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 Navidad en 

los castillos del Rin

...y algo de Alsacia

 

 

  

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

Diciembre 2011

Duración del viaje:

10 días

Kilometraje total:

4.456

Relato publicado en “El Camping y su Mundo” (Diciembre 2012)

 Hacemos también constar que la información práctica que se facilita en el relato se hace a título personal, con la intención de que pueda resultar lo más útil y ajustada posible. No obstante recomendamos que, en evitación de sorpresas y contratiempos, antes de emprender el viaje, confirméis los horarios, precios, y demás datos susceptibles de variación o modificación. ¡Y buen viaje! 

   

FECHA

ETAPA

KMS.

Viernes, 2 dic. 2011

Valladolid-Área de Beaune les Mines A-20 (Francia)

819

Sábado, 3 diciembre

Área de Beaune les Mines – Camping “La Chaumière”

Heimsbrunn (Mulhouse/Alsacia) - Mulhouse

599+23

Domingo, 4 diciembre

Traslado Mulhouse - Camping Knaus

(Bad Dürkheim (Alemania)

Michelstadt - Darmstadt

244+220

Lunes, 5 diciembre

Castillos del Rin

Oberwesel - Sankt Goar (Ferry Rin) - Rüdesheim

254

Martes, 6 diciembre

Rothenburg ob der Tauber (Baviera)

405

Miércoles, 7 diciembre

Freinsheim - Museo de la Técnica (Speyer) - Speyer

77

Jueves, 8 diciembre

Heidelberg - Mannheim

85

Viernes, 9 diciembre

Traslado Bad Dürkheim - Camping Colmar

Alsacia : Camping de Colmar- Camping de Turckheim

Kaysersberg - Guebwiller - Colmar

203+

19+

77

Sábado, 10 diciembre

Viaje : Turckheim - Camping de La Souterraine

602

Domingo, 11 diciembre

Camping de La Souterraine - Valladolid

828

 

Total Kms.

4.456

 

 

 El tradicional viaje a la navidad centroeuropea

 

 

      El viaje a Alsacia y Alemania durante la semana del “Puente de la Constitución” es ya todo un clásico entre el grupo de amigos caravanistas, aprovechando que el Adviento empieza el último fin de semana de noviembre y termina el día de Navidad. Nadie se lo quiere perder y el que prueba, ¡repite!

 

     El ambiente que se respira en ambos países durante el Adviento hechiza por las fastuosas decoraciones navideñas, por sus alegres mercadillos y por esos maravillosos pueblos de cuento de hadas. El río Rin, además de “eje vertebrador” de la zona, es la frontera natural entre la francesa Alsacia y la Selva Negra alemana. Al norte de la Selva Negra, el Rin cruza la región alemana de Renania-Palatinado (Rhein-Pfalz) -que significa “Tierra del Rin”- y que ha sido nuestro principal destino en esta ocasión.

 

En Alsacia se vive “Le Noël” como en ninguna otra parte de Europa y del mundo. Las ventanas adornadas de mil maneras, los mercadillos navideños, las animaciones y el aroma a canela del “Vin Chaud” (Vino caliente especiado, muy rico) impregnan el ambiente de color y alegría desbordante. Desde Estrasburgo al pueblo más diminuto, la navidad alsaciana se respira por todos los poros.

 

   En Alemania también se celebra intensamente la navidad , aunque los pueblos no se adornan tanto como los alsacianos. Sin embargo sus mercados navideños son mucho más grandes y espectaculares, tanto por belleza como por oferta gastronómica. Y más baratos que los franceses. Lo bueno es que la proximidad entre ambos países -basta cruzar el Rin- nos permite alternarlos con tanta facilidad que será un verdadero problema elegir qué ver y hacer. Y por si eso fuera poco, Suiza está al sur de Alsacia. 

  

   

Kaysersberg. Alsacia (Fr.)

 

Rothenburg ob der Tauber

(Alemania)

   

    ¡No porque sí vamos ya por el octavo viaje a Alsacia y la Selva Negra! Claro que, por ese mismo motivo, en 2011 tocaba “explorar nuevos territorios” y  Renania, a sólo 200 km. al norte de Alsacia era el lugar ideal. La idea era visitar los famosos castillos del Rin o la preciosa Heidelberg y “escaparnos” a Baviera, al maravilloso pueblo medieval de Rothenburg ob der Tauber. Por supuesto, tanto al ir como al volver, haríamos “parada y fonda” en Alsacia.

 

 

 La importancia de preparar bien el viaje

 

 

    Si todo buen viaje requiere una cuidadosa preparación previa: etapas, elección de camping, lugares de interés, posibles eventos en fechas determinadas, etc. Cuando el viaje tiene lugar en fechas poco habituales, con más razón aún.

 

    Un dato clave es la escasez de camping abiertos en esa época. En Alsacia no abundan, pero los hay donde hacen falta. En la parte norte de Alsacia, en Obernai, cerca de Estrasburgo, tenemos un fantástico camping municipal, “Le Vallon de l’Ehn”, situado en los aledaños del pueblo. Una magnífica elección, sin duda. En Colmar (Horbourg Wihr), en el centro de Alsacia, tenemos el “Camping de l’iII” y muy cerca, en Turckheim, el de “Les Cicognes”. En el sur, en Heimsbrunn, cerca de Mulhouse, nos espera el “Camping de La Chaumière”

 

Turckheim - Camping de les Cicognes

 

    Y si queremos centrarnos en la Selva Negra, en Kirchzarten, -cerca de Freiburg- encontraremos un buen camping con el mismo nombre. Todos los conocemos y todos son válidos como “cuartel general”. Todos están bien situados (cercanos a núcleos urbanos), con buenos accesos, pues si el tiempo se pusiera feo por la nieve, ese es un dato a tener en cuenta. Y otro no menos importante es reservar plaza con antelación -que sepamos todos reservan por e-mail, sin cargos previos- pues en Alsacia la ocupación es alta, especialmente los fines de semana, que es cuando más mercadillos hay.

 

    En doce años sólo hemos tenido nieve una vez (Ver el viaje a la Selva Negra de 2010), pero no está de más tomar algunas precauciones, por si acaso. Es fácil estar a unos 8-10º de media durante el día o que llueva un poquillo. A lo largo de los años hemos pillado de todo, pero el frío no ha de echar a nadie atrás, salvo a los “frioleros/as impenitentes” y, aún así, merece la pena abrigarse bien -la humedad es elevada- y no perderse una experiencia tan inolvidable…

 

 

 Lo mejor de Alsacia

 

 

   Una buena idea para pasar un buen sábado o domingo en Alsacia es el mercado navideño medieval de Ribeauvillé, cerca de Colmar, el único de la zona. Tiene un ambiente excepcional y el pueblo es precioso. En la web www.marche-de-noel-alsace.com encontraréis las fechas y horarios de los “marché de Noel” alsacianos. (Ver el viaje a Alsacia y Suiza de 2007).

 

    Lo primero que conviene tener claro es que por allí hay mucho que ver, por eso, para un primer viaje a Alsacia, lo más sensato es centrarse en lo más bonito: Estrasburgo, Colmar, Riquewihr, Kaysersberg, Obernai y Mulhouse en Alsacia. En la Selva Negra: Freiburg y “la Ruta del Reloj de Cuco” (Triberg y Gengenbach) o Baden Baden, que seguro que no defraudan.

 

 

 La mejor ruta para llegar a Alsacia y la Selva Negra

 

 

    Para alcanzar la frontera de Irún, pasado Vitoria, solemos ir por el puerto de Etxegárate, (Autovía A1) que es una ruta cómoda y barata. Por el contrario, de regreso, preferimos pagar el peaje y tomar la AP-1 entre Vitoria y Eibar, para así evitar las duras cuestas de Etxegárate con la caravana. ¡No es lo mismo bajar que subir! 

  

    Por supuesto, en caso de riesgo de nieve, la elección lógica es optar por la de peaje, pues gracias a los túneles, el trazado es mucho más tendido, sin tantas pendientes ni curvas. Una vez en Francia, la mejor ruta para llegar a Alsacia y Alemania gastando lo justo (tengamos presente que en Francia los vehículos de más de 2 m. de alto pagan un 50% más de peaje) es: Burdeos, Angoulême, Limoges, Guéret, Montluçon, Paray le Monial, Chalon sur Saône y Besançon, hasta llegar a Mulhouse, ya en tierras alsacianas. 

 

La mejor ruta hacia Alsacia y Alemania

 

    Esta ruta alterna autopistas de peaje, autovías gratuitas y unos cortos tramos de carretera bastante buenos. No vale la pena tomar la autopista A-89 de peaje.  En el  apartado “Moverse por Europa” encontraréis todos los detalles de ésta y otras rutas para cruzar Francia.

 

 

 A quien madruga...

 

 

   Como en el “grupo expedicionario” no todos eran caravanistas, había que buscarles alojamiento lo más cercano posible al camping para facilitar los desplazamientos conjuntos. Aunque en la zona entre Heidelberg/Mannheim y Frankfurt no abundan los camping abiertos en diciembre, encontramos uno en Hemsbach, bien situado y con un hotelito a un 1 km. de distancia para nuestros amigos.

 

    Ya en febrero reservamos las habitaciones. Todo era perfecto hasta que dejó de serlo. Afortunadamente en septiembre se me ocurrió escribir al camping para preguntar unas cosillas y por ello nos enteramos… ¡que iban a cerrar de octubre a marzo! Y mientras tanto, en su web, diciendo que “estarían abiertos todo el año”… ¡Como para fiarse!

 

    Una vez repuestos del susto, tocaba empezar de nuevo. Anulamos la reserva del hotel y, hala, a buscar otro camping que tuviera alojamiento cercano. Y costó un poco más de la cuenta, pues ya digo que no abundan.

 

    Finalmente el “Camping Knaus” de Bad Dürkheim nos resolvió el problema. Estaba suficientemente bien situado y con la ventaja añadida de tener bungalows, lo que zanjó de raíz el alojamiento de los amigos. La moraleja del asunto es que, saliendo en fechas “poco turísticas”, resulta muy conveniente confirmar que los camping elegidos van a estar realmente abiertos, digan lo que digan en sus web.

 

     Y es que, durante la búsqueda, tropezamos con un caso similar al de Hemsbach. Ese sí estaba abierto, pero sólo para sus campistas permanentes, no para los de paso. ¿Costaba tanto decirlo en su web? En fin, que “A quien madruga, Dios le ayuda”…

 

 

 En ruta hacia Alsacia y Renania

 

 

    A fin de pasar la tarde del sábado en Mulhouse (Alsacia), los 9 miembros vallisoletanos de la expedición nos pusimos de acuerdo para salir la mañana del viernes, 2 de diciembre de 2011. A bordo de tres caravanas, la idea era pernoctar en el área de autopista de l’Allier (A 71), pasado Montluçon.

 

 

 

    Una etapa muy larga, de 1.000 km con la sana intención de llegar a Alsacia a la hora de comer. En el “Camping La Chaumière” (Heimsbrunn) nos reuniríamos con Pepe y Nany, nuestros amigos de Castellón, previa reserva, por supuesto.

 

    En otros viajes hemos hecho alguna parada intermedia (en los mercadillos navideños de Burdeos, Dijon o Chalon sur Saône), pero esta vez queríamos pasar la tarde en el encantador mercado navideño de Mulhouse, aprovechando que en sábado cierran a las 21 h. y no a las ocho y para ello había que “apretarse los machos”.

 

    Y sí, llegamos a Heimsbrunn a la hora prevista, aunque no sin contratiempos. Una comida demasiado relajada nos hizo llegar a Burdeos algo más tarde de lo esperado. Viernes, cinco de la tarde y lluvia era “un cóctel demasiado fuerte” para no toparnos con un par de horitas de bonito atasco. Vamos, lo normal en Burdeos…

 

    Por si fuera poco, en un vano intento de esquivar el “bouchon”, circunvalamos la ciudad por el lado izquierdo (vía aeropuerto de Merignac). Craso error. Por ese ramal la autovía sólo tiene dos carriles, mientras que la ruta de París -la de la derecha- tiene tres o cuatro. Así que ojo avizor y no abandonéis la ruta lógica, la de París. Ganaréis tiempo por mucho atasco que haya. Para colmo y a pesar de los “walkie talkies”, un inoportuno desvío poco visible, hizo que Manolo perdiese al grupo.

 

    Finalmente logramos reagruparnos, pero el tiempo perdido y la fatiga del atasco, nos obligó a pernoctar 200 km. antes de lo previsto. Nada que no resolviera un buen madrugón. ¡Por eso llegamos a Heimsbrunn a la hora prevista!

 

    Allí nos reunimos con nuestros buenos amigos y compañeros de fatigas caravanísticas Pepe y Nany, de Castellón de la Plana.

 

 

 Mulhouse, un mercado navideño alsaciano diferente 

 

 

    ¡Empezaba lo bueno! El mercadillo navideño de Mulhouse, en la Place de la Réunion, es especialmente bonito gracias a la iluminación de las fachadas de las casas, a la iglesia y a su ayuntamiento renacentista pintando en “trampantojo”.

 

Portal del ayuntamiento - Mulhouse

   

La forma más cómoda y económica de aparcar en Mulhouse es utilizar el servicio municipal de “Aparcamiento+tranvía” (Relais-Tram) similar al de Estrasburgo. Más info en www.solea.info. Nosotros utilizamos el de parking de “Université”, al sur de la ciudad. Por sólo 2 € al día -en 2012 han mantenido el precio- podremos aparcar el coche todo el día. El tique incluye el traslado al centro de todos los ocupantes del vehículo (7 máx.), ida y vuelta en tranvía, cuya parada está allí mismo. 5 paradas hasta “Mairie” (dir. “Nouveau Bassin”) bastan para llegar a la Place de la Réunion. Este servicio no funciona los domingos. Se permiten perritos pequeños en el tranvía siempre que se lleven en brazos. Nosotros no tuvimos ningún problema con la nuestra.

 

 

A punto de tomar el tranvía - Mulhouse

   

    Tras aprovisionarnos de “Bière de Noel” -la típica “cerveza de navidad” alsaciana- en el supermercado, llegamos en tranvía al mercadillo navideño para “empezar la visita a lo grande”. No dejéis de probar el “Vin Chaud”, el famoso "vino caliente" muy especiado. Es la “bebida” de rigor en esas fechas. En Alemania lo llaman “Glühwein”.

 

    Nos sorprendió ver que las fachadas de la plaza estaban iluminadas de rojo y no en multicolor como en otras ocasiones. Esa característica no la encontraréis en otra ciudad. Fue muy gratificante volver a estar en Alsacia. Y tuvimos suerte porque la insistente lluvia nos abandonó muy oportunamente. Todo un detalle.

 

   

Mulhouse - Place de la Réunion

 

Raclettes y salchichas

 

El ambiente navideño se vive a fondo

 

 

 Rumbo a Bad Dürkheim y a Michelstadt

 

  

   Michelstadt era el motivo de querer llegar a Alemania en domingo. Su ayuntamiento de entramado de madera, con dos puntiagudas torretas y el pueblo en general nos atraían desde hace mucho tiempo. El hecho de que sólo celebren el mercado navideño los fines de semana hizo el resto...

 

   

El fantástico ayuntamiento

 

Peligro, Papá Noel anda suelto...

 

 

   

Ambientazo en Michelstadt

 

Buenas salchichas de jabalí...

  

    Llegamos al “Camping Knaus” de Bad Dürkheim a media mañana y tras instalarnos, nos fuimos a Michelstadt, situado en una zona boscosa entre Frankfurt y Heidelberg, fuera de las rutas principales. La lluvia que nos perdonó en Mulhouse esta vez no tuvo compasión, así que nos tocó pasear el pueblo bajo el paraguas. Michelstadt es uno de esos pueblecitos de cuentos de hadas que nunca defrauda.

 

   

En el camping Knaus - Bad Dürkheim

 

Los bungalows del camping

 

     A media tarde nos acercamos a Darmstadt. Ciertamente la ciudad merece una visita mucho más amplia, pero tuvimos tiempo a ver el fantástico y onírico edificio “Waldspirale”, la iglesia ortodoxa rusa y terminar cenando en el mercado navideño.

 

       
El Waldspirale  

La iglesia ortodoxa

 

El mercadillo

navideño de Darmstadt

 

 

 Los Castillos del Rin

 

 

    Sorprendentemente el lunes amaneció claro y despejado, lo que nos venía como anillo al dedo para la visita a los famosos Castillos del Rin, a una centena de kilómetros de distancia y uno de los grandes momentos del viaje.

 

   

Los castillos jalonan el río en St.Goarhausen

 

El palacete "Pfalz" en el Rin

 

     Puesto que sólo disponíamos de un día, dejamos al margen Koblenz y Mainz y nos centramos en la estatua y el risco de la sirena Loreley -el paraje más famoso del río, en Sankt Goarhausen- la cual atraía a los marinos a los peñascos con su canto. Eso durante la mañana, porque teniendo en cuenta que anochece pronto, dedicamos la tarde a la fantástica y encantadora Rüdesheim. 

 

Vista del Rin y de St.Goarhausen desde el mirador de Loreley

   

La primera parada la hicimos en Oberwesel. Bacharach es otro de los pueblos que merecen también una visita. Luego cruzamos el Rin con el ferry de St.Goar hasta St.Goarhausen, desde donde visitamos la estatua de la sirena, situada en la punta de la pequeña lengua de tierra en mitad del río. Después subimos al peñasco de Loreley, desde donde se divisa una espectacular vista del río y de los castillos que lo jalonan.

 

   

El ferry de St. Goar

 

La sirena Loreley

 

En el espolón de la sirena Loreley

   

       Lástima que la falta de tiempo nos impidiera visitar el “Niederwalddenkmal”. La estatua de Germania- gran conjunto monumental erigido por Bismarck a las afueras de Rüdesheim, afamado pueblo vinícola. Del pueblo solo puede decirse… ¡Hay que verlo! La callejuela más famosa de Rüdesheim es la estrecha “Drosselgasse”, llena de tiendas y tabernas. 

 

 

 

 

   

Rüdesheim

 

El mercadillo

   

   

Ambientazo navideño en Rüdesheim

 

 

 

El ambientazo era increíble y todo el pueblo estaba espléndidamente engalanado. No dejéis de probar la especialidad local, el “Rüdesheimer Kaffee”, “regado” con el brandy local, el “Ansbach”. Muy rico, lo decimos con total “conocimiento”.

 

 

   

Preparando el

"Rudesheimer Kafee"

 

Al calorcito de una buena taza de café

 

 Los repostajes "más caros" del mundo

 

 

    A la ida, los repostajes en algunos surtidores automáticos franceses -de supermercado o de marca, da igual- nos propinaron un buen susto a todos. Estando junto a Loreley, uno de nosotros recibió un aviso de su banco, al haberse realizado dos cargos de 500 euros en su tarjeta de crédito, por si ésta pudiera estar utilizándose fraudulentamente. Por las fechas, ambos cargos coincidían con dos repostajes pagados con la Visa Electrón, con PIN, en surtidores automáticos (24 horas). A los demás esto nos hizo mucha gracia y la guasa sobre “qué barato sabes repostar” duró hasta que nos enteramos que… ¡a todos nos había pasado lo mismo! Al regresar, reclamamos a Visa España, aunque en pocos días esos exorbitantes cargos habían sido ya abonados. Este hecho me hizo recordar que, en anteriores viajes, ya había advertido la existencia de cargos raros en la tarjeta (generalmente de 100 ó 130 euros) por “compra en el extranjero”, que eran, afortunadamente, abonados en pocos días.

 

    El caso es que, en ese momento, en el banco no me supieron dar una explicación convincente a ese misterio, salvo indicar que era cosa de Visa España. Lo más curioso es que sólo parece ocurrir cuando se opera de manera automática en las gasolineras con la tarjeta de débito, no cuando se paga con la tarjeta en caja o con el PIN en tiendas o en las mismas gasolineras. Sin embargo, poco después, "se desveló el misterio"...

 

    La razón de esos "cargos misteriosos" parece que es la de protegerse (el banco) contra usuarios desaprensivos, por eso, en el momento en que se confirma que hay saldo, se abona en cuenta la cantidad que "nos han tomado prestada". El problema es que para que eso no perjudique, al pagar con una tarjeta de débito es necesario disponer de fondos suficientes en la cuenta,  no sólo para hacer frente al gasto en combustible, si no también para tales "préstamos temporales". Y si el saldo de la cuenta está ajustado bien podríamos tener un disgusto. Además del hecho de no haber sido avisados previamente, pues lo único cierto es que, durante un tiempo vamos a tener retenidas importantes cantidades de efectivo. ¡Así que cuidado y a tenerlo en cuenta cuando vayamos a repostar en surtidores automáticos!

 

    Resumiendo, nuestra recomendación es utilizar sólo tarjetas de crédito, (no de débito) -siempre con PIN, por supuesto- y guardar bien el tique del repostaje, necesario para cualquier reclamación. Estos surtidores automáticos 24 horas ayudan a ahorrar un poco en combustible y facilitan el repostaje a horas intempestivas, pero hay que andarse con cuidado. En la tarjeta de crédito tambien se produce "la retención preventiva", pero el hecho de que el cargo real se demore en el tiempo, tiene la ventaja de que, en la mayoría de los casos, cuando nos efectúen el cargo en cuenta, la situación ya se habrá regularizado. 

 

    Finalmente hay que decir que, “gracias” a que llenar el depósito en España se ha convertido en una “operación de alto riesgo financiero”, la tradicional diferencia de precios entre nuestro país y la France se ha diluido como el azucarillo. ¡En 2012 y 2013 incluso hemos pagado menos por el gasóleo en Francia que aquí! En fin, un simple apunte…

 

 

 Rothenburg ob der Tauber, la joya de Baviera

 

 

    El martes, 6 de diciembre -Día de San Nicolás- empezó, como no podía ser menos, con la sorprendente visita de “Papá Noel/Manolo”, acompañado de su fiel reno “Rodolfo” a Inés, la jovencita del grupo. 

 

   

Papá Noel en acción...

 

Todos con Papá Noel

 

    Tras las risas y el jolgorio general por la ocurrencia de Rosa y Manolo, nos esperaba una de las joyas del viaje: Rothenburg o.d. Tauber. 

 

   

Rothenburg ob der Tauber

Plaza del ayuntamiento

 

Rothenburg - Plönlein

 

    Los 200 km. de autopista no nos echaron atrás porque la visita vale y vale mucho la pena. Esa sería nuestra tercera visita y la primera para la mayoría del grupo, pero pocas ciudades medievales en Alemania y en el mundo se le pueden comparar.  Perfectamente amurallada, su carácter medieval se ha conservado intacto. 

 

   

Uno de los muchos mercadillos navideños

 

 

 

    Y en navidad es aún más impresionante. Hay varios mercadillos y alberga el “Museo de la Navidad” en la sede de la famosa cadena de regalos navideños “Käthe Wohlfahrt”. El museo es de pago, pero la tienda “es un museo” en sí misma. Espectacular. Todos quedaron fascinados con Rothenburg.  

 

   

¡La "salchicha de 1/2 metro"!

 

Frente al museo de la navidad

 

 

 Speyer y el "Museo de la Técnica"

 

 

    Tras la larga excursión de la víspera, el miércoles “nos quedamos” en los alrededores del camping. Regresó la lluvia y a cambio las temperaturas se suavizaron. No bajamos de cero en todo el viaje.

 

    El plan del día era visitar la cercana Speyer, famosa por ser tener una de las tres grandes catedrales románicas del Rin y estar al lado del circuito de carreras de Hockenheim.

 

    Dejando al margen la catedral y la ciudad, uno de sus mayores atracciones es el “Museo de la Técnica”, cercano a la catedral y con un gran aparcamiento. Todo buen aficionado a los aviones, coches, barcos, motos, naves espaciales y demás artilugios por el estilo no debe perdérselo bajo ningún concepto.

 

 

   

Vista de la catedral de Speyer desde

el museo.

 

Una de las salas del museo

   

Entre lo mucho y bueno que ofrece, destaca el trasbordador espacial ruso “Buran”; un submarino clase 205 y, por encima de todo, un espectacular Jumbo 747 situado a veinte metros de altura y totalmente visitable. Huelga decir que la visita requiere, al menos, una mañana completa.

 

 

   

El transbordador espacial Buran

 

El submarino clase 205

 

 

   

El Jumbo

 

En el interior del Jumbo

 

    Como el plan no era del gusto de todos, unos fueron directamente al museo y otros fuimos primero a Freinsheim, un bonito pueblo cercano al camping y luego al museo.

 

(Leer más sobre cómo viajar con gente, sin malos rollos).

 

    A las tres de la tarde nos reunimos con Pepe, Nany y Pili -a quien una inoportuna indisposición le dejó sin museo- para comer y visitar Speyer. Afortunadamente la lluvia que nos había “amenizado” la mañana, nos dejó tranquilos en Speyer y pudimos comer y disfrutar de la ciudad sin paraguas.

 

 

   

La gigantesca catedral románica de Speyer

 

El mercadillo navideño con la catedral al fondo

 

    Aprovechamos que era miércoles para visitar una iglesia barroca muy interesante, la “Dreifaltigkeitskirche” (La iglesia de la Santísima Trinidad), que sólo abre los miércoles y los sábados de 10,30 a16 h; Parece más un teatro que una iglesia.

 

Interior de la Iglesia de la Santísima Trinidad

   

La enorme y severa catedral románica - una de las tres grandes catedrales románicas del Rin junto a las de Mainz y Worms- cierra a las 17 h; Como buen templo protestante, el interior es tremendamente austero, pero sobrecogen sus gigantescas dimensiones.

 

   Terminamos el día cenando en uno de los restaurantes más famosos de Bad Dürkheim y de la zona, el “Dürkheimer Riesenfass” o “Barril gigante de Bad Dürkheim”, para degustar las especialidades de Renania-Palatinado. El restaurante, como indica su nombre, es un gigantesco barril de vino con un interior muy acogedor. Es conveniente reservar con antelación, especialmente si se trata de un grupo.

 

 

   

El "Restaurante Barril" de Bad Dürkheim

 

Dispuestos a cenar...

 

    Las raciones son abundantes y le hicimos, entre otros, los honores al “Plato del Palatinado” a base de salchichas y morcillas, con chucrut y puré de patatas. El precio es muy razonable, pues salimos a unos 22 euros de media por persona.

 

   

"El Plato del Palatinado"

 

Otra especialidad local

  

 

 Heidelberg y Mannheim

 

 

     Heidelberg es una de las ciudades más bonitas de Alemania. Situada a 45 km. del camping y a orillas del Neckar, es una preciosa ciudad barroca, famosa por su universidad y por los abundantes atractivos que posee. 

 

    Entre ellos destaca el castillo, una parte del cual se encuentra en ruinas tras el asedio de Luis XIV - El Rey Sol- en 1622. Se puede llegar al mismo en coche o bien en el funicular que sale de la ciudad. Desde el castillo las vistas sobre la ciudad y el río Neckar son impresionantes.

  

   

El castillo desde la ciudad

 

La ciudad y el Neckar desde el castillo

 

    El palacio-castillo alberga varias atracciones: el Gran Barril de Vino de 220.000 litros y el Museo de la Farmacia. (3 €, entrada adultos. Horario: 10 - 17,30 h.).Tampoco falta el famoso enano-bufón Perkeo", capaz de beber ingentes cantidades de vino y del cual dice la leyenda que murió el día en que probó el agua... 

 

           

El patio interior

 

El Gran Barril

 

El bufón Perkeo

 

Museo de la farmacia

  

    Todo el centro histórico (Altstadt o “ciudad antigua”) es peatonal y en esta época alberga varios mercados navideños, a cual más bonito.

 

 

       

 

 

Navidad a la alemana...

 

 

 

       

 

 

Gastronomía navideña...

 

 

 

Al rico "Glühwein"...

 

La larga Hauptstrasse -la calle mayor- es una de las más largas de Alemania, con bonitos edificios e iglesias. Destaca la puerta del puente, con sus torres de bulbo. Heidelberg tiene mucho que ver y pasear. Por lo tanto no es descabellado dedicarle todo el día o casi.

 

    De vuelta al camping, nos detuvimos en Mannheim, con sus calles en cuadrícula, muy del gusto racionalista del siglo XVIII. El comercio ya había cerrado, pero nos dimos un agradable paseo por su bonito mercado navideño junto a su monumento más famoso, la “Wasserturm” o Torre del Agua.  

 

   

Mannheim - Los mercados no están vacíos...

 

La "Wasserturm"

 

 

 La divina Alsacia: Kaysersberg

 

 

    No podíamos irnos de allí sin pasar, al menos, otro día más en Alsacia. Porque nos gusta y porque para Fuensanta y Begoña sería, tras Mulhouse, la ocasión para conocer un poquito más la Alsacia más típica y encantadora. Leer aquí nuestros otros viajes a tierras alsacianas...

 

   

Kaysersberg

 

un pueblo precioso...

   

El viernes por la mañana, bajo un ventoso aguacero, dejamos Bad Dürkheim para trasladarnos al “Camping de l’Ill” de Horbourg-wihr, a las afueras de Colmar. No habíamos reservado, pensando que siendo un viernes por la mañana, no habría problemas, pero oportunamente optamos por llamar estando aún a 100 km. de distancia. Y fue un acierto, porque no había plazas libres.

 

    Nos remitieron al “camping hermano” de “Les Cicognes”, en Turckheim, a sólo 12 km. de Colmar. Allí no tuvimos problema para acampar y descubrimos que también es una buena alternativa como “centro de operaciones”. Atención, que ambos camping cierran de 12 a 15 horas en diciembre.

 

 

Turckheim - Camping des Cicognes

  

Ah, tened también en cuenta que la mayoría de camping alemanes, suizos y austríacos cierran de 13 a 15 h. (aprox.) como descanso de mediodía, el famoso "Mittagruhe". Durante ese tiempo no es posible circular con el coche y, por supuesto, nada de acampar si se llega a esa hora.

 

    Una vez instalados y con algo de retraso, nos fuimos a Kaysersberg que, junto a Riquewihr, Eguisheim y Ribeauvillé, forman el “póker de ases” de los pueblos más bonitos y típicos de Alsacia. Estrasburgo y Colmar al margen, claro.

 

       

 

 

Kaysersberg, Alsacia pura

 

 

    Si dejamos el "Glühwein" en Alemania, recuperamos el "Vin chaud", el vino caliente, en tierras francesas. Sin dejar el vino, pues si los caldos del Rin tienen fama, la de los alsacianos aún es mayor. Sin embargo, tanto por precio como por variedad, la gastronomía alemana supera claramente a la alsaciana.  En un puesto nos sirvieron el “choucroute”… ¡en una jarrita de cristal! Notamos la llegada a Francia, porque ni los precios ni las cantidades eran las alemanas.

 

 

       

Le Vin Chaud

 

Curioso "Choucroute" en taza

 

Vinos alsacianos

 

    Kaysersberg es un pueblo medieval realmente precioso. Y en esas fechas, más si cabe. Tiene varios mercadillos navideños y un montón de rincones “de postal”. Ya hemos comentado que es visita ineludible en todo viaje a Alsacia. 

 

       

Christkindel

 

 

 

 

Decoración espectacular

 

 

 

Ambiente navideño

 

 

  “Le Noël Bleu” de Guebwiller, una navidad diferente 

 

 

    La gente se busca la vida y los pueblos también. Guebwiller, al sur de Alsacia, no goza de los mismos encantos que otros de la zona, así que tiene que espabilar si quiere atraer visitantes.

 

    Y lo ha hecho. Desde hace algunos años se han sacado de la manga “Le Noël Bleu” - La Navidad Azul - una manera moderna y original de diferenciarse del resto. En años pasados recurrieron a un abeto futurista.

 

 

       

 

 

Guebwiller - Le Noël Bleu

 

 

 

    En 2011 la experiencia consistía en proyecciones de luz y sonido sobre los edificios monumentales del pueblo y poco más. En cualquier caso la experiencia sirve para cambiar un poco el chip. Cierto que, al haber visto ya bastantes espectáculos de ese tipo, la sorpresa no es tan grande, pero para unos “veteranos de Alsacia” como nosotros, no estuvo mal ver algo diferente.

 

 

   

 

 

 

    Lástima que la lluvia desluciera un poquillo la visita. Eso sí, antes de plantearos una visita a Guebwiller, primero tenéis que ver muchas otras cosas en Alsacia. Eso sí, la “Tarte Flambée” (especie de pizza con bacon y crema fresca) que nos comimos en el pequeño mercadillo navideño de la plaza de la iglesia redondeó el desplazamiento.

 

    Aunque fuera ya tarde, de regreso al camping de Turckheim, hicimos una breve parada en Colmar para que Fuensanta y Begoña, por lo menos vieran los rincones más bonitos de la ciudad. Y quedaron entusiasmadas con la “Petite Venice” o con los edificios de la Antigua Aduana o la “Maison Pfister”. Lástima que no hubiera tiempo para más, pero no se puede tener todo. Colmar es increíble.

 

 

   

La Petite Venice

 

La antigua Aduana

       

Colmar típico

 

La Maison Pfister

 

Navidad a tope

 

 

 Noche en el camping de La Souterraine 

 

 

    El sábado marcó el inicio del viaje de regreso. Pernoctamos, como otras veces, en el Camping “Suïsse-Océan” de la Souterraine, pasado Guéret y a 600 km. de Turckheim.

 

 

   

La lluvia no es obstáculo para un tentempié

  "Tinieblas" en el camping de La Souterraine

 

    Ese camping, junto al lago, está abierto toda la noche y la guardesa suele aparecer porque la avisa algún campista fijo. Lo bueno es que dispone de una sala con mesas y sillas, estupenda para disfrutar de una cena con tertulia con los amigos.

 

Cena de despedida en La Souterraine

   

En cambio, si solo se trata de pasar la noche, es mejor idea hacerlo en el área de autopista de “Beaune les Mines”, en la A20, antes de Limoges. Hay que tener en cuenta que, entre Limoges y Angoulême no hay lugares adecuados para pernoctar.

   

 

 “El camping automático” de Montlieu la Garde 

  

 

     Montlieu la Garde está entre Burdeos y Angoulême, en la antigua N-10 y a un par de kilómetros de la moderna autovía. Durante el verano 2012 hemos descubierto una alternativa muy interesante y original para pernoctar en esa zona, sin que importe la hora de llegada.

 

    El camping municipal es “automático” y permite entrar a cualquier hora, pues funciona con tarjetas “Visa” (Crédito y Electrón), “Mastercard” y “Maestro”, siempre que dispongan de PIN. Entrar cuesta 8 euros/día por vehículo (2012). Se puede estar dos días con ese sistema, pero si se desea una estancia más larga, hay que ir al ayuntamiento a buscar una tarjeta especial. Pero bueno, lo más normal es usarlo para pernocta y nada más.

 

 

   

"La llave" del camping

 

 

 

   

La entrada

 

Las "toilettes" y el camping

 

Una vez pagada la estancia, la máquina entrega un código de 8 números. Se teclea el código y la cadena de la puerta se baja, dejando el paso libre. Los servicios son sencillos, pero es estupendo para descansar o dormir barato sin los ruidos de un área de autopista. Al salir, la cadena baja automáticamente.

 

  

 Fin de fiesta 

  

 

El viaje tocaba a su fin. El trayecto entre La Souterraine y Valladolid no tuvo historia y, al anochecer, pusimos broche de oro a un viaje precioso por la navidad alemana y alsaciana. Y por supuesto, como ya es habitual, empezamos a pensar en el del siguiente año…

 

 

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