras horas. Después deberemos pagar 16 libras por día (más o menos lo que puede costar un camping) y eso ocurre en la mayoría de las áreas del país. Las normas para estancias prolongadas son muy estrictas. Hay carteles informativos sobre cómo pagar la estancia “in situ”. Y también advierten que quien no cumpla, cepo al canto.

 

 

   

Las áreas están muy bien dotadas

 

El área de la M-20 cerca de Folkestone

 

   No obstante en la primera área de la autopista M 20, a Londres, hay habilitada una zona de pernocta que sólo costaba 5 libras en 2011 y que puede ser una alternativa interesante para pasar la noche tras pisar suelo británico a deshoras.

 

Aquí nos explican que hay que pagar...



Viajar con animales a Gran Bretaña

 

   Hasta 2012, viajar con animales a Gran Bretaña “era una aventura” que requería tiempo y mucha atención. Viajar con perros, gatos o hurones implicaba cumplir estrictos requisitos y prever el viaje con muchísima antelación, especialmente por la obligatoriedad de realizar un análisis de sangre que garantizase la existencia de suficientes anticuerpos de rabia al menos… ¡seis meses antes de la entrada del animal en la Gran Bretaña!

   Afortunadamente desde 2012 se han simplificado los trámites, empezando por la eliminación de la obligatoriedad de ese engorroso análisis para los ciudadanos de la Unión Europea. También se ha ampliado el plazo de tiempo para realizar la desparasitación contra la tenia. Pinchad en la foto para acceder a más info sobre el tema...

 

Viajar con animales a Gran Bretaña

   

   En la web www.defra.gov.uk se explica el funcionamiento del “Pet Travel Scheme” (normas 2013), en inglés, por supuesto.

   Cuatro son los principales requisitos:

 

   1º - El animal debe tener su pasaporte europeo en regla.

 

   2º - El microchip debe leerse sin problemas (se comprueba al pasar la frontera).

 

   3º - Debe estar al corriente de las vacunas de rabia, con una antigüedad mínima de 21 días a partir de la primera.

 

   4º y último requisito se ha simplificado mucho. Ahora solamente exigen que se haya realizado una desparasitación contra la tenia (sólo para perros) entre cinco días y 24 horas antes de entrar en Gran Bretaña.

 

   En el pasaporte del animal debe constar la hora de administración del antiparasitario y la firma del veterinario. Ese detalle es clave y muy importante, pues puede condicionar bastante el desarrollo del viaje, aunque ciertamente menos que antes… ¡cuando el límite era sólo de 48 horas!

 

   Lo mejor, por supuesto, es llevarlo hecho de casa, pero si no nos es posible, deberemos conseguirlo en Francia. Nos consta que, al menos hasta esta reforma, los veterinarios de Calais se ponían  las botas…

   El trámite de “registrar la mascota” antes de embarcar difiere un poco entre el Eurotúnel y el ferry. En el Eurotúnel hay que dirigirse primero al “Point de Control Animal”, un edificio situado cerca de la entrada de la terminal. Allí revisan la documentación y chequean el chip. ¡Aseguraros previamente en España que el chip se lee sin problemas!

 

   Una vez visada la documentación, ya se puede acudir al “embarque” en los trenes lanzadera. La gestión no suele llevar mucho tiempo, pero a nada se irán diez o quince minutos entre pitos y flautas, así que tenedlo en cuenta.

   En el puerto de Calais, la operación es algo más sencilla. Al pasar las garitas de control de “MyFerryLink” con el vehículo para efectuar el chequeo del billete, se controlará también la documentación de la mascota en el mismo coche. Con un aparato portátil, uno mismo “lee” el chip del bicho. Y asunto resuelto.

   No olvidéis “declarar” a vuestra mascota al hacer la reserva, que el animal “paga billete” tanto en el barco como en la lanzadera. Por supuesto nada de “hacerse el listillo”, que si os pillan queriendo pasar la mascota “de extranjis” os la podrían requisar. Los controles son muy severos, así que “tonterías, las justas”.


La mejor ruta a Calais desde Irún

  

 

La mejor ruta hacia el Canal de la Mancha

  
   Con los papeles de la perrita en regla y todo listo, en la mañana del jueves 11 de agosto de 2011 dejamos Valladolid rumbo a Calais con nuestra caravana Rápido. A diferencia de otros viajes -cuando salíamos después de comer- no pernoctamos en el área de Bordeaux-Cestas.

 

   Para aprovechar bien la jornada de viaje, cubrimos una etapa de 800 km. hasta el camping municipal de Vivonne, a poca distancia de Poitiers. Camping barato y tranquilo, junto al río. Llegamos a las siete y media de la tarde y todavía estaba abierto.

 

 

El camping de Vivonne



   El viernes cubrimos los 600 km. restantes hasta el camping “Les Épinettes”, en Peuplingues, cerca de Calais. Este camping está cerca del Eurotúnel y algo más alejado del puerto de Calais, pero es una buena base en ambos casos. Eso sí, en fin de semana conviene reservar plaza en el camping, por teléfono o por e-mail, pues las “de paso” son escasas. La recepción cierra a las siete de la tarde.

 

 

Maniobrando con el "Camper Trolley" en Peuplingues


   Para llegar a Calais desde la frontera de Irún hay tres rutas posibles: 1ª) Vía París; 2ª) Vía Le Mans, por la A-28 de peaje y 3ª, la que nosotros hicimos, que conjuga autovías gratuitas, de peaje y carretera convencional. La ruta por Burdeos, Angoulême, Poitiers y Tours es común. Sin embargo, para ir de Tours a Rouen, fuimos por Chartres y Dreux, hasta Rouen, punto en el que “se confluye” con la autopista de peaje a-28, proviniente de Le Mans.

   No os engañaremos. ¡El tramo de carretera entre Tours y Chartres puede ser bastante enervante, al menos en días laborables! No faltan tramos de doble carril, pero puede hacerse un poco pesado a nada que se pille un vehículo lento delante. De Chartres a Rouen casi todo es autovía gratuita. Un dato a tener en cuenta es que este tramo (180 km aprox.) carece de buenos lugares para parar, especialmente si viajamos con una caravana, hasta llegar al área de descanso que hay pasado Dreux. Así que recomendamos tener cuidado de “aligerar la vejiga” antes de abandonar la autopista en Tours.

 

   Este tramo “lo inauguramos” el año anterior y aunque no quedamos muy convencidos, los casi 31,5 € de peaje (en 2013) que cuesta la ruta por la A-28 (vía Le Mans) decantaron la balanza. Y eso sin incluir el recargo del 50%, aproximadamente, que los franceses aplican a los vehículos con altura superior a dos metros. Nuestra caravana mide 1,98 m. en carretera y nos ahorramos el sobrecoste, pero sí afectará a la gran mayoría de campistas, caravanistas o autocaravanistas.  Algo a tener muy en cuenta.

 

   Sin embargo, como de regreso decidimos pasar un día en Le Mans, no nos quedó otra que “usar” la A-28. Pues bien, es una ruta más cómoda, pero también más aburrida…¡y mucho más cara! Así pues que cada cual elija qué ruta prefiere seguir…

 

   Por último cabe decir que la ruta vía París no la recomendamos para quienes provengan de la frontera de Irún. Rodear París suele ser un trámite lento y complicado -por el alto riesgo de “bouchons” (atascos)- así que si la podemos evitar, pues mejor que mejor.

 

   Afortunadamente habíamos reservado plaza en el camping de Peuplingues, por e-mail, pues estaba lleno al llegar. Antes habíamos repostado en el “Auchan” de Calais, ya que el combustible está mucho más caro en el Reino Unido. A la vuelta hicimos la misma operación, cruzamos con el depósito lo más vacío posible y repostamos en el “Carrefour” de Calais.

 

 

Embarcando hacia Gran Bretaña

 

    El camping de Peuplingues se encuentra a 22 km. del puerto de Calais y tardamos 30’ en llegar. El sábado amaneció lloviendo y aunque el “check-in” de “Seafrance” (Actual “MyFerryLink”) es bastante rápido, luego tocó esperar un buen rato hasta embarcar, pues llegamos casi una hora antes al no saber cuánto tiempo nos llevaría pasar el trámite de la perrita.

 

 

   

Las taquillas de acceso al ferry

 

Embarcando en el ferry

 

   Salimos a las 9,45 h. La travesía fue buena, aunque el mar estaba un pelín “picado”. Cuidado, pues, a los sensibles al mareo, cuestión a valorar para elegir entre el barco o el túnel.

 

   Otro importante aspecto a tener en cuenta es la diferencia horaria. A la ida “ganaremos” una hora, pero “la perderemos” al regresar al continente. Así un día cundirá más y otro, menos. Y es que, a veces, esos detalles “insignificantes” pueden ser más importantes de lo que parece…

 

 

Circulando por la izquierda

 

   ¡“Welcome to England”! ¡Qué raro, llegamos a Dover bajo un cielo oscuro!  Pasamos la aduana y enseguida nos incorporamos a la “motorway” A20/M20 -Dover-Londres- que llevaba un tráfico más que denso.

 

 

   
Desembarcando en Dover  

Saliendo del puerto

 

   Circular por la izquierda es más sencillo de lo que parece. Hay que aclarar a los más “preocupados” por el tema que no es tan fiero el león como uno puede imaginarse. Un poco de atención y en poco tiempo nos manejaremos en el tráfico británico sin problemas.

 

   Los “ingredientes” para una buena conducción por la izquierda son: prudencia, vigilar mucho el retrovisor derecho y tener en cuenta que, en las rotondas, el tráfico llega por la derecha y que al incorporarnos a una vía, deberemos colocarnos a la izquierda y no a la derecha. De verdad, es más fácil hacerlo, que decirlo.

 

   Además hay un elemento que nos facilitará mucho las cosas, especialmente con una caravana o autocaravana y es que los británicos suelen hacer gala de gran educación y respeto al volante. Lo hemos vivido muchas veces. Bastará indicar con el intermitente la intención de adelantar y lo más probable es que el vehículo que venga por detrás nos ceda amablemente el paso. Vamos, igualito que en Francia o aquí, je, je…

 

   Aunque no todo es estupendo. Sin ir más lejos, algunas carreteras “nacionales” de un solo sentido son infamemente estrechas. Incluso de vergüenza ajena. Claro que con la inestimable colaboración de nuestro “copiloto”, circular y adelantar en ellas será algo mucho más sencillo.

 

 

Las "anchísimas" nacionales británicas...

 

   A cambio, la mayoría de autopistas o “motorways” tienen tres o cuatro carriles y son gratuitas, aunque sembradas de radares. Nos vendrá muy bien contar con un GPS que nos avise. El límite en autopista es de 70 millas, es decir, 112 kilómetros/hora. El límite para caravanas es de 60 millas, es decir, 96 kilómetros/hora. La señalización en “millas” es otra de las muchas peculiaridades que caracterizan a los británicos. Para convertir fácilmente millas en kilómetros, bastará con multiplicar por 6 la cifra en millas y hacer la suma.

 

 

¿Es tan cara Gran Bretaña como dicen?

 

   Pues lo era mucho hace años y puede que en algunas cosas aún lo sea. Sin embargo en los dos últimos viajes (2010 y 2011) hemos notado que los precios se han acercado. ¡Más que nada porque la libra esterlina ha bajado y porque nuestros precios se han puesto por las nubes! En 2003 la libra estaba a 1,50 €, sin embargo en 2011 a 1,20 € y en 2013 parece que se ha estabilizado.

 

   Llama la atención que, en muchas cosas, lo que aquí cuesta 1 euro, allí cueste una libra. Así puede que la diferencia “en coste de vida” se deba más al cambio de moneda, -alrededor de un 20% más caro- que en el coste real. De todas maneras, dependiendo del producto, la diferencia puede ser mayor o menor.

 

   Por ejemplo, el transporte público es muy caro, pero comer en un restaurante o acampar en un camping está a un nivel similar al nuestro, cambio incluido. Las autopistas, por otra parte, son gratuitas, excepto cruzar algunos puentes -el del “Orbital” londinense o el de Plymouth- y algún que otro peaje “extraordinario” (el de la M6, por ejemplo).

 

   En suma, las vacaciones en Gran Bretaña no son de “low cost”, pero tampoco han de asustar a nadie, incluso asumiendo que habrá que añadir el sobrecoste del ferry o del Eurotúnel al presupuesto de viaje, pero lo mucho y bueno que nos espera allí bien merece asumir esa “pequeña pega”. Los países escandinavos, por ejemplo, resultan mucho más caros y encima están más lejos…

 

 

Acampar en Gran Bretaña

 

   Tras la experiencia del año anterior, tomamos conciencia que -en el sur de Inglaterra y en las proximidades de Londres, sobre todo en fin de semana- la ocupación de los camping es elevadísima y se hace casi imprescindible la reserva previa de plaza.

 

   Lo mismo puede ocurrir en otras turísticas del país, lo que incluye también a Devon y Cornualles, pues aunque el turismo foráneo no abunde, el local abarrota los camping con sus enormes caravanas autóctonas. Una web muy útil para localizar un camping en el Reino Unido es www.ukcampsite.co.uk/sites

 

   Eso sí, atención al elegir el camping, pues muchos se encuentran situados en caminos vecinales de una sola vía y, cuando decimos “de una sola vía”, queremos decir exactamente eso, o sea que “hay sitio para un vehículo y punto”. En tales casos, aventurarse con una caravana por esos “pasillos” exige una dosis de moral, suerte y sangre fría dignas de encomio, pues las distancias a recorrer pueden ser varios kilómetros.

 

   Afortunadamente contamos con un “arma definitiva” para evitar sorpresas desagradables: el “Google Maps”. Una vez elegido el camping -por situación o por lo que sea- bastará pasarlo por el “Test del Satélite” o sea el “Street View” del Google Maps y así podremos “visualizar” si los accesos al camping son suficientemente cómodos. Gracias a ello hemos podido descartar un buen puñado de campings. Y acertar con otros.

 

   Nuestro primer camping inglés fue el “Spill Land Farm Caravan Park”, en Biddenden, en pleno corazón del condado de Kent y a 50 km de Dover. Aparte de su buena ubicación y su moderado precio, 15 libras, (dos personas y electricidad incluida en 2011), lo mejor fue que nos reservaron la plaza sin necesidad de enviar una señal. Eso sí, no admiten menores de 18 años ni acompañados, lo que elimina de un plumazo a las familias con niños. Los camping “solo para adultos” son frecuentes en el Reino Unido. Algo que también pasa en muchos restaurantes. En otros, por el contrario, veremos carteles de “Children welcome”. 

 

El "Spill Land Farm" de Biddenden

 

   El caso es que, para nuestra sorpresa, siendo sábado, el camping estaba casi vacío de campistas de paso y no porque el camping no mereciera la pena. Aún más sorprendente fue acampar bajo un sol achicharrante sólo una hora después de que la lluvia y la niebla cerrada nos recibieran al pisar suelo británico. Los dueños son muy amables y el camping está bien y muy tranquilo, aunque las duchas cuesten 20 peniques. En 2012 y por efecto de las Olimpiadas, el precio subió un nada despreciable 20%. Aún así sigue siendo bastante barato. Un camping a tener en cuenta para recorrer el fantástico condado de Kent. Y relativamente cerca de Londres (80 km). De hecho, a la vuelta, pasamos un domingo en la capital británica.

 

NUESTRO GOZO EN UN POZO...

DESDE 2013 EL CAMPING DE BIDDENDEN

HA DEJADO DE ADMITIR CAMPISTAS TEMPORALES. UNA PENA.

 

 

El "difunto" "Great British Heritage Pass"

 

   El patrimonio histórico de Gran Bretaña es espectacular. Nada de extrañar con tanta historia a cuestas. Hay cientos de castillos, palacios, mansiones y jardines increíbles y, sin duda, cualquier viajero deseará visitar los más conocidos. Así pues, si nuestra intención es dedicar tiempo a conocer esas maravillas y no queremos dejarnos el sueldo del mes en entradas, podemos aprovecharnos de los “pases turísticos” que, por una razonable cantidad de dinero, nos permitirán acceder a gran parte del patrimonio británico.

 

   Hasta 2012 y durante los 33 años anteriores, los turistas hemos contado con la ayuda del “Great British Heritage Pass”, tarjeta que permitía el acceso a varios centenares de monumentos históricos de toda Gran Bretaña, sólo disponible para turistas extranjeros. Sin embargo han dejado de comercializarlo. Las “malas lenguas” culpan de “la defunción” a las Olimpiadas de Londres…

 

   En Gran Bretaña la conservación y explotación del patrimonio histórico depende de distintas entidades: el “National Trust”, el “English Heritage” o los respectivos organismos de Escocia y Gales. Cada cual dispone de su propio pase, lo que nos obligará a adquirirlos por separado, siempre y cuando -después de revisar previamente el listado de propiedades incluidas en cada entidad- nos resulte interesante. La pena es que el ya desaparecido “Great British Heritage Pass” los englobaba a todos. Aquí tenemos los enlaces a esas entidades:


English Heritage pass:

http://www.english-heritage.org.uk/daysout/overseas-visitor-pass/
Historic Scotland pass:

http://www.historic-scotland.gov.uk/explorer
National Trust pass:

http://www.nationaltrust.org.uk/main/w-vh/w-visits/w-visits-overseas_visitors/w-visits-overseas_visitors-touring_pass.htm
Royal Oak Foundation (membership pass):

http://www.royal-oak.org/join/
Cadw (Wales govt historic properties) (membership pass):

http://cadw.wales.gov.uk/splash?orig=/membership/

 

 

El “Festival medieval” en Bodiam Castle

 

    La razón de salir un jueves de Valladolid solo tenía un objetivo: ¡Llegar a Inglaterra el sábado para asistir al “Festival Medieval” en el castillo de Bodiam!

 

    En 2010 casualmente “descubrimos” demasiado tarde que la “Medieval Siege Society” organiza anualmente una  espectacular “medieval fair” en el Castillo de Bodiam, durante el fin de semana de mediados de agosto, (10 y 11 de agosto, en 2013). Me prometí que en 2011 “me quitaría la espina”.

 

   Torneos a caballo, asedios al castillo con arietes, tiro al arco, etc. Todo ello con una ambientación y vestuario dignos de una película de alto presupuesto. La verdad es que lo tienen muy bien montado. La entrada cuesta 8,5 libras/adulto en 2011 y aceptan tarjetas de crédito.

 

 

   

Frente al Bodiam Castle

 

Gran ambientación medieval

 

   Aunque sólo estuvimos un par de horas viendo los torneos, el mercado y el campamento, el programa es mucho más amplio y de hecho se puede pasar el día entero disfrutando del espectáculo.

 

 

   

Los caballeros

 

El torneo

  

   Los perros están autorizados a pasear por los terrenos del castillo, pero no en el evento. Nosotros “salvamos ese escollo” llevando discretamente a la perrita su bolsa/transportín. Más información en www.medieval-siege-society.co.uk/Events

 

 

Tenterden, tipo pueblo de Kent

 

  Terminamos la jornada en Tenterden, un pequeño y bonito pueblo cercano al camping. Es el típico pueblo de Kent, con sus casas de entramado de madera, su iglesia gótica y mucha, mucha animación en la calle. Sin desmerecer a Tenterden, que quede claro que las dos “auténticas joyas” de la zona son los pueblos de Rye y Hastings. Más información en el viaje a Escocia 2010, que fue cuando las visitamos.

 

 

   

Tenterden

 

Típica arquitectura de Kent

 

 

Visitando Londres

 

   ¿Es sencillo visitar Londres viajando en caravana o autocaravana? Pues no demasiado. Es un asunto que hay que estudiar muy bien, más cuando pisar suelo británico cuesta lo suyo. Lógicamente visitar Londres es muy tentador y raro será que alguien no se lo plantee, pero una visita “en plan campista” a la City no está exenta de dificultades, tanto económicas, como logísticas.

 

   En primer lugar la mayoría de los camping alrededor de la capital están alejados del centro y como no son demasiado grandes, se hará casi imprescindible la reserva previa de plaza. El principal problema es que no están demasiado bien comunicados por transporte público y éste, aunque muy bueno, es muy, muy caro y dispara tremendamente los costes de desplazamiento de una familia, lo que es un detalle importante si vamos a ir a Londres durante varios días, algo imprescindible por lo muchísimo que hay que ver y hacer.

 

   Por otra parte, plantearse entrar en el centro de Londres con el coche implica pagar un peaje diario elevado -el “London Congestion Charge”, 10 libras/turismo por un día (en 2013)- que no funciona en domingo y, por si fuera poco, aparcar no sólo es complicado sino que, además, las tarifas de parking son realmente disuasorias. Y atención, que algunas autocaravanas también lo tendrán muy complicado, pues los vehículos de más de 3.500 kg también están sujetos a un peaje especial por  “Zona de bajas emisiones” instaurado en los alrededores de la capital, eso sin mencionar los problemas de aparcamiento, lo que tampoco ayuda. Más info en www.tfl.gov.uk/roadusers/lez/default.aspx.

  

   Por ejemplo en 2010, antes de subir hacia Escocia, nos planteamos una escapada a Londres, pero no pillamos plazas libres en el camping “Abbey Wood” -que está muy bien comunicado con el centro por tren+metro- y acabamos pasando del tema. A punto estuvimos también de elegir el camping “Debden House” -situado al norte de la ciudad- pero las críticas acerca de lo ruidoso que era, nos echaron para atrás. Tampoco nos importó demasiado porque conocemos bien la capital británica, pero darse una vuelta por allí siempre es una experiencia muy gratificante. De hecho en este viaje así lo hicimos.

 

   Otra cuestión a tener muy en cuenta al plantearnos la visita a Londres en plan acampada es que, si es la primera vez que vamos, “La City” requiere bastantes días sólo para ver lo más importante. Ya hemos comentado que los desplazamientos en transporte público desde los camping de los alrededores son largos y también caros y eso encarece mucho el presupuesto, especialmente si la familia es numerosa.

 

   Aún a costa “de rozar el sacrilegio”, posiblemente la alternativa más cómoda para “patear a fondo” la ciudad sea ir en plan “avión + hotel”, porque allí hay mucho que ver. Asumiendo, por supuesto, los inconvenientes, que los hay (los hoteles no son nada baratos, por ejemplo). De hecho así lo hemos hecho por dos veces, pero si no hay otro remedio, es cuestión de echar cuentas y ver qué compensa más.  

 

   En cualquier caso, si hay que elegir un camping cercano a Londres, buscad uno lo mejor situado posible con transporte público y tened la previsión de reservar la plaza. El “Abbey Wood” bien podría ser la primera opción. En esta web encontraréis buena información sobre los camping londinenses: www.visitlondon.com/es/alojamiento/camping/

 

   Si en 2010 lo dejamos estar, en este viaje nos liamos la manta a la cabeza y decidimos pasar un domingo recorriendo el mercado de Camden Town, además de dar una vuelta por Piccadilly Circus y “Harrods”. Desde luego no es lo que uno visitaría la primera vez en un único día, pero esas son licencias que uno puede ya permitirse.

 

   A diferencia de otras capitales europeas, los domingos en Londres son fantásticos, pues hay mercados geniales (Camden Town, Brick Lane, etc) y también están abiertos muchos comercios y grandes almacenes del centro de la ciudad; circular y aparcar es más fácil y barato y el “peaje de entrada” a la ciudad no funciona el fin de semana. O sea, todo ventajas. 

 

A punto de cruzar el famoso Tower Bridge de Londres

 

Aparcar en Londres

 

   El aparcamiento en Londres es escaso y muy caro, así que, desde casa, dedicamos bastante tiempo a localizar por internet un parking “bueno, bonito y barato” y lo mejor situado posible. ¡Y lo encontramos! Cerca del “Tower Bridge”, en el barrio de Southwark, hay un parking cubierto - “Snowfields Car Park”, en Kipling Street- que nos costó sólo 20 libras por todo el día. Una ganga para lo que se estila por allí. Se encuentra entre las estaciones de metro de “Borough” y “London Bridge”, en la línea negra, que es la que va directa a Camden Town.

 

   Compramos, en la estación de metro, la “Day Travelcard” por 6,60 libras/persona, que incluye viajes ilimitados durante el día en cuestión para cada persona. Más información en www.tfl.gov.uk/tickets/default.aspx - Se permiten animales de compañía en el transporte público londinense cumpliendo ciertas normas. Más información en www.tfl.gov.uk/gettingaround/transportaccessibility/16393.aspx

 

 

Aparcar en Gran Bretaña. Los “Park and Ride”

 

   Ya hemos comentado algo de las dificultades para aparcar en las grandes ciudades británicas. Una web muy interesante para localizar aparcamientos a buen precio es http://en.parkopedia.co.uk/parking/london/#, pero las posibilidades de aparcamiento privado no terminan sólo en los parking públicos.

 

   En muchas ciudades importantes del Reino Unido funcionan los “Park & Ride”, los aparcamientos disuasorios ubicados en los alrededores de las ciudades y que, por un módico precio de aparcamiento al día (a veces incluso gratuitos), están conectados por transporte público al centro urbano.

 

   Son muy interesantes cuando se va a estar muchas horas en una ciudad y aunque en este viaje no hemos hecho uso de ninguno de ellos, en nuestras anteriores visitas a Gran Bretaña sí les hemos sacado partido, así que os remitimos a esos viajes para más información. En concreto los hemos usado, entre otros, en Oxford, Cambridge, Chester, Brighton, etc. En la web http://parkandride.net/ encontraréis mucha y buena información al respecto. 

 

En el Park & Ride de Cambridge hace algún tiempo...

 

El mercado de Camden Town

 

   El mercado de Camden Town es, sin duda alguna, una de las grandes atracciones londinenses, especialmente los domingos, aunque funciona el resto de la semana. Situado en unos antiguos almacenes y caballerizas, se encuentra de todo. Y en las calles adyacentes, también. Y cuando decimos “hay de todo” también queremos decir que casi “todo el mundo” ha tenido tu misma idea.

 

 

   

Camden Road

 

Uno de los mercados de Camden

  

   Creo que era ya la tercera visita, pero la primera en verano y… ¡uf, cómo estaba aquello! A tope de gente. En cualquier caso merece la pena acercarse a echarle un vistazo, aunque si se quiere ver “a fondo”, habrá que dedicarle mucho tiempo. Comer tampoco es problema. ¡Allí encontraréis la gastronomía de medio mundo y parte del otro!

 

 

   

Camden Lock Market

 

El interior de Camden Lock

 

 

   

Cocina multicultural...

 

Cupcakes en vena... ¡estamos en GB!

   

   Camden es un barrio del norte de la ciudad, alejado del centro. La parada de metro es “Camden Town” –línea negra- pero en domingo sólo vale para la ida, pues para volver esa estación está cerrada y hay que ir hasta la estación de “Harrington Crescent”, unos cientos de metros más lejos. Más info en www.camdenlock.net

 

 

“Harrods”… con mascota

 

   Tras dar una vuelta y comer Camden Market, nos fuimos al archifamoso “Harrods”, que también abre los domingos. Aunque entrar con mascotas es algo bastante normal en casi todos los comercios de la ciudad, “Harrods” es otra historia.

 

 

Harrods

 

    Con carácter general las mascotas están prohibidas en los famosos grandes almacenes, salvo perros lazarillo, claro. No obstante hay una excepción. Enrevesada, sí, pero excepción al fin y al cabo. En su sección “Pet Kingdom” (El Reino de la mascota), sí es posible acceder con el perrito o gato. Para ello hay que seguir un “procedimiento” bastante peculiar, que si te pilla de buen humor incluso tiene su gracia.

 

   Para empezar hay que entrar por una puerta determinada, la nº 3, situada en Basil Street.  Una vez allí, hay que informar al uniformado portero que deseamos visitar el “Pet Kingdom” con nuestra mascota. En tal caso acudirá prestamente un miembro del personal y nos acompañará amablemente hasta el “Pet Kingdom”, en la cuarta planta. En unos minutos bajó un señor muy serio, muy trajeado y muy formal. Hizo una carantoña a la perrita y nos pidió que lo acompañásemos. También nos preguntó qué deseábamos ver. Ya en el “Pet Kingdom” fotocopió el pasaporte del animal y el certificado de vacunación. Por lo visto este trámite sólo es necesario la primera vez que se acude a la tienda.

 

   Evidentemente con todo este trajín se pasó casi un cuarto de hora. Salvado el papeleo, ya “estás autorizado” para merodear libremente por el enorme “Pet Kingdom” dedicado a los accesorios para mascotas. Allí hay de todo, incluso un “bar con chuches para chuchos”, muy “british”.

 

   Una vez terminada la visita o las compras, hay que acudir de nuevo al mostrador central y gentilmente nos acompañarán hasta la salida. Y hasta la próxima.

 

  Obviamente será raro no salir con alguna cosita. En primer lugar porque hay mucho y muy bueno para elegir (nada barato, también) y, en segundo lugar, porque con tanto “acompañamiento” está claro que se “incentiva” que uno no se vaya de vacío…

 

   En fin, la cosa tuvo su punto, para qué engañarnos. No obstante llevar mascota obliga a que alguien se quede fuera con el can para recorrer “Harrods”, pero… ¡Nada es perfecto! Bueno, tampoco es ninguna novedad. Uno ya sabe que viajar con el mejor amigo del hombre significa asumir no pocas limitaciones… salvo que el can quepa en un discreto trasportín, claro.

 

  Acabamos la jornada londinense dando una vuelta por Piccadilly Circus y Gerrard Street, la famosa “Chinatown” de la ciudad del Támesis ¡Y es que si uno no pasea por Piccadilly Circus y alrededores y no visita “Harrods” es casi, casi como si no hubiera estado en Londres!

 

 

   

La famosa esquina de neón

de Piccadilly Circus estaba en obras...

 

Chinatown

 

 

Y nos fuimos a Devon y Cornualles

 

   No fue fácil decidir dónde acampar en Devon y Cornualles. Nos llevó bastante tiempo elegir “el campo base”. Y ello debido a que los lugares que queríamos visitar se repartían en 4 grandes zonas, bastante alejadas entre sí. Dos en cada condado.

 

   Las alternativas que barajamos fue quedarnos en un único camping y, desde allí, desplazarnos a todos esos puntos a costa de hacer algunos kilómetros de más o, por el contrario, plantearnos dos o tres cambios de camping y hacer menos kilometraje, pero asumiendo también que cambiar de camping a menudo supone “restar tiempo de turismo” a esos días.

 

   Dado que toda esa zona está muy concurrida por el turismo local y que el riesgo de no encontrar plazas libres era alto, unido al hecho de que los cambios de camping “consumen” bastante tiempo entre recogida, desplazamiento y nueva acampada, finalmente optamos por quedarnos en un único camping: El “Lemonford Caravan Park”, cerca de Newton Abbot, situado en un punto bastante “céntrico” de Devon y muy próximo a la autovía, lo que facilitaba los movimientos.

 

   Así pues, desde allí nos desplazaríamos por dos veces a Cornualles, cuyo punto más lejano, el Land’s End o finisterre inglés, “sólo” quedaba a unos 200 km. de distancia.

 

 

Stonehenge, de pasada

 

   Dedicamos la mañana del lunes en llegar a Devon. El “Orbital” de Londres, la gran circunvalación de la capital, llevaba bastante tráfico, algo esperable, pero no sufrimos retenciones de consideración. La ruta a Devon pasa por uno de los más renombrados monumentos megalíticos británicos: Stonehenge, a las afueras de Amesbury.

 

   Aprovechando que “el Pisuerga pasa por Valladolid” y a pesar de que ya lo visitamos en el viaje de 2003 a Inglaterra y Gales, nos planteamos hacerle una visitilla a Stonehenge, de pasada, siempre y cuando encontráramos un lugar apropiado para estacionar la caravana, algo que se nos antojaba complicado. Y lo fue.

 

    Teniendo en cuenta que Stonehenge atrae multitudes, nuestros temores se confirmaron, pues no encontramos donde poder aparcar el coche y la caravana. El parking estaba a rebosar. Si viajáis en autocaravana tendréis más opciones. Vimos varias aparcadas en caminos vecinales. Unas fotos desde el coche fue todo el recuerdo que nos llevamos de nuestro fugaz segundo paso por el megalítico monumento. 

 

   

Stonehenge a lo lejos, a la izqda...

 

Stonehenge desde la carretera...

 

 

El “Lemonford Caravan Park”

 

   Tampoco fue sencillo reservar plaza en los camping de la zona de Newton Abbot, cerca de la “Riviera Inglesa”. Los pocos bien situados y con buenos accesos o bien ya estaban llenos esos días o exigían pagar por anticipado la reserva.

 

   Por suerte, tras intercambiar varios correos electrónicos, el “Lemonford” accedió a reservarnos la estancia (de seis días) sin adelantar dinero. Bien es cierto que durante toda la estancia nunca llegamos a ver plena ocupación, pero vayáis al camping que vayáis, os recomendamos que atéis bien el tema de la disponibilidad, en evitación de sorpresas desagradables, pues no es lo mismo llegar un lunes, como nosotros, que hacerlo en viernes. Más que nada porque no todos disfrutan de la mejor situación y hay que hilar fino. El “Lemonford” puede ser, perfectamente, la primera opción.

 

    El camping está bien equipado y es tranquilo –algo muy común en Gran Bretaña- y los dueños son amables, aunque no podíamos marcharnos de la “Pérfida Albión” sin toparnos con alguna “cuadriculatura del personal”, con alguna anécdota pijotera con la que apechugar y contar a los nietos    (Ver también lo que nos pasó en el viaje a Inglaterra de 2003).

 

    Teníamos ya instalada la caravana, a un lado de la parcela como es natural, cuando apareció la hija de la dueños para decirnos que teníamos que desplazarla más al centro “por razones de seguridad anti-incendios”, pues quedaba “demasiado cerca de los vecinos de parcela”.

 

    Hay que tener en cuenta que las caravanas británicas tienen la puerta en el lado izquierdo, justo al revés que nosotros, lo que favorecía que estuviéramos algo más “pegados”, pero tampoco nada fuera de lo normal. Hasta ahí poco hubiera habido que discutir si no fuera porque casi todas tenían montado el avance y, de hecho, estaban todas lo bastante pegaditas las unas a las otras como para que el fuego no hubiera tenido demasiados problemas para convertir todo aquello en una pira de tomo y lomo. Así pues, de entrada, la norma se nos antojó bastante peregrina…

 

 

El Lemonford Camping

 

   Después de un intenso “tira y afloja” intentando evitar el tener que mover la caravana de sitio por tan poca cosa, finalmente no hubo manera de que se bajase del burro. Como la parcela estaba empedrada con canto rodado y en ligera pendiente y con tanta burrería a cuestas no me apetecía dar demasiadas “facilidades”, así que pedí que me ayudasen a moverla.

 

   Y fue peor el remedio que la enfermedad. Al poco llegó un operario con un tractorcillo. Hasta ahí todo bien, salvo que el hombre, en una maniobra bastante torpe, al mover la caravana nos abolló la puerta del coche con la bola delantera del tractor… ¡para acabar moviendo la caravana un único metro! Al menos nos pidieron mil y una disculpas. Afortunadamente el seguro se hizo cargo del desaguisado y ahí quedó la anécdota, pero tuvo narices la cosa. Una vez olvidado el mosqueo inicial, hay que decir que estuvimos muy a gusto el resto de la estancia.

 

 

Paseando la “Riviera Inglesa”

 

   La llamada “Bahía de Torbay”, entre Torquay y Brixham, presume de tener un microclima en el cual crecen las palmeras junto a villas señoriales al estilo de la Riviera italiana, de ahí el sobrenombre. Su visitante más ilustre fue la escritora Agatha Christie.

 

   Lástima que ese día “el microclima tropical” se trocó en “pertinaz llovizna”, típicamente británica. Por aquellas latitudes lo normal es que el tiempo sea sumamente inestable y en pocas horas puede hacer absolutamente de todo, así que tampoco fue cosa de extrañarse ni de lamentarse.

 

   El caso es que, con “el trajín” de la caravana, se nos fue un tiempo precioso y cuando llegamos a Torquay eran ya las cuatro y media de la tarde y apenas quedaba media hora de “comercios abiertos”, que es tanto como decir “de animación callejera”, pues incluso una localidad tan turística como Torquay también se queda bastante desierta cuando cierra el comercio.

 

   Salvo los supermercados y poco más, el horario habitual de cierre en Gran Bretaña son las cinco de la tarde, que a veces se estira hasta las cinco y media, pero raro es que sobrepase dicha hora. Eso hay que tenerlo en cuenta, pues la tarde “cunde poco” en verano y pasear por una “ciudad fantasma” tampoco es lo más estimulante del mundo. A los empleados británicos les va de cine ese horario, pero a los turistas, bastante menos…

 

   La calle principal de Torquay, con sus soportales, tiene cierta gracia y el paseo marítimo, con las palmeritas de rigor, es atractivo.

 

 

   

Torquay. La calle peatonal

 

Torquay. Palmeras en la Riviera Inglesa

 

   Acabamos el día en la cercana Paington, con sus hileras de vistosas casetas de baño y su calle principal abarrotada de tiendas de souvenirs. 

 

Casetas de baño en Paington

 

 

El mercado “estilo Tudor” de Totnes

 

   El mercado “Tudor” de Totnes, que se celebra los martes de verano, fue la gran razón por la cual “debíamos estar en Devon” ese día. Y, en base a eso, acoplamos el resto del viaje.  Totnes es un típico pueblo inglés, con mucho encanto, “con o sin mercado Tudor”. Y como en todo buen pueblo inglés, no pueden faltar los famosos "pork pies", las tartaletas de carne de cerdo o de verduras, que de todo hay. La gastronomía británica es bastante mejor que lo que suele creerse. ¡Hay que probar!

 

 

   

Totnes. High Street

 

Un vistoso surtido de "pork pies" y demás...

 

   En la guía de viajes habíamos leído que la gente del pueblo se ataviaba con trajes de la época Tudor - estilo “Enrique VIII, allá por los siglos XV-XVI- en el mercadillo de los martes de verano. Al final resultó que el tan “afamado mercado” era más bien un pequeño mercadillo benéfico organizado por una asociación local de gente de “la tercera edad”, ataviada eso sí, con espléndidos trajes de época. En suma, Totnes bien merece una visita y si, además, coincide en martes, pues mejor que mejor. 

 

       

 

 

El mercado isabelino de Totnes

 

 

 

 

Dartmouth, Brixham y el “Clotted Cream”

 

    Circulando por esas “bucólicas” carreteras británicas (en las que para cruzarte con otro coche casi hay que ponerse de canto) llegamos a Dartmouth, otra localidad muy interesante del condado de Devon, situada en la desembocadura del río Dart y de la cual recibe el nombre. 

 

 

   

Las "anchuras" ruteras rumbo a Dartmouth

 

Bayard's Cove - Dartmouth

 

   Su ambiente y su situación junto al mar; con edificios de entramado de madera “Tudor”, casitas de pescadores y un fuerte de piedra protegiendo la entrada del río, hace de Dartmouth una visita más que recomendable. 

 

       

 

 

Dartmouth

 

 

 


El Transbordador del “Dart”

 

   Para llegar a Brixham desde Dartmouth, el camino más corto y rápido es atravesar el río Dart en el transbordador. Por cuatro libras y media subiremos el coche al ferry y en un abrir y cerrar de ojos estaremos en la otra orilla. Más información en www.dartmouthhigherferry.com

 

 

El transbordador sobre el Dart

 

    Terminamos el día en el pueblo pesquero de Brixham, en el otro extremo de la bahía de Torbay, cuyo principal atractivo son sus casas con fachadas de colores cubriendo la ladera de la montaña.

 

 

       

   

Brixham

   

 

    En el pequeño puerto hay una reproducción del “Golden Hind”, el galeón con el que Francis Drake dio la vuelta al mundo. “Sir Francis Drake”, un auténtico héroe para los británicos, no pasó de ser un pirata que se dedicó, en cuerpo y alma, a complicarnos la vida en el Caribe allá por el siglo XVI. En Londres, junto al Támesis, encontraremos también otra reproducción del “Golden Hind”.

 

 

   

El "Golden Hind"

 

El puerto de Brixham

 

   Brixham me gustó bastante, pero creo que si por algo la recordaré siempre… ¡Es por haber descubierto allí el “Clotted Cream”! Verdadera delicia gastronómica que conquistó mi paladar. Si os gusta la nata, os encantará. Es una crema típica de Devon -algo dulce y muy consistente- que se sirve a la hora del té para acompañar, con mermelada, a los “scones” (un tipo de bollo). Si tenéis cuidado en servirlo encima de la mermelada y no al revés, quedaréis como auténticos “gourmets” de Devon. Su “pega” es que es una perfecta “bomba calórica”. ¡La mitad es materia grasa!

 

Un típico servicio de té de Devon - El "clotted cream" está encima de la mermelada...

 

   Se vende en tarrinas y se puede comprar en el supermercado. Al ser un producto fresco, a los tres o cuatro días se va pareciendo cada vez más a la mantequilla, por eso conviene consumirla con rapidez. También es habitual por allí que los helados se hagan con una base de “Clotted Cream”, lo que los hace más ricos y cremosos que los “normales”.

 

 

Paington y Cockington

 

   Tras pasear por Brixham -tampoco hay mucho que ver, sólo el puerto y un par de calles- y de regreso al camping, bordeamos la bahía de Torbay y nos detuvimos de nuevo en Paington. Esta vez nos olvidamos de la playa y nos dimos una vuelta por la “calle mayor” que no es más que una sucesión de tiendas de souvenirs, de máquinas tragaperras y heladerías que, por sus características, cierran mucho más tarde que el resto de comercios. A las 20 horas o incluso más. ¡Al menos viene bien para “estirar un poco la tarde”! Al final de la calle mayor se encuentra la estación del tren de vapor que hace recorridos turísticos. La antigua locomotora es una chulada y se ve desde la calle.

 

 

   

Paington - High Street

 

La locomotora de vapor de Paington

 

   Finalmente y ya de regreso al camping, hicimos una breve parada en Cockington Village, un “poblado” de casas de piedra con tejados de paja, muy típicas, que forman un conjunto turístico tipo “museo al aire libre”, con talleres antiguos, tiendas y restaurantes, sólo a un par de kilómetros de Torquay.  Teniendo en cuenta que ya teníamos alguna experiencia en ese tipo de atracciones de aires “vintage”, nos dio igual verlo desierto, pues las casas no se mueven de sitio y el conjunto es realmente pintoresco y merece echarle un vistazo.

 

 

   

Cockington Village

 

 

 

   Si queréis hacerle una visita en condiciones, mejor que le reservéis, al menos, una mañana o una tarde. El parking es de pago y aunque cerca del aparcamiento hay bastantes casas con los tejados de paja, no llegamos a ver “el grueso” del poblado, que está un poco más alejado y no era cuestión de andar por medio del bosque mientras oscurecía. Más información en www.cockingtoncourt.info

 

 

Escapada al norte de Cornualles: Fowey y Polperro

 

   El miércoles amaneció lluvioso. La primera “incursión” a Cornualles -“Cornwall” en inglés- la haríamos bajo el típico “calabobos” de la zona, claro que, por fortuna y para no faltar a la costumbre, también saldría el sol.

 

   Fowey, coqueto pueblecito pesquero, fue nuestra primera parada. Edificado en una empinada ladera, el gran aparcamiento público -de pago- está arriba. Y aunque es grande, conviene llegar prontito, pues se llena rápidamente y tampoco hay demasiadas alternativas.

 

 

   

Fowey

 

Fowey. El puerto

 

   Lo que sí hay que evitar a toda costa es aventurarnos con el coche por el pueblo, pues además de no haber donde dejarlo, entre las cuestas y el laberinto de estrechas calles, conducir por allí es una auténtica tortura. Y cuidado también con las carreteras que llevan a Fowey, pues hay tramos extremadamente estrechos. Increíble, pero cierto. Caravanistas abstenerse y autocaravanistas, calma.

 

   Los pueblos pesqueros de Cornualles se caracterizan por sus paredes de piedra, blancas y sus tejados de pizarra. Fowey -el pueblo de Daphne du Maurier, la autora de “Cumbres Borrascosas” y de “Rebeca”-  no es una excepción a esa regla. Es agradable y, por suerte, coincidimos con alguna fiesta local. La gente iba disfrazada y había mucho ambientillo por las calles.

 

 

   

Ambiente de carnaval en Fowey

 


 

   De Fowey nos trasladamos a Polperro, pueblecito pesquero de postal. Polperro fue uno de los lugares que más nos gustaron de todo el viaje. Puede que alguien lo encuentre demasiado “turistizado” y no le faltará razón, pero el pueblo es muy pintoresco y lleno de rincones que inmortalizar cámara en ristre.

 

 

Polperro. El puerto

 

   A un kilómetro del conjunto urbano se encuentra el necesario y enorme aparcamiento, también para las autocaravanas. De pago, por supuesto. Era un miércoles al mediodía y estaba prácticamente lleno. No quiero ni pensar lo que puede pasar en fin de semana… ¡Lo peor es que no hay otro lugar para dejar el coche! Más vale llegar prontito o por la tarde si no queréis correr el riesgo de tener que dar media vuelta por no poder aparcar…

 

   Si hay pocas ganas de andar, del aparcamiento sale un camioncito que, previo pago, nos llevará al pueblo y viceversa. Nosotros hicimos el trayecto a pie, a pesar de la notable cuesta y no nos arrepentimos. La carretera discurre entre tiendas y restaurantes, algunos en casas realmente preciosas, llenas de flores. Una alternativa “mixta” sería bajar andando al pueblo y volver al parking en el cacharro. La parada está en la misma entrada al pueblo.

 

 

   

El "Polperro Tram"

 

Polperro

 

   Las casitas blancas, el puerto y el entorno hacen de Polperro un lugar realmente encantador, salvo por el gentío, claro, pero ya sabemos que nada es perfecto… 

 

   

   

 

 

Polperro

   

 

 

El “Tamar Bridge” y Plymouth

 

    A las afueras de Plymouth, el río Tamar es la “frontera” natural entre los condados de Devon y Cornualles. El río se salva gracias al “súper puente” que tiene una característica peculiar, muy “british”. En dirección Cornualles es gratis cruzarlo, pero si vamos en sentido opuesto, dirección Devon, entonces… ¡tocará rascarnos el bolsillo y pagar un pequeño peaje! Los vehículos de menos de 3.500 kg pagan 1,5 libras, en efectivo y si llevan remolque, el doble (tarifas 2012).

 

   

El Tamar Bridge

 

Peaje en el Tamar Bridge, sentido Devon

  

   Plymouth (ojo, que debe pronunciarse “Plímuz” y no “Plaimuz”), ciudad con una importante base de la “British Navy”, fue duramente castigada durante la Segunda Guerra Mundial. Así que poco queda en pie de su pasado medieval. En su día su reconstrucción despertó no pocas críticas y no hay demasiado que ver en Plymouth, salvo quizás el barrio de “Barbican”, el cual conserva todavía algunas casas antiguas que se salvaron de los bombardeos alemanes.

 

   Al pasar por Plymouth, volviendo de Polperro, decidimos hacerle una visita, pero la experiencia fue poco afortunada. Un evento de fuegos artificiales mantenía cortados los accesos al principal parque y mirador de la ciudad -el “Hoe”- y por Barbican fue imposible aparcar, pues tampoco había aparcamientos de pago. Total, que nos conformamos con una visita “panorámica”, aunque visto lo visto, tampoco nos perdimos gran cosa. 

 

Plymouth. Barrio de "Barbican"

 

 

El agreste sur de Cornualles y algo más

 

   Cornualles o Cornwall, “la punta” de Gran Bretaña, es un territorio agreste y solitario -especialmente en su costa oeste- aunque lleno de interesantes atracciones, pueblos y parajes. 200 kilómetros separaban “Land’s End” de nuestro camping en Devon. Una distancia respetable para una sola jornada, pero también asumible si ello significaba no tener que cambiar de camping.

 

   Truro, aún siendo la capital administrativa de Cornwall, es realmente una pequeña ciudad, cuyo mayor atractivo es su catedral neogótica, construida entre los siglos XIX y XX, es decir, hace sólo “dos telediarios”. Cuenta también con algunas casas de estilo georgiano y poco más. Si andáis escasos de tiempo o tenéis un plan mejor, creo que podéis prescindir tranquilamente de su visita. Si es por la catedral, la de Exeter le da cien mil vueltas y además es “gótica pata negra”. Y si es por los edificios georgianos, en Bath uno puede darse “un atracón”.

 

 

       

Truro

 

La catedral

 

Casas georgianas en Truro

 

 

Penzance y el “hermano pobre” del Mont Saint Michel

 

   Llegamos a Penzance a la hora de comer, la mayor localidad de la región de Land’s End. Penzance fue arrasada por nuestra “Armada”, allá por 1595, durante los interminables conflictos con la corona inglesa. A causa del incendio que devastó la localidad y de la poca gracia en la reconstrucción, la arquitectura local no tiene demasiado interés, salvo por la extraña “Egyptian House”, curiosa casa-museo con fachada de pretendido estilo imperial egipcio, un poco hortera dicho sea de paso. Justo enfrente se encuentra el “Union Hotel”, famoso por ser el primer lugar donde se hiciera pública la victoria británica en Trafalgar y también la muerte del almirante Nelson.

 

 

       

Penzance

 

El Mount St.Michael desde Penzance

 

Penzance

 

 

   

La Egyptian House

 

El aviso del triunfo de Nelson

 

   Los anteriores edificios están en Chapel Street y, a unos metros, encontraréis el famosísimo pub “Admiral Benbow”, toda una institución en Penzance. La abigarrada decoración marinera del “Admiral Benbow” bien se merece una pinta de cerveza o, si se tercia, una buena comida. Fijaos en el pirata tumbado en lo alto del tejado…

 

 

   

El pub "Admiral"

 

Colorista interior

 

  De todas maneras si algo atrae al visitante a Penzance es, desde luego, el “St. Michael’s Mount”. Desde la ciudad se tienen muy buenas vistas de la isla-monasterio, una especie de Mont Saint Michel francés a escala reducida. De acuerdo, ambos comparten similar ubicación, nombre y monasterio, pero ahí acaban las similitudes.

 

   El castillo y la abadía se encuentran también en un islote que queda aislado del “continente” al vaivén de las mareas. No acaba de estar muy claro qué abadía o monasterio fue fundado antes, pero lo cierto es que no puede competir con su archifamoso “tocayo”. Desde Marazion, la localidad más cercana y donde se debe aparcar, es posible llegar andando al St. Michael’s Mount durante la marea baja, pero nosotros nos conformamos con verlo sólo de lejos.

 

 

   

El Mount St.Michael desde Marazion

 

Monasterio del Mount St. Michael

 

 

Land’s End, la punta de Cornualles y algo más

 

   Antes de alcanzar el Land’s End, hicimos una breve parada en el diminuto pueblecito pesquero de Mousehole, cuyo nombre -literalmente “agujero del ratón”- ya permite hacerse una idea de su tamaño, acorde con su fama de guarida de contrabandistas.

 

 

   

Mousehole. El puerto

 

Mousehole

 

   A la entrada del pueblo hay un diminuto aparcamiento y de ninguna manera se debe ir más allá con el coche. Eso está claramente advertido, pero siempre hay quien se pasa esos avisos por el forro y es que los accesos al pueblo son tan estrechos que los coches que se aventuraron a entrar la liaron parda con los que pretendían salir. ¡Menudo atasco!

 

   Sólo unos kilómetros más y llegamos al “Finisterre inglés”, el pelado y agreste “Land’s End”, cuya ventosa soledad se encuentra sólo alterada por un tremendo e indescriptible “chiringuito” exclusivamente pensado para sacarle los cuartos al visitante. Aparcar cuesta 5 libras todo el día o sólo un rato, como uno prefiera. Incluye, eso sí, la entrada al “parque de atracciones” y el acceso a los farallones de la costa para todos los ocupantes. Coincidimos con una fiesta de piratas y por ello muchos iban disfrazados de bucaneros.

 

 

       

La entrada a "Land's End"

 

El "parque de atracciones"

 

Bucaneros de opereta

 

   Tiendas de souvenirs, atracciones de pago y restaurantes forman el complejo lúdico-turístico del Land’s End que suele estar abarrotado de gente. Ese tipo de cosas pueden gustar más o menos, pero lo cierto es que las formaciones rocosas del “finisterre” son dignas de ver y por eso vale la pena la visita.

 

 

       

Los acantilados de Land's End

 

En el finisterre inglés

 

Por si había alguna duda...

 

 

El Cornualles que pudo ser...

 

   Sin duda pudimos disfrutar de “lo más granado” de Cornwall/Cornualles, pero dado el limitado tiempo de viaje, tuvimos que dejar en el tintero algunos lugares que también nos hubiera gustado ver: Lizard’s Point – la punta “gemela” de Land’s End, mucho menos masificada-, el pueblo de St. Ives, el castillo de Tintagel –donde la leyenda dice que nació el Rey Arturo- o Falmouth. En fin, lugares de interés nunca faltan. ¡Lo que siempre falta es tiempo!

 

 

Descubriendo Devon

 

   Tras las escapadas a Cornualles, era de nuevo el turno de Devon. Descubierta ya la “Riviera Inglesa”, llegó la hora de Exeter, famosa por su catedral gótica. También era ocasión de conocer Clovelly –un pueblo de postal- y Barnstaple y su renombrado “Pannier market” de los sábados, ambos en la costa norte de Devon.

 

 

Exeter y la comida en el pub

 

   Aquel viernes amaneció soleado. Dedicamos parte de la mañana a sustituir en el taller oficial una inoportuna lámpara de cruce fundida. ¡Los coches modernos dan pocas opciones a los “manitas”!

 

   La visita a la cercana Exeter era la ocasión perfecta para comer de nuevo en un pub, experiencia que recomendamos no perderse. Aunque la gastronomía británica no goce de demasiada fama, con el tiempo le hemos ido cogiendo cariño y se come bastante mejor de lo que suele creerse. Además los precios no son exagerados y las raciones bastante generosas en general. Un solo plato suele ser suficiente. Más allá de las pintas de cerveza, una comida o cena en el pub valdría ya la pena sólo por el ambientillo y la decoración.

 

 

   

El Ship Inn

 

el interior

 

   Bien es cierto que el “Ship Inn” de Exeter no pasará a la historia como el mejor pub que hayamos visitado, pero seguro que lo llevaré por siempre en mi memoria. Vale que “probar platos diferentes” implica aceptar algunos riesgos, pero viendo el resultado de mi elección, me parece que los asumí en exceso. El “Plough’s dish” (“Plato del labrador" o "del arado”) rompió todas las expectativas. Ni con cien pintas de cerveza en el cuerpo hubiera podido adivinar que el “jamón a la miel, con manzana, queso cheddar y algunas cosillas más” pudieran ser exactamente eso…

 

 

El sorprendente "Plough's dish"

 

   Una vez repuesto de la impresión y pensándolo bien, la cosa hasta tenía su lógica. Seguramente esa fuera “la dieta” típica de los labradores de antaño cuando iban a arar, pero a mi me pilló totalmente a contrapié. En fin, viajar es sorprenderse…

 

   Exeter -ciudad muy castigada por los bombardeos alemanes- conserva algunos restos de su esplendor pasado, destacando por encima de todo la fantástica catedral gótica de St.Peter. La entrada es de pago, pero desde el vestíbulo se tiene una vista bastante buena de la nave interior si uno prefiere no rascarse el bolsillo pasando por caja…

 

 

       
   

La Catedral de St.Peter

   

 

   No quedan en pie demasiados edificios históricos, pero sin duda la isabelina “Mol’s Coffee House”, elegante casa de entramado de madera y actualmente una cafetería, gustará a todo el mundo. El “Guildhall”, el antiguo ayuntamiento del siglo XIV de estilo Tudor, también es muy atractivo.

 

 

   

Mol's Coffee House

 

El Guildhall o antiguo ayuntamiento

 

   Aparte de la catedral y sus alrededores, puede que el “Quayside” -el embarcadero del río Exe- sea la otra gran zona de interés de la ciudad. Pubs, cafeterías y tiendas en los antiguos almacenes del muelle, además de la “Casa de la Aduana”, hacen del muelle un lugar muy agradable. Fijaos en el curioso “transbordador” de peatones que se desplaza de una a otra orilla a base de tirar de una cuerda…

 

 

       

Almacenes-tienda en el Quayside

 

Exeter. El Quayside

 

El transbordador "de cuerda"

  

  

El “Pannier Market” de Barnstable

 

   El sábado era el día ideal para visitar el “Pannier Market” de Barnstable (9 a 16 h.). No es el único día de la semana en que hay mercado general, pero sí que es el “gran día de mercado”. Se encuentra en el centro de la pequeña ciudad, en una gran nave llena de columnatas y banderas británicas. Allí encontraréis toda clase de artículos y todo con un sabor muy auténtico.

 

 

   

La entrada al Pannier Market

 

Auténticamente "british"

       
   

Sabores caseros...

 

 

  

   Los comercios de alimentación que bordean el “Pannier Market”, en Butchers Row son una pasada. Productos locales, con bonitos escaparates. 

 

   

Butchers Row

   
       
     "British food"    

   

   Barnstaple no es una ciudad especialmente atractiva, pero la calle mayor -High Street- tiene mucho ambiente. Si el “Pannier Market” no os llama la atención, la ciudad no lo hará mucho más. Los martes, viernes y sábados se celebra el mercado general. En cambio el miércoles es el día de las antigüedades y los martes y los jueves son los días del mercado de artesanía.

 

 

Clovelly, un pueblo de “propiedad privada”

 

   Clovelly, pueblo tremendamente pintoresco, es la visita que justifica cualquier desplazamiento a la costa oeste de Devon. Clovelly es, además, de propiedad privada. Por lo tanto se paga entrada para acceder a sus empinadas calles y a su encantador puerto de pesca.

 

   Entrar costaba 5,95 libras por persona (2011), lo que no es ninguna bobada, pero si vale o no la pena pagar por ello deberá juzgarlo cada cual. Desde luego está lleno de mil rincones para fotografiar y el puerto pesquero es precioso. ¿Es muy diferente a Polperro, por ejemplo? Pues mucho, mucho no y encima hay que pagar, pero yo no me lo perdería.

 

 

   

La costa oeste de Devon. Clovelly, abajo

 

Resbaladizo "descenso" cuando llueve...

 

   Lástima que la lluvia desluciera un poco la visita. Se accede al camino que conduce a la calle principal, empedrada, empinada y muy resbaladiza cuando llueve, por el Centro de Visitantes, con cafetería, librería, tienda de souvenirs, etc.

 

 

   

Clovelly

 

Clovelly

 

   El pueblo es realmente una especie de “museo al aire libre”, con tiendas y restaurantes, todo muy turístico como no podría ser de otra manera. Al final de la calle mayor se encuentra el pintoresco puerto pesquero. Las vistas de la costa, desde los diferentes miradores, son otra de las atracciones de Clovelly. Eso sí, quien tenga dificultades para andar, habrá de extremar las precauciones para no caerse, especialmente con el suelo mojado, algo que me temo será muy frecuente. 

 

       

El puerto, desde el pueblo

 

El puerto de Clovelly

 

El puerto

 

  De vuelta al camping nos acercamos a Appledore, localidad costera de casas blancas, pintadas con vistosos colores. Caía la tarde y los pocos comercios habían cerrado ya sus puertas, así que hicimos una “visita panorámica” en coche y nos fuimos al camping.

 

 

Traslado a Bath. El “Cheddar Gorge”

 

   Con el domingo llegó la hora de abandonar Devon y nos trasladamos a Bath, a 166 km de distancia. Nos cruzamos con tantas caravanas en la autopista, rumbo a la preciosa Bath, que incluso las contamos… ¡210 en dos horas de viaje! Increíble, pero cierto. Gran Bretaña es auténticamente el paraíso del caravaning… si nos olvidamos de las carreteras de acceso a algunos camping, claro.

 

   Acampamos en el camping “Bath Marina and Caravan Park”, a poca distancia de Bath. Hay autobús en la puerta, así que se puede visitar la ciudad sin necesidad de coger el coche. 

 

   

El "Bath Marina"

   

 

   Por la tarde nos acercamos al renombrado “Cheddar Gorge”, el desfiladero que da paso al pueblo, cuna del famoso queso “Cheddar”. Tres son los puntos de interés: el desfiladero por el que discurre la carretera que conduce al pueblo, las cuevas subterráneas de estalactitas y las bonitas casas, pubs y tiendas a ambos lados de la carretera, incluida la tienda de la fábrica de queso local. 

 

   

El Cheddar Gorge

   

 

   En un país tan poco montañoso como Inglaterra no es de extrañar que el “Cheddar Gorge” despierte auténticas pasiones, pero no es nuestro caso y el de Cheddar nos dejó bastante fríos, pero bueno, a ellos les gusta un montón y quiénes somos nosotros para llevarles la contraria... No visitamos las cuevas, así que no podemos opinar. El “pueblo” de Cheddar, por llamarlo de algún modo, es vistoso y es un destino especialmente adecuado para un domingo, pues está todo abierto y con mucho ambiente. 

 

   
   

En la cuna del famoso queso Cheddar

 

 

       
   

Cheddar

   

  

Bath, la ciudad color miel

 

    Nos apetecía mucho regresar a Bath tras nuestra visita de 2003. Bath se ha ganado un lugar destacado en el ranking de ciudades más visitadas de Inglaterra y no es de extrañar porque es muy bonita. Lo primero que llama la atención son sus edificios de color miel, de estilo georgiano, que caracteriza todo el centro de Bath. El soleado día ayudó a hacer aún más agradable el paseo por sus calles. 

 

   

Lo del "color miel" es auténtico...

 

La abadía

 

   Como indica su toponímico -Bath- los romanos ya descubrieron sus manantiales de aguas termales, cuyos “baños”, junto a la abadía, son visitables. Nosotros así lo hicimos en 2003. Nos gustaron mucho, así que, si podéis, no os los perdáis. Si no hay ganas o tiempo, echad un vistazo a la señorial “Pump Room” -actualmente un salón de té- que puede verse sin pagar la entrada. 

 

   

Los baños romanos

 

El interior

 

 

   
   

La "Pump Room"

  

La abadía gótica es otro de sus muchos monumentos emblemáticos, como el “Pulteney Bridge” -curioso puente “edificado” con tiendas a ambos lados- o el “Royal Crescent”, las famosas casas georgianas en forma de herradura. Una de ellas se puede visitar para comprobar en primera persona cómo era la vida en la época de las diferencias de clase que tan bien retrataba la famosa serie de TV, “Arriba y Abajo”. 

 

   

El Pulteney Bridge desde fuera

 

El mismo puente, por dentro

 

 

   

El "Royal Crescent"

 

"Ambientando" la visita...

 

   Bath debe su apariencia actual, a que en el siglo XVIII y XIX se puso de moda entre la nobleza y burguesía inglesa “ir a tomar las aguas” y lucir palmito. Todo el centro histórico es muy elegante y pasear resulta muy agradable, pues también hay muchos, muchos parques y jardines. Nosotros dedicamos la mañana a recorrer Bath, pero si tenéis previsto hacer algunas visitas a los baños romanos o la abadía, deberéis dedicarle más tiempo. 

 

Bath. Jardines al lado del Pulteney Bridge

 

  

Wells, la ciudad más pequeña con catedral

 

   Wells presume de ser “la ciudad más pequeña con catedral”, con un centro histórico pequeño, pero coqueto. El conjunto catedralicio es realmente impresionante. La fachada oeste de la catedral, espectacular, está compuesta “sólo” por 300 figuras de santos, reyes y profetas. El interior es auténtico gótico inglés. Abre en verano de 7 a 19 h. y la entrada es gratuita, aunque “sugieren” donativos de 6 libras para su conservación. 

 

   

Wells. La catedral

 

Curioso interior...

 

   A la izquierda de la fachada principal se accede a la “Vicar’s Close”, una calle sin salida, de origen medieval, bordeada de las viviendas de los clérigos. A la derecha de la catedral se encuentra el “Bishop’s Palace”, recinto amurallado que fuera residencia del obispo de Bath y Wells. A todos esos recintos se llega a través de una arcada medieval que sale de Market Place, la plaza mayor. 

 

   

El "Vicar's Close"

 

Entrada al "Bishop's Palace"

 

 

   

Market Place

 

Florida oficina del "National Trust"

 

 

Retorno a Biddenden

 

   Aquel martes 23 de agosto amaneció lluvioso. Así es el clima británico. Ahora hace sol, ahora llueve. Dedicamos la mañana a recorrer los 285 km. que separan Bath de Biddenden, pues regresábamos al camping “Spill Land Farm”. Habíamos dejado reservada la plaza por si acaso, pero lo cierto es que había sitio a montones.

 

   Por la tarde nos acercamos a una de las localidades más famosas del condado de Kent, Tunbridge Wells. Su nombre también da pistas del porqué de su fama: las fuentes termales (Wells). En el siglo XIX, durante la Regencia, se puso totalmente de moda entre la burguesía y de esa época data su principal atracción turística: “The Pantiles”. 

 

   

Tunbridge Wells

 

"The Pantiles", ahí se ven bien las losetas...

 

   “The Pantiles” no es otra cosa que una calle con arcadas, llena de cafeterías y comercios, cuyo pavimento está compuesto precisamente por losetas (pantiles), de ahí su nombre. En su extremo se encuentra la “Chalybeate Spring”, la fuente-manantial de aguas ferruginosas origen de la fama local. 

 

       

"The Chalybeate Spring"

 

No le falta detalle...

 

El manantial

 

 

La ruta de los “Secaderos de lúpulo”

 

   El condado de Kent es famoso por sus característicos edificios para secar el lúpulo. Incluso han señalizado una ruta para ver las típicas y puntiagudas “chimeneas” de los secaderos mientras se recorren las sinuosas carreteras del condado. Y eso es lo que hicimos al volver de Tunbridge Wells.

  

Casa de Kent con secadero de lúpulo

 

 

Brighton y algo más

 

   Lo dicho, si el martes llovió, el miércoles hizo sol. Ese día teníamos previsto pasarlo en Brighton, por tercera vez ya. La primera en 1997, cuando se rompió la bola de enganche y la segunda, en 2003. La verdad es que Brighton nos gusta mucho, pues es una ciudad con atractivos muy variados, además de encontrarse a orillas del mar.

 

   Brighton está a 76 km del camping, pero si viajar es tan interesante es porque siempre surgen imprevistos que nos hacen “descubrir” cosas y lugares insospechados. Y eso fue lo que pasó rumbo a Brighton. Nos topamos con la carretera cortada por obras y la ruta alternativa nos obligó a dar un importante rodeo. Y como no hay mal que por bien no venga, pues gracias a ello “tropezamos” con dos áreas de caravaning realmente impresionantes. Ambas con una fantástica tienda de accesorios, por variedad y precio.

 

   La otra sorpresa del día fue la inesperada visita al pueblo y abadía de Battle. Lo realmente sorprendente es que, tras quedarse “en el tintero” por falta de tiempo en los anteriores viajes, finalmente y sin pensarlo, mira por donde y sin esperarlo… ¡acabamos en Battle! El lugar es históricamente famoso por ser, en 1066, escenario de la batalla final entre el invasor normando Guillermo “El Conquistador” y Harold, el rey de los sajones. En el lugar en el cual Harold cayó herido de muerte, se erige actualmente la abadía gótica de Battle. 

 

       

Abadía de Battle

 

Sí, fue en 1066

 

Battle

 

   Cuando finalmente llegamos a Brighton, dejamos el coche en el parking subterráneo de Regency Square (5 horas, 9,5 libras), relativamente cerca del centro. 

 

Brighton. Regency Square

 

   Para los amantes de la cocina india, podemos recomendar el “Bombay Aloo” (39, Ship street), pequeño restaurante que sirve un más que decente buffet vegetariano por sólo 4,95 libras + bebida (2011). Y si no importa comer algo tarde para los usos británicos, de 15,15 a 17,15 tienen una “happy tour low cost”. En 2011, el buffet costaba sólo 3,50 libras. Tienen también otro restaurante en el que se sirve carne a poca distancia de éste. 

 

Brighton. Cocina india vegetariana a buen precio

 

  Hay mucho que ver en Brighton, pero por encima de todo destaca el fantástico y exótico “Royal Pavillion”, palacio de aires orientales. El príncipe regente lo mandó construir para alojarse en la ciudad durante sus escapadas. Lo visitamos en 2003, así que esta vez nos contentamos con verlo por fuera, pero sin duda recomendamos que no os lo perdáis, pues por dentro resulta tan espectacular y exótico como el exterior. 

 

El Royal Pavilion

 

   Del viejo Brighton, antiguo pueblo de pescadores, poco queda ya, salvo “The Lanes”. Resulta muy agradable pasear por el entramado de callejuelas llenas de ambiente, comercios, pubs y restaurantes. 

 

   

The Lanes

 

The Lanes

  

   

The Lanes

 

Brighton

 

   La otra gran atracción de la ciudad es, sin duda, el “Brighton Pier”, muelle de estilo victoriano convertido ahora en bulliciosa mezcla de feria de pueblo y parque de atracciones, con excelentes vistas de la playa y de Brighton. La entrada es libre -las atracciones son de pago- pero es tan hortera que tiene su punto darse una vuelta por allí. 

 

   

El "Brighton Pier"

   

  

   
   

Esto es la orilla del mar...

 

 

Tenterden y regreso a Francia

 

   El ferry salía de Dover a las 14,40 h. Para aprovechar un poco la mañana nos dimos antes una vuelta por Tenterden. Dejamos el camping a las 12,35 y tras una breve parada en el área de descanso de la M20, a las 13,47 h. entrábamos en el puerto de Dover. El trámite fue rápido y 7 minutos después estábamos ya en el carril de espera para embarcar. 

 

       

Los blancos acantilados de Dover

 

El Dover Castle

 

Entrando en el puerto

 

 

       

En la bodega del ferry

 

La cafetería del barco

 

Llegando a Calais...

 

 

   Tras una travesía sin historia, a las cinco y media, hora francesa (hubo que avanzar una hora el reloj), pisábamos Calais. Repostamos en el “Carrefour” de Calais -el combustible en la autopista tiene los precios más altos- y dedicamos el resto de la tarde a avanzar terreno rumbo a Le Mans. El último repostaje en GB lo hicimos es Wells y pagamos el litro de gasóleo a 1,39 libras (1,67 € +/-), en cambio el litro en Calais estaba a 1,284 €… ¡Sobran comentarios!

 

 

A veces pasan esas cosas…

 

   Pernoctamos en el área de descanso de “Haras”, en la A-28, a una centena de kilómetros de la ciudad de las “24 horas”. En un principio la idea era ir de Calais al Salón del Caravaning de Düsseldorf, la más importante e impresionante muestra de caravaning de Europa. Un evento que recomendamos a todos los aficionados. La visitamos por primera vez en 2004, a la vuelta del Cabo Norte y fue una pasada, por cantidad y calidad. Sin embargo circunstancias personales nos obligaron a modificar los planes sobre la marcha, así que Düsseldorf quedó para mejor ocasión (en 2012 nos sacamos la espinita) y, de vuelta a casa, decidimos “pasar un día” en Le Mans para no hacer el viaje de un tirón.

 

   Siempre viajamos con guías de camping de los países que vamos a cruzar porque nunca sabes cuándo vas a necesitarlas. Buscamos un camping en Le Mans y encontramos el de “Le Vieux Moulin”, a las afueras de la ciudad y en nuestra ruta de llegada. Sin embargo estaba cerrado. ¡Es lo que tiene improvisar, que nunca se sabe qué te vas a encontrar! Afortunadamente en los alrededores de Le Mans -cerca de la confluencia entre las autopistas A11 y A28- hay otro camping, “Le Pont Romain”, en Yvré-L’Évêque y allí acampamos. (¡Bendito GPS. Cuánto tiempo ahorra al poder ir directos al grano! Qué tiempos aquellos en los que había que rezar para dar a la primera con el camping deseado.) 

 

El camping "Le Pont Romain"

 

 

Le Mans: Historia y automovilismo

 

   Le Mans es mundialmente famosa por la carrera de resistencia de 24 horas, competición automovilística que se celebra anualmente cada mes de junio. El “circuito” es un híbrido entre el circuito permanente de La Sarthe y las carreteras que rodean la ciudad. Entre ellas destaca la archifamosa “recta de Les Hunaudières”, de 4 km de longitud, que discurre por la D-338, la antigua nacional a Tours, y en la cual los coches superan los 300 km/h. Es decir, es posible “recorrer” gran parte del circuito en tu propio coche y aunque no esté permitido “pisar el acelerador a fondo”, al menos uno puede darse el gustazo de pisar “asfalto mítico”. 

 

       

La recta des Hunaudières

 

La carretera "circuito"

 

Por aquí van muy rápidos...

 

   El complemento ideal es, sin duda, la visita al fantástico museo del circuito. La gran mayoría de los míticos coches de resistencia que han hecho historia en las 24 horas se encuentran expuestos y es una gozada para cualquier aficionado a la competición automovilística. La colección de “Porsche” es sencillamente impresionante. La entrada costaba 8 € (2011) y será necesario dedicar, al menos, un par de horas a la visita, aunque puede llevar todo el tiempo que uno quiera, claro… Más info en www.lemusee24h.com 

 

       
   

El Museo de las 24 horas de Le Mans

   
       
         
       
         

 

   En la parte nueva de la ciudad, en la Place St. Nicolas, hay un monumento dedicado a la carrera y en el suelo de las calles adyacentes también se pueden observar numerosas placas de bronce con las huellas de las manos de los equipos vencedores de la carrera. Ambiente “racing” a tope en Le Mans. 

 

   

El monumento a la carrera

 

Placa con la huella de la mano de

Marc Gené, el único español ganador

 

 

“Le Vieux Mans”, el casco antiguo

 

Sin embargo Le Mans es mucho más que sólo competición. El casco antiguo de la ciudad -Le Vieux Mans- de origen medieval, encierra muchas y buenas sorpresas. Multitud de casas de entramado de madera en sus empedradas callejuelas, murallas galo-romanas, una impresionante catedral y mucho, mucho más. 

 

       

El "Vieux Mans"

 

Menhir junto a la catedral

 

Calles medievales

    

   

La catedral

 

Torre de la muralla galorromana

 

 

“La Noche de las Quimeras”

 

Si durante las noches de julio y agosto andáis por Le Mans, podréis disfrutar de “La Noche de las Quimeras”, espectáculo de luz y sonido que ilumina con seres fantásticos las fachadas de los principales monumentos del casco antiguo. Funciona de martes a sábado, al oscurecer, o sea, casi a las once de la noche. Más info en www.nuitdeschimeres.com/es (castellano) 

 

 

 

Epílogo

 

Todo se acaba. Tras la visita a Le Mans dimos por terminado un gran viaje por algunas de las zonas menos conocidas tanto de Gran Bretaña como de Francia. Os cedemos el testigo… ¡Devon y Cornualles os están esperando!

 

 

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