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Viajes temáticos hay muchos. Tantos como la imaginación nos permita: culturales, gastronómicos, técnicos, musicales, deportivos, de parques de atracciones, de ambiente navideño. Lo que queramos.  Basta un “hilo conductor” que le aporte sentido y podremos calificarlo como tal.

 

Ciertamente éste no ha sido nuestro primer viaje temático ni tampoco será el último. Los viajes navideños a Alsacia; a los carnavales de la Costa Azul o a las 24 horas de Le Mans clásicas así lo atestiguan, pero lo que sí es seguro es que ninguno habrá reunido tantos museos por kilómetro cuadrado como nuestro “Viaje por la Historia del Automóvil”.

 

Pinchando en cada una de las fotos accederéis a todos esos viajes... 

 

Alsacia en navidad

Carnaval en la Costa Azul

24 horas Le Mans Classic

 

El hilo conductor de la “Ruta de los 1.001 museos del automóvil” no es otro que mi pasión por todo lo que tenga un motor y dos, cuatro o incluso seis ruedas. O dos alas y un motor. Aún vestía pantalones cortos y ya me entusiasmaba todo lo que oliese a coches, carreras o aviones. Y si eran cazas, mejor. Desde entonces mi afición no ha dejado de crecer y sigo tan interesado o más en la Fórmula 1, las carreras y el mundo del automóvil en general como hace décadas.

 

Viajar y el caravaning son otras de mis grandes pasiones, eso no es ningún secreto. Así que... ¡Qué mejor manera de conjugarlas con el mundo del motor que recorriendo los principales museos del automóvil de Europa! Así nació la sección “Mis museos del automóvil favoritos” en esta misma web.

 

En “Mis museos del automóvil favoritos” tenéis a vuestra disposición -con todo lujo de detalle y multitud de fotos- los reportajes de los museos visitados, agrupados por países. Si os apasiona la F1, sabréis dónde ver ese monoplaza soñado. Si lo vuestro son los prototipos de resistencia, entonces no deberéis perderos el museo de las 24 horas de Le Mans, el Matra o el Porsche. Y si lo que os atrae de verdad es el mundo del automóvil y su historia, entonces éste es vuestro viaje.

 

A lo largo y ancho de Europa, desde los museos Ferrari de Maranello y Módena a los de Mercedes, Porsche, Matra, Audi o el de Donington Park, en Inglaterra -auténtico santuario de la F1- todos ya forman parte de mi “álbum de cromos” particular, que ya cuenta con 22 museos en su haber. ¡Y eso que aún “falta” algún que otro”cromo”!

 

Si os invade el virus de la curiosidad, pinchando en la foto los tendréis todos a la vista... 

 

  

Alemania y Francia cuentan con algunos de los mejores museos del automóvil del mundo, con la ventaja añadida de que la mayoría se encuentran bastante cerca unos de otros. Esta ruta es, pues, un viaje a lo más granado del mundo de las cuatro ruedas. Una manera original de vivir en primera persona la auténtica historia del automóvil, desde sus orígenes a la actualidad.

 

En el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart podremos ver el que fuera primer automóvil del mundo. En los museos Peugeot, Porsche, Audi o BMW conoceremos, a través de sus vehículos, la evolución de esas míticas marcas que tanto lustre han dado a la Historia del automóvil, con mayúscula. Y en la “Cité de l’Automobile” de Mulhouse o en los museos de la Técnica de Speyer y Sinsheim -éste último posiblemente sea el mejor de todos y para toda la familia- podremos sumergirnos de lleno en el mundo del automóvil, de la aviación, de la conquista del espacio y, en general, de todo lo que lleve un motor, desde una moto a una máquina de coser. En todos nos esperan maravillas mil. Desde campeones del mundo de F1 a cochazos americanos de la década de los 50. Desde el supersónico “Concorde” al gigantesco “Jumbo 747”… 

 

   

El Museo de la Técnica de Sinsheim (Alemania)

 

El Museo de la Técnica de Speyer (Alemania)

 
Este viaje es, también, una excelente ocasión para recorrer paisajes maravillosos o ciudades y pueblos de cuento. ¡En unas vacaciones bien organizadas hay siempre tiempo para todo!

Y, por supuesto, queda claro que los coches tienen que gustar mucho, pero mucho, para plantearse un viaje como éste. Admito que la idea de incluir casi una decena de museos en sólo 18 días puede parecer, así a bote pronto, un exceso muy excesivo; si bien debo decir en mi descargo que el objetivo era visitar cuantos más museos, mejor. "El guión" lo exigía, pero como uno no suele perderse por Alemania todos los fines de semana, tampoco era cuestión de desaprovechar la ocasión, el tiempo y el dinero volviéndonos a casa dejando museos en el tintero. 

 

 

  ¿Acaso sería sensato estar en Stuttgart viendo el Museo Mercedes y no pasarse por el precioso Museo Porsche, que está a sólo seis kilómetros de distancia?

 

¿Sería acaso lógico estar en Munich y no ver el Museo BMW o pasar de escaparnos a Ingolstadt -a sólo 90 km- y perdernos el Museo Audi, cuando uno está a dos mil kilómetros de su casa?

 

¿Tendríamos que lamentarnos de que haya tantos museos, tan buenos y tan juntos?

 

Que nadie se lleve las manos a la cabeza, que por suerte la cosa tiene fácil arreglo. Después de todo, nadie debiera sentirse obligado a replicar el viaje tal cual lo hicimos nosotros, ¿no?

En cualquier caso, gustos personales al margen, hay que pensar también en el bienestar de quienes hayan de acompañarnos -pareja, hijos, padres, suegros, cuñados o amigotes- porque tampoco es cuestión de “administrarles una sobredosis de cuatro ruedas” así como así.

 

Afortunadamente esos museos son tan bonitos, interesantes y variados que tengo la certeza de que hasta los más reticentes acabarán disfrutándolos. Pero como no solo de automóviles y aviones vive el hombre, sugiero mesura y tino a la hora de organizar el plan de viaje. Más que nada para que nadie muera en el intento.

 

Bienaventurados, pues, los que viajan solos porque no tendrán que hacer concesiones ni dar explicaciones a nadie de sus actos; bienaventurados también los que tengan pareja (o familia) que comparta sus aficiones porque no tendrán de qué preocuparse.

Y si no… ¡Bienaventurados los que cuentan con una pareja (o una familia) tan paciente y comprensiva como el Santo Job porque, gracias a ello, no acabarán durmiendo en el sofá!

Una vez decididos a “ir de museos de coches” (que, insisto, valen mucho la pena) y contar con el visto bueno del resto de viajeros, es hora de hacerse un itinerario a medida y elegir, a gusto del consumidor, cuáles ver y cuáles no.

 

Eso sí, no os perdáis los museos de la Técnica de Sinsheim y Speyer. Hablaremos cumplidamente de ellos más adelante, pero son tan maravillosos y variados que encantarán a toda la familia. Echad un vistazo a nuestros relatos y veréis que no exageramos ni un pelo. Además, todos los museos del viaje se encuentran agrupados en cinco zonas no demasiado alejadas entre sí -dos en Francia y tres en Alemania- lo que más fácil la organización, ahorrándonos tiempo y kilómetros. Y cambiando de camping lo menos posible. Llegó, pues, la hora de comenzar a planificar el viaje…

 

 


Planificando el viaje y eligiendo camping

Viajar con mascotas

 

 
El éxito de todo viaje se basa en una cuidadosa preparación, más si cabe en un itinerario complejo como éste y aún más si nos acompaña nuestra mascota, algo bastante habitual entre los campistas.

 

Teniendo en cuenta que, en la mayoría de museos no le será permitida la entrada, es necesario tener previsto qué haremos con el animalito durante las visitas.

 

Las opciones no abundan: o alguien se fastidia y se queda fuera cuidando al bicho o toca dejarlo en el coche, en la autocaravana o en el camping, (en la caravana, siempre y cuando no moleste al resto de campistas, claro). Y cuando no quede otra que recurrir al vehículo como solución, se hará imprescindible disponer de una parcela o un aparcamiento con buena sombra. Algo no siempre fácil de conseguir y que requerirá soluciones imaginativas. Por eso en esta web también tenéis todo lo necesario para que la cosa salga redonda.

El primer paso de toda buena preparación consiste, por supuesto, en tener claro qué cosas nos gustaría hacer y qué lugares ver. El segundo paso, siempre en función del tiempo disponible, es agruparlas de manera que reduzcamos desplazamientos y cambios de camping. En nuestro caso, como viajamos con la perrita, sus necesidades condicionaron totalmente la elección de los camping. 

 

   

Aprende aquí todo lo que hay que tener

en cuenta para preparar el viaje

 

Y cómo elegir bien un camping

 

Dos requisitos fueron clave para elegirlos: por un lado tenían que estar lo más cerca posible de los museos a visitar y por otro, debían disponer de parcelas con sombra. Con la inestimable ayuda de “Google Maps” podemos hacernos una buena idea de si un camping cumple nuestro “pliego de cargas”. Gracias al “Maps” podemos “visualizar” si el camping tiene árboles en cantidad y tamaño suficiente para que la caravana pueda mantenerse fresca y nuestra mascota no corra riesgos por un peligroso sofocón a causa de los rigores de la canícula y de nuestra mala cabeza. Siempre hay que evitar dejar a nuestra mascota en lugares poco ventilados o calurosos. Su vida y su buena salud dependen de ello. Afortunadamente, todos los camping, excepto uno que ya mencionaremos más adelante, cumplieron esos requisitos. Para los autocaravanistas indicaremos si los aparcamientos de los museos disponen de zonas sombreadas.

 
El sol no se cansa de girar, así que la sombra variará según la hora del día. Cuando la arboleda no sea demasiado frondosa, será importante calcular en qué momento del día disfrutaremos de sombra sobre la caravana. Así podremos decidir cuándo es mejor ir al museo mientras la caravana esté a buen resguardo. A veces será por la mañana. A veces por la tarde. Si antes de marchar la caravana ha estado al sol, tocará ventilarla bien antes de dejar al animalito dentro. En esos casos la ayuda de un ventilador va de perlas. La temperatura exterior también juega su papel. Si hace frío, aunque haya sol, difícilmente la caravana se pondrá como un horno. Algo bastante más probable si hay 30 grados a la sombra…

¿Y qué tal vamos de orientación solar? Como el sol gira en el sentido de las agujas del reloj, según la hora del día, la situación de los árboles y su frondosidad, la sombra sobre la caravana será más o menos completa y de mayor o menor duración, aunque lo que importa es que nunca llegue a quedar expuesta al sol estando nuestro amigo dentro. Viene bien tener en cuenta que, al mediodía (a las dos de la tarde) el sol alcanzará el punto más alto y vertical en el cielo, por tanto será la hora con menos sombra del día. Salvo que tengamos la caravana bajo un árbol bien frondoso, las mejores horas para las visitas suelen ser las matutinas. A esas horas tempranas, si la caravana está bien orientada y protegida, la probabilidad de sombra es mayor y, sobre todo, no habremos dado tiempo a que pueda coger temperatura a medida que avance el día. Cuidando esos detalles nos ahorraremos muchos problemas y podremos dejar a la mascota en las mejores condiciones posibles. 

 

Museo de la Aventura Peugeot (Sochaux)

El parking arbolado se aprecia claramente en la parte superior derecha de la foto.

Por la escasa sombra de los árboles, muy probablemente las imágenes se tomaron

pasado el mediodía.

Foto: Google Maps

  

Insistimos, solo se debe dejar solo al animal si no hay riesgo de que pueda sufrir un golpe de calor y si su carácter y comportamiento lo permite. No debe darle por romper cosas de la caravana y, por supuesto, no aullar o ladrar bajo ningún concepto. El animalito no debe causar ninguna molestia al resto de campistas. Es importante conocer las normas del camping ya que algunos prohíben explícitamente dejar sin vigilancia a un animal. Ojo al dato. 

 

   

Camping "Le Passe-Loup" (Joncherey)

Gracias a la orientación de la caravana, ésta estaba todo el día bajo la sombra

 

Camping "L'Île Blanc" (Montélimar)

Aquí se ve la diferencia. A primeras horas de la mañana, daba el sol a la caravana, pero antes del mediodía la sombra ya era completa.

 
Dicho esto, veamos de qué manera estructuramos nuestro plan de viaje desde Valladolid hasta Ingolstadt/Munich, el punto más lejano del itinerario. Cada zona se visitó desde un mismo camping y el viaje se realizó en agosto de 2016.

1.    “Museo de la Aventura Peugeot” (Sochaux) y “Cité de l’Automobile” (Mulhouse), separados por cincuenta kilómetros, (Camping Municipal “Le Passe Loup” -Joncherey, en el Franco Condado, muy cerca de Alsacia. Noreste de Francia).
2.    “Museo Mercedes-Benz” y “Museo Porsche” - (Camping Cannsttater Wasen - Stuttgart, Alemania).
3.    “Museo Audi” y “Museo BMW”. (AZUR Waldcamping am Auwaldsee - Ingolstadt - Baviera, Sur de Alemania).
4.    “Museo del Circuito de Hockenheim”, Museos de la “Técnica de Sinsheim” y de “Speyer”. (Kraigach Camping Wackerau - Östringen/Sinsheim, cerca de Heidelberg. Suroeste de Alemania).
5.    “Palacio de los Caramelos y del Nougat” y “Museo Europeo de Aviones de Caza”, (Camping de l'Île Blanc - Ancône - Montélimar. Sureste de Francia).

Completamos el itinerario con la visita a las siguientes localidades, algunas de las cuales ya conocíamos de otros viajes, pero siempre es un placer volver a pasear por sus calles:

•    Francia: Périgueux, Brantôme, Capilla de Ronchamp (de Le Corbusier), Belfort, Joncherey, Riquewihr, Ribeauvillé, Pérouges, Montélimar, Narbonne (Restaurant “Les Grands Buffets”), Gruissan y Pau.
•    Alemania: Stuttgart, Esslingen am Neckar, Ingolstadt, Neuburg an der Donau, Múnich, Heilbronn, Bad Wimpfen, Würzburg y Schwäbisch Hall.

También conocimos lugares como la Capilla de Ronchamp, Pérouges o Esslingen am Neckar que, por unos motivos u otros, no nos había sido posible descubrir hasta ahora. 

 

   

La Capilla de Notre Dame du Haut (Ronchamp)
Obra del arquitecto Le Corbusier

 

Fachada de entramado de maderaEsslingen am Neckar


Una peculiaridad muy típica de los países centroeuropeos (Alemania, Suiza o Austria) es el “Mittagruhe” o descanso del mediodía. Algo a tener muy en cuenta para evitarnos incómodas sorpresas. Aunque los horarios varían de un camping a otro, es muy frecuente que, de 13 a 15 h, no solo esté cerrada la recepción, también la barrera y no se pueda ni entrar ni salir con el coche. En Francia, las horas de descanso suelen abarcar de 12 a 14 horas.

 

Informarnos de los horarios de descanso de cada camping nos evitará esperas inútiles en caso en previsión de llegar al camping a esas horas. Algunos camping lo indican en su web. En otros tocará preguntar vía e-mail. También es conveniente tener claros los horarios de los museos, pues algunos cierran los lunes, por ejemplo. Y no solo museos. En Francia es bastante corriente que muchos comercios descansen todo el lunes o sólo la mañana. Es lo que tiene trabajar el sábado entero. Tenedlo en cuenta. 

 

Reservar o no, esa es la cuestión. En los últimos años nos hemos habituado a reservar la parcela, vía correo electrónico. Así nos aseguramos de disponer de plaza y quedar a salvo de sorpresas desagradables. En muchos camping no habrá problema de plazas, pero si la zona es muy turística o la estancia coincide con el fin de semana suele ser buena idea hacerlo. Especialmente si no nos piden una fianza por adelantado. En este viaje reservamos todos los camping ya que, por todos esos condicionantes que hemos visto, no podíamos arriesgarnos a llegar y que no hubiera plazas libres.¡Qué hubiéramos hecho entonces con la perrita a la hora de visitar los museos!

  

 

La ruta al suroeste de Alemania, vía Alsacia

Partiendo de Valladolid, la primera parada la hicimos en el Périgord, antes de recalar en Joncherey, pueblecito cercano al Museo de la Aventura Péugeot. Desde la frontera de Irún, la ruta que seguimos fue Burdeos, Périgueux, (Si no se visita el Périgord, la ruta de rigor sería por Angoulême) Limoges, Guéret, Montluçon, Paray le Monial, Chalon sur Saône, Beaune, hasta llegar a Montebéliard y Joncherey. Por la frontera de La Jonquera, la ruta confluye con la anterior
en Chalon sur Saône. 

 

La ruta del Noreste hacia Alemania o Suiza


En la sección “Las mejores rutas para cruzar Francia” tenéis totalmente detallada la ruta anterior y otras muchas pensadas para cruzar Francia con comodidad, pagando lo menos posible en peajes. Algo muy importante cuando se paga un 50% más por medir más de dos metros de altura. También en la sección  “Peculiaridades alemanas” tenéis una amplia información sobre el “mittagruhe” y las limitaciones para adelantar en las autopistas alemanas llevando un remolque, que esa es otra… 

 

Las peculiaridades alemanas.

Pincha en la foto y podrás conocerlas mejor


Como en verano es muy habitual pillar unos atascos monumentales, en la circunvalación de Burdeos, durante las horas centrales del día, ante la previsión de llegar allí sobre las tres de la tarde -muy mala hora- pusimos en marcha un “Plan B” consistente en bordear Burdeos por carreteras secundarias. El recorrido es el siguiente: dejaremos la autopista A-63 en Belin-Beliet y seguiremos la ruta que pasa por Saucats, Créon, Libourne y Cavignac, hasta salir a la N-10, poco antes de Bédenac.

 

Este trayecto discurre entre viñedos, por carreteras no siempre anchas. Sin embargo, ante la expectativa de pasar varias horas atrapados en el tradicional atasco bordelés, bien vale la pena probar. Eso sí, es fundamental haber programado bien el GPS con los diferentes puntos intermedios de la ruta para que vayamos por donde queremos, pues hay numerosos cambios de carreteras y, de no hacerlo así, el GPS siempre tenderá a buscar la autopista -y por ende, los atascos- y la cosa no saldrá bien. 

 


Un día en el Périgord, la tierra del foie-gras


Hicimos una parada de un día en Périgueux, en el Camping “Bois de Coderc”, en la localidad de Antonne e Trigonant, a 13 km de la capital del Périgord. Este camping tiene piscina, buenos servicios y bastantes árboles, aunque la zona de acampada “de paso” no tenga sombra. Claro que eso todavía no nos importaba en exceso, calores aparte. 

 

   

Entrada al Camping "Bois de Coderc"

Los árboles de la entrada producen la impresión de que todo el camping está sombrío....

 

Falso... bastantes parcelas "de paso" no están arboladas


Esta zona del suroeste de Francia es una maravilla llena de sorpresas y lugares encantadores: pueblos medievales, castillos, cuevas y yacimientos prehistóricos (las cuevas de Lascaux son imprescindibles). Y, además, es la tierra del
foie-gras. En esta web tenéis un completo viaje al Périgord pinchando en la foto...

 

 

Viaje al Périgord (Suroeste de Francia)

 

 

 

Périgueux y Brantôme

 

Périgueux - El mercado de los sábados en la plaza de la Catedral

  

 

 

 

 

 

 

Aprovechando que era sábado y había mercado en Périgueux, pasamos la mañana en esa bonita ciudad, con su impresionante catedral. Los mercados son siempre una excelente ocasión para catar los productos del país y, de paso, ver qué tal anda el coste de la vida por allí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

   

 

 

       

La Catedral de Saint-Front

 

La animada Place St. Louis

 

La medieval Rue Limogeanne

  

 

 

 

 

La tarde la pasamos en Brantôme, una de las pocas localidades que nos quedaban por conocer del Périgord. La principal atracción es su abadía, ahora secularizada. Está rodeado por un meandro del río y tiene mucho ambiente, especialmente en las tiendas situadas bajo la pared rocosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

Vista aérea de Brantôme

  

   

Cuevas excavadas en el abrigo rocoso,

junto a la abadía

 

La zona más pintoresca de Brantôme

Las tiendas de la Roca.

Probad el helado de Foie-gras, ¡Una pasada!



El “Museo de la Aventura Peugeot”,

el Franco Condado y las primeras víctimas de la Guerra del 14

Tras casi 700 kilómetros de viaje llegamos al “Camping Le Passe-Loup”, en el pueblecito de Joncherey, cerca de Sochaux, en la región “du Franche-Comté”, limítrofe con Alsacia.

 

Un 2 de agosto de 1914, víspera de la declaración de guerra entre Alemania y Francia, Joncherey entró en la historia mundial por ser el lugar en el que Albert Mayer, teniente de la caballería prusiana y el cabo francés André Peugeot se mataron recíprocamente durante una refriega fronteriza (Alsacia era por aquel entonces, alemana), convirtiéndose así en las dos primeras víctimas de los 21 millones que perdieron la vida en la Gran Guerra. A las afueras del pueblo, un monumento conmemorativo se erige en el lugar de los hechos. En su parte posterior hay cumplida información de lo que allí aconteció. Cosas de la guerra y de la estupidez humana…



“La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen
para provecho de gentes que sí se conocen, pero no se masacran”

Paul Valéry, poeta francés (1871-1945)

 

El monumento dedicado al cabo André Peugeot, la primera víctima francesa de la Gran Guerra

  

   

El cabo Peugeot y el teniente Mayer

Cuando a las víctimas se les pone rostro

ya nada es igual...

 

Joncherey: así era el lugar en agosto de 1914

 

 

El Museo de la Aventura Peugeot


Hitos históricos al margen, lo que realmente nos llevó a Joncherey -uno de los pocos camping de la zona- fue la visita al “Museo de la Aventura Peugeot” , en Sochaux, junto a la factoría de la marca del león.

 

Lo visitamos la mañana del lunes, 15 de agosto, que también es festivo en Francia. Es un museo precioso y sorprendente porque Peugeot no sólo fabrica automóviles. Empezó con los molinillos de café y durante su historia ha fabricado de casi todo tipo de herramientas, además de bicis y motos. Su equipo ciclista ha ganado el Tour de Francia 9 veces.

 

Toda la historia de Peugeot queda a la vista, desde las primeras “genovevas” a concept-cars de salón, pasando por sus turismos y sus campeones de Le Mans, Dakar o el Mundial de rallys. Incluso encontraremos una autocaravana de 1978. A modo orientativo digamos que la visita puede llevar entre dos y tres horas. El aparcamiento es gratuito y hay zonas con sombra.

 

Pinchad en la foto y el museo aparecerá bajo vuestros ojos. Accederéis al reportaje completo del Museo Peugeot, ya que no es posible reproducirlo aquí por entero. Con el resto de museos haremos lo mismo. ¡Disfrutadlo!

 

 

Museo

de la Aventura Peugeot

Sochaux (Francia)

 

 

       

  

   

 

 

 


La “Cité de l’Automobile”, en Mulhouse, es otro de los grandes museos que no hay que perderse. Situado al sur de Alsacia, expone la mejor colección de “Bugatti” del mundo, además de fantásticos coches de todas las épocas. El museo está muy bien estructurado y es realmente bonito. Como ya lo vimos durante el viaje navideño a Alsacia esta vez no fue necesario dedicarle tiempo. Sin embargo, dada su proximidad al museo Peugeot, a sólo 55 km, merece la pena combinar ambos museos si no se conocen.

 

Si queréis saber más, tanto de la Cité de l'Automobile como de Alsacia en Navidad, pinchad en las fotos de los siguientes cuadros:  

 

   

 

 

       

 

 

 


El “Camping Le Passe-Loup” de Joncherey, es grande, sin plazas delimitadas, pero con posibilidad de buena sombra. No acepta reservas, aunque eso no será problema casi nunca . Se puede llegar hasta las 22 horas, algo a tener en cuenta. Se encuentra a media hora en coche del museo Peugeot.

 

La alternativa es el “Camping La Chaumière” de Heimsbrunn, muy cerca de Mulhouse y de La Cité de l’Automobile. Abre todo el año y dispone de plazas con sombra. Admite reservas por e-mail. Lo conocemos de los viajes navideños y conviene reservar porque plazas de paso no hay demasiadas.

 

 

 

 

La capilla de Notre Dame du Haut, Ronchamp

 

La capilla de Notre Dame du Haut (Ronchamp)


Aprovechamos la estancia en la región del Franco Condado para conocer, en Ronchamp, la famosa y moderna capilla de Notre Dame du Haut de Le Corbusier. Edificada en los 50 del pasado siglo es uno de los hitos de la arquitectura contemporánea. Para verla hay que pagar sí o sí, pues está en un parque  de acceso cerrado. El parking es gratuito y está arbolado. Situada en una zona bastante montañosa, desaconsejamos totalmente intentar llegar a ella con la caravana a cuestas. Hay puntos de la carretera capaces de poner en apuros incluso a una autocaravana. 

 

       

El austero altar

 

Vista posterior de la capilla

 

Juego de luces en el interior

 

Vista lateral de la capilla. Y nosotros con ella...

  

       

Monolito conmemorativo de la

liberación de la colina por las

tropas USA en la SGM

 

Acceso al pabellón de entrada

 

Aparcamiento gratuito

 

 

Belfort, la ciudad de la ciudadela


Acabamos el día en la ciudad de Belfort, cuyo mayor atractivo es la ciudadela fortificada y la gigantesca estatua del león de Bartholdi, el escultor de la Estatua de la Libertad de Nueva York. Encaramado al muro de la fortaleza, mide 22 metros de largo y 11 de alto. El león conmemora la resistencia de la ciudad durante la guerra franco-prusiana de 1870 y puede verse sin tener que rascarse el bolsillo. Es muy impresionante. 

 

Belfort: El gigantesco "León de Bartholdi", encaramado a la pared rocosa

  

   

La Ciudadela de Belfort

El león está en la parte que mira a la ciudad

 

Vista de la fortaleza desde la ciudad

El león se encuentra en el centro de la foto.


Como se pasa por Alsacia y el Franco Condado tanto al ir como al volver, las posibilidades de organización son amplias. A la ida, por ejemplo, se puede ver el Museo Peugeot y la zona de Belfort y a la vuelta, la Cité de l’Automobile y Alsacia, que es una maravilla, especialmente en navidad, aunque en verano también es preciosa, con sus casas de entramado de madera y sus macizos de flores. Precisamente, de vuelta, le rendimos visita, como después veremos.
 


Stuttgart y los museos Mercedes y Porsche

 

 

 
El martes, 16 de agosto, salimos temprano de Joncherey y recorrimos los 323 km que nos separaban de Stuttgart, ya en Alemania, con idea de llegar al camping “Canstatter Wasen” alrededor de las dos de la tarde, cuando abrieran de nuevo la recepción. Sus horarios son de 7-12 y de 14-22 horas.

 

 

Este camping está en el mismo Stuttgart, a sólo dos kilómetros del museo Mercedes y a 6 del Porsche, en Zuffenhausen. Admiten reservas por e-mail, por eso es bueno reservar, ya que suele estar bastante concurrido.

 



Dispone de plazas con sombra, aunque no están delimitadas. Está bien equipado y para ser un camping de ciudad, está bastante bien. Dispone de "Biergarten", es decir, bar con terraza. El metro está cerca y abre todo el año.  

 

   

   

Los horarios están bien claros

 

La entrada del camping

 

La zona de servicios


Una cosa importante. Con caravana es preferible circular por Alsacia para llegar a la zona de Karlsruhe, por la autopista gratuita A-35 y entrar en Alemania vía Offenburg, antes de llegar a Estrasburgo, aún a costa de hacer algunos kilómetros por carretera convencional. Esta ruta nos permitirá efectuar adelantamientos, algo que en el tramo de la A-5 alemana entre Mulhouse y Offenburg no se puede hacer, con el fastidio que eso supone. Los autocaravanistas y automovilistas, que no sufren esa limitación, harán bien en ir por la A5 alemana.

Por suerte pillamos una plaza con buena sombra en el camping y, por la tarde, nos fuimos al Museo Porsche, al que no habíamos vuelto desde que se inaugurara el nuevo y futurista edificio. Me encantó. No sólo están la mayoría de mitos de la marca, tanto de carretera como de competición… ¡Es cómo están expuestos!

 

 

El Porsche Museum

 

   

El futurista edificio del Porsche Museum

 

Fantástico Museo Porsche

  

 

Porsche Museum

Stuttgart/Zuffenhausen

  

El museo es una pasada. Al tener concertada la visita, al llegar nos recibió una señorita muy amable y nos enseñó, como auténticos VIP, el taller privado del museo. ¿Y qué me encontré allí? Pues ni más ni menos que el Porsche Gulf 917 K, dos veces campeón de Le Mans. ¡Qué subidón! Tienen servicio de audio-guía y aunque hay un parking subterráneo, es posible aparcar gratis en las calles que rodean el museo, junto a las factorías de las cuales salen los 911 y los Cayenne.

 

 

Si me dicen que me fotografiaría al lado del Porsche 917 K...

El 917 estaba en el taller del museo, imagino que esperando el momento de volver a la exposición...

  

   

"Sally", la novia de Rayo McQueen también estaba...

 

El Porsche "Cerdito" de Le Mans

  

       

 

 

Esslingen am Neckar

 

 
Al día siguiente dedicamos la mañana a Esslingen am Neckar, preciosa ciudad a sólo 13 km del camping.

 

Esslingen era una espinita clavada, pues no había logrado ir durante las tres anteriores visitas a Stuttgart. Me atraía especialmente la vista del puente edificado, que paradójicamente no está encima del río. Esslingen es una típica ciudad alemana, con espectaculares edificios de entramado de madera, que celebra mercado los miércoles y sábados por la mañana, en la Marktplatz, de 7 a 12,30. No es uno de los mejores mercados que hayamos visto, pero estuvo bien. Una ciudad muy recomendable. 

  

Rincones pintorescos en Esslingen am Neckar

 

   

Esslingen - El mercado de los miércoles

 

El "Rathaus", el ayuntamiento renacentista

 

 

Mercedes Museum


Por la tarde le tocó el turno al Museo Mercedes, que en 2016 celebraba el décimo aniversario de su nuevo y también futurista edificio. Aún a costa de ser repetitivo, no me cansaré de decir que todos los museos son realmente muy
atractivos y el Mercedes es, sin duda, uno de los mejores. No sólo por la importancia de la marca en la historia del automóvil, pues allí se encuentra el primer coche merecedor de tal nombre, si no por la fantástica exposición de modelos, desde los coches de época, pasando por los vehículos pesados y de transporte; las grandes limusinas; los más futuristas concept-cars o la impactante exposición dedicada a la competición. ¡Menudo ramillete de vencedores de todas las especialidades! Desde los coches campeones con Fangio al campeón de F1 2015, con Hamilton al volante.

 

Hay parking subterráneo, de pago, y hay posibilidades de aparcar en el exterior, aunque tampoco especialmente cerca. Si nos alojamos en el camping, estaremos a unos veinte minutos a pie.

 

Lo mejor es que veáis todo lo que allí se ofrece, que es mucho, pinchando en la foto...

 

 

Mercedes Museum

 

Stuttgart

  

   

El Benz , el primer coche de la historia

 

La galería de los campeones Mercedes

  

       

 

 

Stuttgart 

 

 

 
Terminamos la jornada dando un paseo por Stuttgart.

 

Dado que conocemos bastante bien la ciudad, nos bastó dar una vuelta por sus bulevares peatonales y cenar un buen codillo asado en la cervecería Calwer Eck. Pocos edificios históricos quedaron en pie tras la guerra, así que el centro es, básicamente moderno, excepto algunas zonas.

 

Puede que no sea la ciudad más bonita de Alemania, pero si no la conocéis, vale la pena dedicarle un poco de atención. Mejor en navidad, que su mercadillo navideño no solo es maravilloso, también es enorme. Lo que os podemos asegurar es que el tráfico en Stuttgart es terrorífico y los atascos son ya una tediosa costumbre. Por tanto, siempre que sea posible, lo mejor será usar el transporte público, es decir, el metro o el S-Bahn, el tren suburbano que funciona interconectado con el metro. Ya hemos dicho que hay una parada cerca del camping y tanto al centro como a los museos Mercedes y Porsche es posible llegar con ellos. 

 

   

Los modernos bulevares peatonales de Stuttgart

 

Quedan pocos restos antiguos en la ciudad

  

   

Reconstrucción de posguerra más que cuestionable...

 

Lo que tuvo pero alguno fue este codillo asado



Rumbo a Ingolstadt, la tierra de Audi

Y otras alternativas de ruta

Llegados a este punto cabe hacer una puntualización. Como en nuestro plan los museos Audi y BMW eran irrenunciables, no nos quedaba otra que desplazarnos aún más al este, a Ingolstadt, al norte de Baviera. Y eso hicimos. Pero ahí viene lo bueno y es que también caben distintas alternativas de ruta en función de los gustos y, sobre todo, del tiempo disponible.

 

Si uno estuviera dispuesto a renunciar a esos dos emblemáticos museos, la buena noticia es que los otros museos del sur de Alemania, es decir los de la Técnica de Sinsheim y de Speyer y el del circuito de Hockenheim, se encuentran, a lo sumo, a unos 120-130 km de Stuttgart. Evidentemente si la idea es visitar esos tres, no quedaría otra que cambiar de camping, a Östringen, cerca de Sinsheim, por ejemplo, porque sería absurdo ir y volver a Stuttgart varias veces. Aunque si nos conformamos con el de Sinsheim -sería imperdonable no verlo- bien pudiera verse desde Stuttgart, pues está solo a 85 km. Ahora bien, si viajamos con mascota este plan se complica un poco, pues estaremos muy lejos del camping y el parking de Sinsheim carece prácticamente de sombra para dejar el vehículo y el bicho a salvo de los calores. En cualquier caso, hay que tener muy claro es que el desplazamiento a Baviera es optativo y no dificulta la visita del resto de museos. Como veis, las posibilidades de elección de ruta son grandes. Todo es cuestión de tiempo y de gustos.



Acampada en Ingolstadt y

tarde en Neuburg an der Donau

En la mañana del jueves cubrimos los 244 km entre Stuttgart e Ingolstadt, procurando llegar al Camping AZUR Waldcamping am Auwaldsee, antes de las 13 h, para no pillar el “mittagruhe” que termina a las 15 horas. Es un camping muy grande y aunque nos aceptaron la reserva por e-mail, había sitio de sobra. Está a las afueras de la ciudad, junto a un lago y un restaurante típico alemán. 

 

       

Entrada al camping AZUR-Ingolstadt

 

Pillamos sombra... ¡bien!

 

El lago Auwald

  

   

   

Típico restaurante alemán junto al camping

 

Y la típica cerveza, claro

 

El Spaetzle Allgüerkäse

 

 

Neuburg an der Donau

 

 

 

 

 

 

 

Esa tarde la pasamos en una preciosa ciudad barroca, Neuburg an der Donau, junto al Danubio (Donau). Su casco antiguo es diferente a otras localidades alemanas, caracterizadas por los edificios de entramado de madera. En Neuburg las fachadas de las casas recuerdan a las de la vecina República Checa.

 

 

 

 

 

 

 

 

  

       

Arquitectura barroca

 

El Danubio (Donau)

 

Es casi como estar en Bohemia

  

       

Las claraboyas son de estilo checo

 

Entrada oeste al casco antiguo

 

Parking junto a las murallas



El museo BMW

  

 

BMW Museum

(Múnich)


El viernes lo pasamos en Munich, a 80 km de Ingolstadt. La hora del Museo BMW había llegado. En mis anteriores visitas a la ciudad no había podido, así que ya tocaba. Por suerte el complejo BMW, muy próximo al estadio olímpico, está al norte y, por tanto, cerca de nuestra autopista. Dejamos coche y perrita en el parking subterráneo (2,4 €/h) del “BMW Welt”. El “Mundo BMW” es mitad exposición, mitad concesionario y es de acceso libre. El edificio es galáctico y permite tomar contacto con la tecnología que encarna BMW, pero nuestro objetivo era su museo, situado en un edificio circular al otro lado de la avenida. 

 

   

El BMW Welt, "El mundo BMW"

 

El BMW Museum

  

 

 

 

El museo hace un repaso a la historia de la marca que empezó construyendo motores de aviación. Tanto las motos como los coches BMW están expuestos de manera muy atractiva y la visita se hace muy agradable. Sólo eché en falta algún F1. Algo sorprendente en una marca que ha tenido equipo propio y ha sido campeona del mundo en 1983 motorizando a Brabham. Contad con una mañana completa para ver el museo, el BMW Welt y la zona olímpica.

 

 

 

 

 

  

   

  

   

 

 

Munich, la ciudad de la Oktoberfest 

 

 

Múnich y la Oktoberfest

 
La tarde la pasamos en el centro de Múnich. En el viaje a la “Oktoberfest” tenéis amplia información de la ciudad y de la fiesta de la cerveza, así que tampoco me extenderé, pero sí haré un apunte: el “Viktualienmarkt”, muy cerca de la
Marienplatz, es una de las atracciones del centro, con sus puestos de comida y artesanía y es de visita obligada. Sin embargo, a la hora de comerse una salchicha, un codillo o un bocata de “Leberkäse”, es mejor pasar de los chiringuitos del “Viktualienmarkt”, mucho más caros y optar por las tiendecitas que hay en la calle que va del mercado a la Marienplatz. Es el mismo producto, pero infinitamente más económico si optamos por comer en la calle. Claro que comer en cualquiera de las reputadas cervecerías de la ciudad será todo un puntazo. Huelga decir que si no se conoce Múnich, su visita nos llevará, al menos, un par de días.

 

 

   

 

 

El Viktualienmarkt, "el mercado de las vituallas"

 

   

Estos son los "chiringuitos" baratos para comer

 

Como éste, por ejemplo

  

   

¿Es posible ir a Alemania y no tomarse una buena "bratwurst" y una "bier" bien fresquita?

 

¿O un "Leberkäse"?

(Embutido a base de hígado asado. Muy rico, de veras)

Se come en bocadillo.

 

   

El Biergarten del Viktaualienmarkt.

Aparte de ser más caro, pillar un hueco es misión imposible

 

Estas enseñas tan bonitas y vistosas son típicas de aquella zona

  

       

Productos típicos en un mantel

con los colores de la bandera bávara

 

No hace falta que sea la Oktoberfest para pillar tipos así

 

En el Viktualienmarkt se vende tanto comida como artesanía

  

   

Preparando la Oktoberfest...

 

 

  

   

El ayuntamiento antiguo

 

Y el ayuntamiento nuevo en la Marienplatz

  

Otra de las grandes atracciones de Múnich, la "Assamkirche"

La "Iglesia barroca de los hermanos Assam" se encuentra en la Sendlingerstrasse

  

   

Fachada de la Assamkirche

 

 

 

 

Ingolstadt, la ciudad de Audi


De vuelta a Ingolstadt, pasamos la mañana del sábado dando una vuelta por la ciudad de Audi. Cuenta con muralla y un castillo precioso. El casco antiguo es atractivo, pero no espectacular, claro que el motivo de estar allí no era otro que el Museo Audi, a las afueras de la ciudad. 

 

El castillo de Ingolstadt

  

   

Casco antiguo de Ingolstadt

 

 

 

 

El Audi Museum Mobile

 

Audi Museum Mobile

El elevador de "Audis", el elemento distintivo del museo

Ingolstadt

  

 

 

Situado también junto a la factoría y en un edificio circular como el BMW, el Audi tiene como elemento distintivo “un elevador de coches” que gira sin parar. Si nos quedamos quietos, en unos minutos desfilarán incansablemente más de quince coches ante nuestros ojos. La historia de la Audi actual es heredera de Auto Union y de sus cuatro marcas fundadoras: Horch, Wanderer, DKW y Audi. En el museo encontraremos un poco de todo: motos, la típica furgoneta DKW de los años 50, los coches campeones de rallys, Le Mans o IMSA. Los cazarrécords de Auto Union de los años 30 y, por supuesto, los Audi Quattro. Y es el museo más barato de todos… ¡2 euros cuesta la entrada! Tiene aparcamiento subterráneo, aunque también puede intentarse aparcar en las calles adyacentes.

  

   

  

       

  

   

 

  

El Museo de la Técnica de Speyer,

el "hermano chico" del de Sinsheim  

 

Terminada la escapada bávara, tocaba iniciar el regreso, rumbo a los museos de la Técnica de Sinsheim y el del Circuito de Hockenheim. El museo de la Técnica de Speyer -hermano menor del de Sinsheim- no formaba parte de este viaje, pues lo habíamos visto en 2011 durante el viaje navideño a los castillos del Rin, pero no conviene perdérselo de ninguna manera. ¡Quién pasaría de pasearse por un “Jumbo” o ver el transbordador espacial soviético “Buran”, casi gemelo del Columbia estadounidense! Una sugerencia, es mejor verlo antes que el de Sinsheim, pues éste es más grande y aún más espectacular, así que será preferible ir de menos a más.

 

 

 

Museo de la Técnica de Speyer

 

   

  

       

  

   

 

 

El camping de la zona de Sinsheim


El “Kraigach Camping Wackerau” de Östringen, es el camping más cercano al museo de Sinsheim - entre Karlsruhe y Heilbronn- y uno de los pocos que hay en esa zona. Está en pleno campo, cerca del pueblo de Östringen. Aunque tiene árboles, la sombra es escasa. El único de todo el viaje con esa característica. Por suerte la estancia coincidió con los días más frescos del viaje y gracias eso pudimos ver los museos sin problemas.

 

 

   

Entrada al Camping Wackerau, la familia propietaria es muy amable.

 

Tiene árboles, pero poca sombra. Por suerte fueron los días menos calurosos de todo el viaje.

  

       

Bloque de servicios

 

Ducha para perros

 

Fregaderos bien equipados

  

       

Biblioteca

 

La recepción

 

El camping y su paisaje

  

¡Cualquier vehículo es bueno para remolcar un carromato-caravana!

 

 

El Museo de la Técnica de Sinsheim

Maravilla de maravillas

 

Tras acampar, nos acercamos al “Museo de la Técnica de Sinsheim”, posiblemente el mejor museo de todos. Todo en él roza lo excesivo: expone la más completa colección de F1 del continente (El de Donington Park, en Inglaterra, es lo más de lo más en F1, pero en suelo continental, Sinsheim también “es lo más”). No sólo exhibe el prototipo del Tyrrell P34 6 ruedas, de 1975, sino un buen ramillete de campeones del mundo y de BMW F1, justo lo que no encontramos en su museo. Sigamos. Allí disfrutaremos de la más amplia colección de lujosos Maybach; de cochazos americanos; de Mercedes (casi, casi al nivel de su propio museo e incluso con modelos exclusivos) o la más imponente exhibición de material de la Segunda Guerra Mundial. Eso solo por decir algo. Y de aviones, no digamos. En Sinsheim las estrellas son el Concorde y el Tupolev soviético. Os invito a visitar el extensísimo reportaje del museo y estoy seguro que, después, ya estaréis pensando en cuándo ir…

 

  

Museo de la Técnica de Sinsheim

 

 

Sinsheim - La mayor colección de F1 del continente

  

   

La mayor joya de Sinsheim en F1, el Tyrrell P34

 

Es el prototipo presentado en 1976. Ganó el GP de Suecia al año siguiente con Jody Scheckter al volante

  

   

La colección de clásicos americanos de los 50 y 60 es maravillosa

 

También hay un recuerdo para el ciclismo y para nuestro Miguel Induráin

  

       

También hay espacio para recordar la Segunda Guerra Mundial. De hecho es lo mejor que he visto en la materia.

 

Clásicos de todas las épocas

 

Un Mercedes exclusivo para dictadores: Hitler, Mussolini y Franco

  

   

El supersónico "Concorde"

 

Interior del "Concorde"

  

Las dos joyas de la aviación de Sinsheim: El Tupolev ruso y el anglo-francés Concorde

  

   

La colección Bugatti es también de campanillas

 

Al igual que el cazarrécords de velocidad

 

En suma, estas fotos solo pretenden dar una pequeña pincelada de lo mucho y bueno que hay en el museo de Sinsheim. Id pensando en casi todo el día para disfrutar de la visita, porque cinco horas, incluso pareciendo mucho, es un tiempo escaso, escaso, escaso...
 

 

El Motor Museum de Hockenheim


Con el Museo del Circuito de Hockenheim pusimos fin a la ruta de los museos de automóviles. Lo visitamos el lunes por la mañana. Situado en el mítico circuito de Hockenheim, sede de los GP de Alemania de F1 -se puede acceder a la zona de tribunas- es un pequeño museo que expone muchísimas motocicletas y sidecares de competición, además de varios coches de F1 y del DTM alemán. El parking es gratuito y dispone de zonas con sombra. Dada su proximidad al Museo de la Técnica de Speyer, podría ser buena idea ver el de Hockenheim a primera hora y luego acercarnos al de Speyer. La ciudad de Speyer (Espiria) tiene como máximo atractivo la imponente catedral románica, la cual se ve de maravilla desde las alas del “Jumbo 747” del museo. El parking del museo de Speyer es gratuito, pero no tiene sombra. 

 

 

 

Motor Museum

Circuito de Hockenheim

 

(Pincha en la foto)


 

 

Hockenheim es un santuario para las carreras de motos. Se nota.

 

   

Los imponentes turismos del DTM no faltan

 

El F3 campeón con Michael Schumacher

  

Uno de los BMW F1 que no está en el museo de la marca, está en Hockenheim

  

   

El pequeño museo está frente al acceso al circuito

 

Pueden visitarse las tribunas. Acceso libre salvo días de evento, claro.

 


Las románticas ciudades alemanas

Finalizado el periplo museístico alemán, nos pusimos en “modo turístico convencional” y pasamos la tarde en la preciosa localidad de Schwäbisch Hall, a casi 100 km. del camping. La ciudad se caracteriza por su gran cantidad de edificios de entramado de madera, con rincones muy pintorescos, como ocurre con Bad Wimpfen, que visitamos al día siguiente. Ambas localidades merecen, sin duda, una visita. Otra ciudad preciosa que tampoco sería bueno perderse es Heildelberg, muy cercana a esos museos y cuya visita está relatada en el viaje navideño a los Castillos del Rin. 

 

 

Heildelberg, Speyer y mucho más

 

Navidad en los Castillos del Rin

 

(Pincha en la foto)

 

 


Schwäbisch Hall,

la ciudad de las mil casas de entramado de madera

 

Sin duda, la vista más pintoresca de Schwäbisch Hall

  

   

Casas y más casas de entramado de madera

 

Doy fe que Schwäbisch Hall es muy bonita.

  

       

Las puertas también son preciosas

 

El puente cubierto junto al conjunto de casas de entramado

 

La otra orilla también tiene su punto

 

 

Heilbronn y Bad Wimpfen


El último día en Alemania lo dedicamos enteramente al turismo. En Heilbronn pasamos parte de la mañana. Al margen de su bonito ayuntamiento, lo cierto es que es una ciudad bastante prescindible. No es el caso de Bad Wimpfen, un pueblo de cuento de hadas, como tampoco lo es la monumental ciudad de Würzburg, a 150 km del camping. 

 

El ayuntamiento y la iglesia son los edificios relevantes en Heilbronn.

Es la consecuencia de una reconstrucción de posguerra poco afortunada...

  

   

El reloj astrológico del ayuntamiento

 

Martes - Mercado en la plaza del ayuntamiento

  

   

La iglesia de San Kilian

 

Así quedó tras la SGM

  

Bad Wimpfen, a pocos kilómetros de Heilbronn, ya es otra cosa. Es un pueblo de cuento de hadas.

  

   

El casco antiguo de Bad Wimpfen es pequeño...

 

... pero muy pintoresco, lleno de casas de entramado

  

       

 

 

 

 

Es bueno rendir homenaje a los productos de la tierra...

 

 

 

Würzburg, la ciudad que renació de sus cenizas

La ciudad bávara de Würzburg es el punto de partida de la llamada “Ruta Romántica”, una de las rutas turísticas más famosas y visitadas de Alemania, que termina en Füssen, junto al maravilloso castillo de Neuschwanstein, ese que sale en todos los puzzles. Nosotros la hemos recorrido a lo largo de varios viajes y os aseguramos que merece realmente la pena, con sus pueblos maravillosos y castillos encantadores. No os perdáis Rothenburg ob der Tauber, especialmente en navidad. Echad un vistazo a nuestro viaje a los Castillos del Rin en Navidad y veréis de qué estamos hablando. 

 

 

 

Bien, el caso es que Würzburg tiene una enorme cantidad de monumentos de todo tipo y hacía mucho tiempo que quería visitarla, pero su situación algo alejada de las rutas principales, no lo había hecho posible. A pesar de que fue casi totalmente reconstruida después de la guerra, nadie lo diría. El contrapunto a Heilbronn, por ejemplo.

 

El edificio barroco de la Residenz es imponente, así como su fortaleza o el puente de piedra sobre el río Main, que con sus estatuas recuerda mucho al de Praga. A pesar del asfixiante calor que padecimos ese día, disfrutamos mucho de Würzburg. Vale la pena no perdérsela.

 

 

 

  

El palacio de la Residenz. La plaza es un enorme aparcamiento.

Ese día el termómetro marcaba 37º. ¡Asfixiante!

  

Tarifas del aparcamiento de la Residenz. Tiene barreras de entrada y salida

  

   

Mercado diario en la Marktplatz, hasta las 6 de la tarde

 

La arteria principal de Würzburg

  

   

La fortaleza domina la otra orilla del Meno (Main)

 

El Puente del Meno Antiguo

El monumental puente de piedra sobre el Main



Alsacia: Riquewihr y Ribeauvillé

 

Calle mayor de Ribeauvillé, Alsacia


Y con el miércoles tocaba dejar Alemania para empezar con un pequeño periplo por el este de Francia, compuesto de cuatro hitos: Alsacia; el pueblo medieval de Pérouges; los museos de la golosina y de los aviones de caza de Montélimar y el restaurante de Narbonne, “Les Grands Buffets”, que es sencillamente espectacular y absolutamente recomendable.

El miércoles salimos de Östringen con idea de ver, de paso hacia Pérouges, los preciosos pueblos alsacianos de Riquewihr y Ribeauvillé, viejos conocidos de nuestras andanzas navideñas, que en verano muestran un aspecto diferente, pero también encantador. Para ello dejamos unas horas la caravana en el camping de Riquewihr. Nos cobraron el precio de la parcela, 11 €. 

 

La maravillosa calle mayor de Riquewihr, con la torre del "Dolder", al fondo.

Seguramente el pueblo más bonito de Alsacia.

  

   

La gastronomía alsaciana es muy apetitosa.

El "Kougelkopf" es un bizcocho riquísimo.

 

Y como es tierra de vinos, se nota.

  

       

Casitas de cuento en Riquewihr

 

El Dolder y yo

 

 

  

   

Riquewihr es un pueblecito amurallado

 

El flautista es un personaje muy querido en

Ribeauvillé.

  

 

 

 

Alsacia es famosa por sus vinos blancos. En verano los viñedos resplandecen y el paisaje parece un mar verde, algo que en Navidad no pasa. Los pueblos de postal también respladecen, pero acostumbrados a las decoraciones navideñas, bajo un sol de justicia, el ambiente que se respira es ciertamente diferente, aunque no menos atractivo. Si no podéis ir durante el Adviento navideño, conoced Alsacia en verano, que también es maravillosa. En el viaje a Alsacia 2014 encontraréis todo lo necesario para preparar un inolvidable viaje a una de las zonas más bonitas y pintorescas de Europa, con la ventaja de tener a un paso la también fantástica Selva Negra simplemente cruzando el Rin.

  

Plaza mayor de Ribeauvillé. Los fines de semana de diciembre se monta un mercado navideño medieval increíble.

  

   

Las fachadas decoradas son tipícamente alsacianas

 

Y las enseñas de los viticultores, también.

  

  

   

El Barrio Alto de Ribeauvillé

 

 

  

 

 

 

 

 


A media tarde recogimos la caravana y emprendimos la ruta hacia Pérouges, pueblo medieval cercano a Lyon. Pernoctamos en el área de Bourg-Teysongue, en la autopista de peaje A-40.

 

 

 

 

 

 



La medieval Pérouges

Pérouges es un pequeño pueblo amurallado medieval que tenía muchas ganas de conocer. Por falta de tiempo se quedó en el tintero en el viaje a la Saboya y a Lyon en navidad y, ya que pasábamos cerca de allí, era el momento de resarcirse. 

 

Pérouges, pequeño pueblo medieval


Como veis, eso ha pasado ya varias veces a lo largo del viaje. La pega era que había que verlo, de paso, rumbo a Montélimar. Y “de paso” significa tener que aparcar la caravana en alguna parte. A pesar de lo que el Google Maps pudiera dar a entender, Pérouges no es adecuado para visitarlo con una caravana detrás, porque lo que suponíamos zona de aparcamiento, no era tal. Gracias a una amable lugareña y al contenido tamaño de nuestra “Rapido”, logramos llegar al parking de autocares, no sin pasar algunos apuros. Madrugar ayuda porque, por suerte, estaba aún vacío. De no ser así, no hubiéramos aparcar por falta de lugar para maniobrar. De esa manera pudimos pasear por Pérouges y probar su famosa “Galette de Pérouges”, una torta de mantequilla riquísima. El pueblo es muy pintoresco, con sus edificios de piedra y sus ventanales antiguos. Eso sí, nada de verlo con una caravana detrás. Incluso con una autocaravana puede ser complicado aparcar. Si queréis saber más sobre las paradas en ruta, pinchad en el enlace.

 

Estas contraventanas de madera servían para ofrecer los productos de la tierra como si de un escaparate se tratara

  

   

La puerta de acceso a Pérouges

 

A pesar de los sudores fríos que sufrimos para aparcar la caravana,

valió la pena no perderse un pueblo tan bonito.

  

La famosa "Galette de Pérouges", una torta a base de mantequilla y harina.

Es como meterse colesterol en vena, pero está de vicio.

  

       

Las "Galettes" antes del horneado

 

 

 

Y aquí... ¡lista para comer!

  

   


 

Montélimar, la ciudad del "Nougat",

de los museos de las golosinas

y de los aviones de caza


Rumbo a Montélimar, evitamos la ruta más corta y también teóricamente más rápida, que pasaba por Lyon. Si los atascos en Burdeos son increíbles, los de Lyon son sencillamente galácticos. Al ser las horas centrales del día, fuimos por carreteras secundarias hasta Vienne, donde tomamos la autopista de peaje A-7 hasta el “Camping L’île Blanc”, en Ancône, a las afueras de Montélimar.  

 

Vista del río Ródano (Rhône) pasando por Vienne

 

Montélimar es la capital del “Nougat”, la versión francesa de nuestro “Turrón de Alicante”. El “Nougat” es más blando y se comercializa en trocitos pequeños. Lo cierto es que los franceses son unos ases vendiendo sus productos. ¡Está por todas partes! 

 

   

El "Nougat" de Montélimar

 

 

  

   

No faltan sitios en Montélimar para comprar Nougat

 

La calle mayor de Montélimar, sucia y poco cuidada

 

 

El "Palacio de las Golosinas y el Nougat"

 

No obstante, el motivo de la visita a Montélimar -que es bastante fea- no era otro que visitar el “Palais du Bonbon y du Nougat”, el museo de la golosina, del chocolate y del nougat, (Nota: “bonbon” en francés significa caramelo, no “bombón de chocolate”). Este museo gustará a los más pequeños y también a los mayores. Además dispone de un pabellón de juegos, un pequeño zoo con animales de granja y varios pequeños museos (muñecas, un homenaje a la carretera nacional N-7, etc) 

 

 

El "Palais des Bonbons et du Nougat" 

El Palacio de las Golosinas

y del Nougat

 

Montélimar

 

 

   

  

  

Un repaso a un siglo de golosineo...

  

       

  

   

  

   

El "Museo de la N-7"

 

El Museo de las Muñecas

 

 

El Museo Europeo de los Aviones de Caza

 

Este MIrage III C está en una de las rotondas de la N-7 que bordean Montélimar anunciando el museo

  

La ciudad esconde otro puntazo: el “Museo Europeo de Aviones de Caza”, especializado lógicamente en ese tipo de aviones, especialmente franceses, entre los que destaca la familia “Mirage”. Se ubica en un aerodrómo a las afueras de la ciudad. El museo es una pasada para todos los aficionados a la aviación y a los cazas en particular. Está lleno de sorpresas, así que os invito a "visitarlo virtualmente" pinchando en la siguiente foto...

 

 

Museo Europeo

de los Aviones de Caza 

Montélimar

 

 

 

   

Uno de los hangares principales

 

El Mirage III C

  

   

Más de 70 aeronaves están expuestas

 

El Mirage F1

  

El Cómic y la aviación han ido siempre de la mano.

La serie "Michel Tanguy", creada en los años 60 por el guionista J.M.Charlier y Albert Uderzo, el dibujante de Astérix, es todo un clásico y Tanguy y Laverdure han pilotado todos los Mirage habidos y por haber. En esta aventura vuelan, precisamente, con el F1...

  

   

No todo son aviones de caza

También se puede visitar un Caravelle, el primer reactor de pasajeros europeo, años 50-60

 

Aquí un "Crusader" despegando de un portaaviones


Ambos museos están muy cerca entre sí y también del “Camping  L’île Blanc”, situado en un lago y con muchísima sombra. Lástima que sus servicios sean muy, muy cuestionables. Tuvimos problemas con la reserva -dijeron que no les había llegado cuando así era- pero al final se pudo arreglar la cosa. Al igual que ocurre con Montélimar, si no hubiera sido por querer ver esos museos -que sí valen la pena- este camping no es demasiado atractivo, salvo si los deportes
acuáticos atraen especialmente. O la música a todo volumen de los propios dueños del camping, porque esa fue "la ambientación" durante todo el día. Desde luego creo que no nos volverán a ver por allí. 

 

Por suerte la plaza tenía sombra casi todo el día, porque coincidimos con esos días de canícula de finales de agosto de 2016. Estábamos cerca de los cuarenta grados y el ambiente era asfixiante. Menos mal de la sombra. Si no hubiéramos tenido que marcharnos sin ver los dos museos y hubiera sido un auténtico fastidio.

 

   

Lo mejor del "Camping Île Blanc" fue la parcela

 

Si eres amante de los deportes náuticos igual "les perdonarás" la música a todo pulmón...

  

   

Los aseos y los fregaderos son de un destartalado...

 

 



“Les Grands Buffets”, gastronomía de altos vuelos para todos los bolsillos

 

"Les Grands Buffets", el aparador de los foie-gras. Un paraíso para los amantes del foie.


El viaje se iba acercando a su fin, pero aún quedaba uno de sus “platos fuertes”. Y nunca mejor dicho. Gracias a “Masterchef” conocimos “Les Grands Buffets” y nos encantó cuando lo vimos. Situado a las afueras de Narbonne, por sólo 32,90 €, bebida aparte, podréis disfrutar de un increíble buffet libre con todo tipo de “delicatessen”. Es imposible probar todo lo hay sin morir literalmente en el intento. El aparador de los quesos es inmenso, al igual que el los mariscos, los embutidos o el de foie-gras, con siete variedades diferentes. Al margen de los platos ya preparados, en el mostrador te pueden preparar en el momento una langosta, un solomillo o un steak-tartar. Y pudiendo comer lo que apetezca.

 

   

La entrada a "Les Grands Buffets",

lo curioso es que comparte edificio con una piscina...

 

 

  

   

El aparador de los quesos es inmenso...

 

Aquí solo hay una pequeña parte...

  

       

  

   

Las salsas y aliños

 

La zona de platos preparados y el Show Cooking al fondo

  

 

 

Los vinos son a precio de productor y si preferimos agua, hay un grifo, con cubitos de hielo. El aparador de postres es el paraíso de los golosos. Todo lo que se pueda imaginar, allí está. En fin, que la única pega es que nos pilla a 900 km de casa, porque es para ir una y mil veces. Los salones son enormes, pero en fines de semana y en verano reservar es imprescindible. Se puede reservar por Internet, aunque únicamente dentro de los 12 días previos. El aparcamiento es muy grande y gratuito, aunque carece de sombra. Hemos visto autocaravanas aparcadas.

 

 

   

   

Los golosos se querrán morir....

 

Hay de todo lo imaginable.

Y más de 20 variedades de helado

 


Narbonne y el Camping "La Falaise"

(Narbonne-Plage)

 

Camping "La Falaise" (Narbonne Plage)

Tiene la playa a unos cientos de metros andando

  

   

Narbonne Plage no es feo, no. ¡Es lo siguiente!

 

La playa, al menos, es bastante buena,aunque el anochecer no le haga ningún favor

 
Acampamos en el único camping de la zona que disponía de sombra suficiente en las parcelas, el camping “La Falaise”, en el pueblo costero de Narbonne-Plage, a 23 km de Narbonne, ciudad con una imponente catedral, un palacio medieval y multitud de vestigios romanos. Aquel sábado, 27 de agosto, estaban en fiestas y Narbona estaba sumamente animada. 

 

El Palacio Arzobispal, en la plaza del Hôtel de Ville de Narbona

  

El puente edificado, formando la Rue du Pont des Marchands (La calle del puente de los comerciantes)

  

   

Mucho ambiente festivo

 

Con charangas callejeras

  

   

La Catedral de San Justo y San Pastor es una de las joyas de Narbona

 

Fragmento de la Via Domitia romana en la plaza del Hôtel de Ville

  

   

La Loba Romana preside el arco

 

Varias columnas romanas adornan las calles y plazas

 

 

Gruissan

 

Las salinas de Gruissan

 

 

 

 

 

 

El pequeño pueblo de Gruissan, con sus salinas y su precioso paisaje, es una visita también muy recomendable, ya que está muy cerca del camping.

 

 

   

Es zona de ostras

 

En la tienda de las salinas,

hay un pequeño museo

  

   

Gruissan

 

La iglesia de Gruissan



Parada en Pau y vuelta a casa

 

ElCastillo de Pau, el castillo del Rey Enrique IV  - (s. XVI)

  

 

 

 

 


De vuelta a casa, la tarde del lunes la pasamos en Pau, la ciudad natal del rey Enrique IV, que fue quien dijo aquello de “París bien vale una misa” cuando renegó de sus creencias protestantes para poder ceñirse la corona. El mayor atractivo de Pau es, precisamente, su castillo.

 

 

 

 

Sin embargo no podemos decir lo mismo del camping “Le Terrier” de Lescar, localidad próxima a Pau. El dueño se portó indeseablemente, pues habiendo reservado por e-mail y habiendo plazas de sobra, se empeñó en cobrarnos casi 8 euros por gastos de gestión, algo de lo que no fuimos informados en su momento. De nada sirvieron mis quejas de abuso. No nos fuimos porque, a la hora que era, ya no teníamos alternativa para poder visitar Pau desde otro camping. Desde luego no nos quedaron ganas de volver, más cuando a los vecinos de parcela -que no habían reservado- les cobraron el precio normal. 

 

   

El Camping "Le Terrier" de Lescar

 

No volveremos donde no nos han tratado bien

 

Pero volvamos a Pau, que es bastante mejor que ese camping. Tiene varios edificios renacentistas y bonitos jardines. Un lugar agradable para pasar unas horas, más que nada porque tampoco da para mucho más. 

 

   

Las calles peatonales tienen su encanto, cuando el comercio aún no ha cerrado...

 

El Jardín de Enrique IV

  

A Enrique IV la historia le debe, cuanto menos,

ser el autor de una frase memorable...

  

   

El Funicular de Pau.

 

El casco antiguo de Pau está en lo alto de una colina.

Al pie hay un gran aparcamiento gratuito, desde donde se puede tomar el funicular -gratuito también-  que nos llevará al casco antiguo.

 

 

Despedida y cierre

 

La Ruta de los 1.001 museos del automóvil ha llegado a su fin, porque la vuelta de Pau a Valladolid no tuvo ninguna historia. Sin embargo lo que sí tuvo su punto fue, precisamente, ese viaje maravilloso por la Historia del Automóvil -con mayúscula- que pudimos vivir a través de esos fantásticos e instructivos museos que he tenido el placer de compartir con todos vosotros. ¿Qué, van apeteciendo unas vacaciones en Alemania y Francia?

 

 




 

 

 

 

 

 

 

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